La educación financiera es fundamental para que los jóvenes gestionen mejor su dinero y mitiguen riesgos de fraudes.
Cuentas de ahorro, créditos o inversiones siguen siendo un misterio para la mayoría de los jóvenes en Colombia. Así lo revela un reciente informe del Banco de la República y el DANE, que muestra una cifra preocupante: el 60% de las personas entre 15 y 24 años no comprende cómo funcionan los productos financieros más básicos.
Pero el panorama va más allá del desconocimiento técnico. Según la Encuesta de Calidad de Vida 2025, más del 50% de los jóvenes no sabe cómo hacer un presupuesto ni cómo planificar sus finanzas a largo plazo. Apenas uno de cada cuatro tiene el hábito de ahorrar con regularidad, y el 40% de quienes acceden a créditos lo hacen sin entender del todo las tasas de interés o los plazos, lo que los expone al sobreendeudamiento.
Estas cifras evidencian un problema estructural en un contexto económico desafiante, con una inflación del 5,8% y un desempleo juvenil que supera el 18%. Sin educación financiera, los riesgos económicos aumentan y las oportunidades se reducen.

¿Por qué importa la educación financiera?
El desconocimiento en esta área tiene consecuencias reales y cotidianas. Una mala decisión financiera no solo afecta el bolsillo del mes: puede comprometer metas personales a largo plazo.
- Mayor riesgo de fraudes y deudas mal gestionadas. El auge de los préstamos informales, sumado a la publicidad agresiva de créditos rápidos en redes sociales, hace que muchos jóvenes caigan en decisiones impulsivas que terminan siendo costosas.
- Sueños aplazados. Comprar una casa, estudiar una maestría o emprender un negocio son metas difíciles de alcanzar sin una base sólida de planificación económica.
- Dependencia económica prolongada. Según el DANE, el 65% de los jóvenes entre 18 y 25 años todavía vive con sus padres. Una de las principales razones es la falta de autonomía financiera.
¿Cómo cerrar la brecha?
Aunque el problema es grande, hay caminos claros para enfrentarlo. Estas son algunas estrategias que expertos y organismos recomiendan para mejorar la educación financiera juvenil en Colombia:
1. Incluir finanzas personales en el sistema educativo:
Países como Estonia y Canadá ya tienen programas obligatorios sobre finanzas desde el colegio. En Colombia, solo el 30% de las instituciones educativas aborda el tema, según el Ministerio de Educación.
2. Enseñar con ejemplos reales:
Ejercicios simples como comparar precios, calcular el costo real de un crédito o armar un presupuesto mensual aumentan en un 70% la comprensión financiera, según un estudio de la Universidad de los Andes.
3. Aprovechar la tecnología y las redes sociales:
Cada vez hay más creadores de contenido que explican conceptos complejos en lenguaje sencillo. Pero aquí la clave es fomentar el pensamiento crítico: el 35% de los jóvenes aún cree en “inversiones milagrosas” promovidas por influencers no regulados, lo que los pone en riesgo de estafas y pérdidas económicas.
4. Fomentar el uso activo de cuentas juveniles:
Bancos como Bancolombia y Davivienda ofrecen cuentas sin costos para menores de 25 años, pero solo el 15% las usa activamente. La solución puede estar en el acompañamiento: talleres sobre manejo de tarjetas, ahorro programado y metas financieras concretas.
5. Implementar políticas públicas con enfoque generacional:
Aunque el Plan Nacional de Desarrollo 2022–2026 incluye una línea de educación económica, su ejecución ha sido lenta. Especialistas proponen alianzas público-privadas para llevar estos programas a zonas rurales, donde el analfabetismo financiero supera el 75%.
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