Los gobiernos se enfrentan hoy a un gran desafío: proteger las rutas y sistemas de transporte nacionales e internacionales contra posibles impactos, para hacerlos resilientes. ¿Cómo hacerlo?

En menos de una semana los ministros de transporte del mundo se reunirán en su Cumbre Anual en Alemania, bajo el mandato dado al International Transport Forum (ITF). La resiliencia de nuestros sistemas de transporte será uno de los temas prioritarios de su agenda. Guerras, tensiones geopolíticas y ciberataques se suman a las ya masivas disrupciones causadas por fenómenos meteorológicos extremos y la pandemia del Covid-19. Parece probable que las fuerzas disruptivas aumenten en lugar de disminuir en los próximos años, con altos costos económicos y sociales para todos.

Dónde y cómo impactarán estas fuerzas es muy incierto. Por lo tanto, los gobiernos se enfrentan a un gran desafío: proteger las rutas y sistemas de transporte nacionales e internacionales contra posibles impactos, para hacerlos resilientes. Hay tres desafíos en particular que los ministros querrán debatir y a los que buscar respuestas:

En primer lugar, la creciente amenaza de ciberataques. La mayoría de los países invierten sustancialmente en la digitalización de sus sectores de transporte. Esto está mejorando la eficiencia operativa y reduciendo costos. La otra cara de la moneda es una mayor vulnerabilidad a los ciberataques. En el verano de 2023, el puerto más grande de Japón, Nagoya, fue cerrado por un ataque de ransomware que impidió la carga y descarga de contenedores durante dos días.

Pero el riesgo real no reside en un incidente aislado: un solo ciberataque puede desencadenar un efecto en cascada, como en el ataque “NotPetya” de 2017, uno de los más devastadores hasta la fecha. Aunque no estaba dirigido contra Maersk, NotPetya provocó interrupciones en más de 50 terminales portuarias de su propiedad. El ataque paralizó las operaciones de la mayor naviera del mundo durante diez días, le costó más de 200 millones de dólares, y causó pérdidas estimadas en más de 10 mil millones de dólares a nivel global.

En segundo lugar, cadenas de suministro más conectadas y vulnerables. Los sistemas de transporte globales dependen de redes estrechamente interconectadas. El transporte marítimo por sí solo mueve alrededor del 75 % de la carga mundial. Cuando esta red se interrumpe en un punto, las repercusiones pueden extenderse rápidamente a las cadenas de suministro y a economías regionales enteras. El Canal de Suez, por donde pasa el 15% del comercio marítimo mundial, es un cuello de botella típico: los ataques a buques en el Mar Rojo por parte de los hutíes en Yemen a finales de 2023 y principios de 2024 obligaron a las compañías navieras a cambiar su ruta y circunnavegar África alrededor del Cabo de Buena Esperanza, lo que añadió diez días al viaje de Asia a Europa, y las tarifas de flete marítimo entre Asia y la costa oeste de Estados Unidos aumentaron un 200%.

En tercer lugar, los desafíos ambientales. En el futuro cercano, los cuatro eventos relacionados con el clima que probablemente tendrán el mayor impacto para el sector del transporte son el calor extremo, el aumento del nivel del mar, niveles inusuales de humedad del suelo y las tormentas extremas. La sequía de 2024 que afectó al Canal de Panamá es solo un recordatorio de cómo los eventos climáticos pueden tener consecuencias de gran alcance en las cadenas de suministro globales. De hecho, se estima que los riesgos climáticos podrían interrumpir las operaciones de casi el 40% de los puertos a nivel mundial.

Una cosa está clara: los sistemas de transporte se enfrentan a la amenaza creciente de interrupciones, y ante tales riesgos, la resiliencia debe ser un objetivo central de las políticas de transporte. Los responsables de políticas públicas deben fomentar el uso de métodos y herramientas como el escaneo del horizonte, la evaluación de riesgos y la predicción de vulnerabilidades mediante gemelos digitales o un análisis de redes. La Cumbre Mundial de Ministros de Transporte se celebrará en Leipzig, este mayo, y brindará una oportunidad para que los líderes de alto nivel que dirigen nuestros sistemas de transporte exploren conjuntamente las estrategias para el futuro. Con sesenta y nueve países miembros, el International Transport Forum ofrece una plataforma única para compartir experiencias nacionales, aprender mutuamente sobre cómo prepararse para las disrupciones y garantizar un transporte resiliente para todos.

Por: Young-Tae KIM*
*El autor es secretario General del International Transport Forum.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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