La tecnología híbrida permite identificar patrones, anticipar riesgos y tomar decisiones que no solo protegen, sino que también optimizan procesos y reducen costos.

La seguridad híbrida es un modelo que une personas, tecnología y datos para ofrecer una protección más inteligente y adaptada a los desafíos de hoy. En un mundo donde las amenazas ya no son solo físicas, sino también digitales, reputacionales e incluso alimentarias, era claro que el enfoque tradicional de seguridad ya no era suficiente. Los expertos comenzaron a preguntarse cómo anticiparse a los riesgos, proteger a las personas, a sus datos, su reputación y su entorno.

Juan Alejandro Aguirre, director de soluciones de SonicWall LATAM, comenta “en Colombia, las pequeñas y medianas empresas suelen tener controles de ciberseguridad menos maduros, lo que las convierte en objetivos atractivos. La falta de medidas efectivas, como backups adecuados, las deja vulnerables ante la extorsión, obligándolas en muchos casos a ceder para recuperar su información”.

Este escenario no solo expone la fragilidad de las estructuras tradicionales, sino que revela un problema sistémico: la desconexión entre la adopción tecnológica y la protección de los nuevos entornos digitales.

El crimen cibernético ya no es obra de individuos aislados. Hoy, opera como una red global vinculada al narcotráfico, lavado de dinero y esclavitud moderna, lo que multiplica su impacto. Aguirre destaca que, en promedio, las empresas latinoamericanas estuvieron expuestas a ataques críticos durante 68 días en 2024, tiempo suficiente para paralizar operaciones, dañar reputaciones y generar pérdidas millonarias.

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Tres pilares de la seguridad híbrida

  1. Las personas: el corazón del modelo. Profesionales con años de experiencia, cuyo conocimiento y criterio son insustituibles. Ellos son los que entienden el terreno, las amenazas y las necesidades de quienes protegen.
  2. La tecnología: desde cámaras inteligentes hasta robots autónomos y sistemas de análisis de datos, la tecnología es la herramienta que potencia las capacidades humanas. No se trata de reemplazar, sino de apoyo.
  3. Los datos: son el soporte de todo, cuando se procesan y analizan correctamente, permiten anticipar riesgos, tomar decisiones informadas y optimizar procesos.

Como menciona Fernando Abós, director global de Prosegur, no se trata solo de proteger un edificio o una persona, se trata de entender cómo un conflicto en otra parte del mundo puede afectar los precios de los alimentos, generar migraciones masivas o aumentar la delincuencia en entornos frágiles. La seguridad híbrida nos permite ver el panorama completo y actuar antes de que sea demasiado tarde”

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Objetos inteligentes

La seguridad híbrida propone cerrar esta brecha mediante integración sinérgica. Los sistemas de video vigilancia inteligente no solo detectan intrusiones físicas, sino que, al operar como dispositivos IoT (objetos que se pueden conectar a internet, “objetos inteligentes” y están equipados con sensores, software y otras tecnologías) requieren protocolos de ciberseguridad avanzada (como encriptación de datos y autenticación multifactorial) para evitar que sean hackeados.

Del mismo modo, las Plataformas de Seguridad Operativa, que generan datos en tiempo real, dependen de análisis predictivos respaldados por inteligencia artificial para identificar patrones de ataques antes de qué ocurran.

Tecnologías clave

Uno de los aspectos más innovadores de la seguridad híbrida es su capacidad para integrar diversas plataformas tecnológicas que trabajan de manera sinérgica entre esas:

  • Plataformas de Seguridad Operativa: aplicaciones móviles que permiten a los vigilantes registrar incidencias en tiempo real, generando datos que, al ser procesados, se convierten en inteligencia valiosa para la toma de decisiones.
  • Sistemas de videovigilancia inteligente: plataformas que gestionan cámaras como dispositivos IoT, procesando imágenes y datos mediante algoritmos de inteligencia artificial avanzada. Esto permite detectar anomalías y generar alertas tempranas.
  • Interfaces de información para clientes: herramientas que ofrecen a los clientes acceso a información procesada y analizada, permitiéndoles identificar amenazas potenciales y optimizar sus rutinas de seguridad.

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