Airbnb está dejando de ser solo un lugar para dormir, ahora quiere ser también una plataforma de experiencias con chefs, masajes, actividades culturales y hasta encuentros con celebridades, todo disponible desde en su app.
En 2007, tres jóvenes emprendedores de San Francisco tuvieron una idea sencilla pero disruptiva: ofrecer colchones inflables en su sala a cambio de dinero. Lo llamaron Airbnb.
Diecisiete años después, la plataforma no solo ha superado los 2.000 millones de huéspedes en todo el mundo, sino que ahora busca proponer una reconfiguración para la industria global del turismo.
Este miércoles, la compañía anunció su transformación más ambiciosa hasta la fecha. Airbnb dejará de ser únicamente un sitio para reservar alojamientos de estancias cortas. A partir de ahora, también permitirá contratar chefs privados, estilistas, entrenadores personales, sesiones de spa, guías turísticos y hasta experiencias organizadas por celebridades, todo dentro de una misma aplicación.
Esta visión representa un nuevo capítulo para la plataforma que, según el cofundador y CEO Brian Chesky, busca llevar a Airbnb más allá de su identidad original.
“Hace 17 años cambiamos la forma en que las personas viajan. Ahora, Airbnb es mucho más que un Airbnb”, dijo Chesky.

Chesky explicó que los usuarios no necesitarán estar hospedados en un Airbnb para solicitar los servicios. Pueden reservarlos en sus propios hogares y en sus propias ciudades.
También que nuevas categorías de servicios y experiencias serán agregadas próximamente.
En esencia, la empresa se está buscando convertirse en un ecosistema completo de hospitalidad, capaz de rivalizar con hoteles de lujo, agencias de turismo y marketplaces de servicios. Con esta nueva visión, la compañía quiere que los usuarios reserven no solo el lugar donde se hospedan, sino todo lo que necesitan para vivir su viaje, o incluso para mejorar su día a día en casa.
La primera gran novedad es el lanzamiento de una nueva categoría dentro de la plataforma: Servicios en Airbnb. Estos abarcan desde comidas preparadas por chefs con estrellas Michelin hasta masajes terapéuticos, clases personalizadas de yoga, sesiones de maquillaje, corte de cabello o fotografía profesional.
La compañía ha iniciado este despliegue en 260 ciudades del mundo, con precios que pueden comenzar desde menos de US$50. En Latinoamérica, estas funcionalidades llegarán gradualmente a cada país, empezando en México.
Los proveedores han sido verificados por Airbnb, cuentan con licencias y, en muchos casos, son reconocidos en sus campos. A diferencia de otros modelos de trabajo por encargo como Uber o TaskRabbit, Airbnb busca garantizar un estándar de calidad, con un proceso de curaduría basado en reputación, experiencia profesional y autenticidad.
Pero la expansión no se limita a los servicios. Las experiencias también fueron repensadas desde cero. Airbnb relanzó su programa de actividades organizadas por anfitriones locales, ahora bajo una lógica de mayor escala, personalización y conexión social. Desde paseos gastronómicos en barrios tradicionales, clases de cocina japonesa con chefs premiados, hasta recorridos a caballo por senderos incas guiados por antropólogos, la idea es ofrecer formas más íntimas y auténticas de explorar una ciudad.
Las experiencias están disponibles en más de 650 ciudades y se actualizan constantemente. Incluso hay una nueva categoría bautizada como Airbnb Originals, que incluye actividades creadas por personalidades del entretenimiento, el deporte y la cultura pop. Algunas de las más llamativas incluyen una clase de pastelería en la célebre panadería French Bastards con la chef Raphaelle Elbaz, una jornada de voleibol con la atleta olímpica Carol Solberg en la playa de Leblon en Río de Janeiro o una sesión de entrenamiento y barbacoa con Patrick Mahomes en Kansas City. Megan Thee Stallion y Sabrina Carpenter también se sumaron con experiencias temáticas inspiradas en sus mundos creativos.
Estas actividades buscan ser mucho más que un simple paseo. Airbnb quiere que sean espacios para conocer gente y crear comunidad. Para eso, incorporará próximamente funciones que permitirán ver quién más asistirá antes de reservar, enviar mensajes a otros participantes y mantener contacto después.
Según Chesky, la clave está en recuperar lo que él llama la “dimensión humana del viaje”, algo que, afirma, se ha perdido en las opciones tradicionales de turismo. “La forma más auténtica de explorar una ciudad es con los habitantes locales que mejor la conocen”, explicó durante el evento de lanzamiento.
Para hacer realidad esta visión, Airbnb reconstruyó su aplicación móvil desde cero. El rediseño va mucho más allá de lo estético: ahora la app funciona como centro de planificación de todo el viaje. Al reservar un alojamiento, la app sugiere automáticamente servicios y experiencias basadas en la ubicación, la duración de la estadía y el tipo de grupo que viaja. Al llegar al destino, muestra un itinerario personalizado que incluye el check-in, actividades y recomendaciones cercanas. También rediseñó su sistema de mensajería para facilitar pagos, envío de fotos y coordinación con anfitriones, y permitió a los perfiles sociales mostrar a dónde ha viajado cada usuario y con quién ha interactuado. Para los anfitriones, hay nuevas herramientas para crear anuncios, gestionar reservas, conectar con calendarios externos y ajustar los precios según la demanda. Todo esto se construyó sobre una arquitectura tecnológica renovada que permitirá a la plataforma integrar más productos y funciones en el futuro cercano.
Airbnb también abrió oficialmente la posibilidad de que profesionales de distintos rubros apliquen como anfitriones de servicios o experiencias. Esto representa una oportunidad para que chefs, masajistas, fotógrafos, entrenadores, guías turísticos y otros expertos expandan su negocio en una plataforma con alcance global y una base de usuarios activa y predispuesta a pagar por servicios personalizados. No es necesario que los usuarios estén de viaje ni que se hospeden en un alojamiento de Airbnb para acceder a estos productos. La compañía está apostando por algo más ambicioso: convertirse en una aplicación relevante para la vida diaria, tanto como lo ha sido para las vacaciones.
Detrás de esta apuesta hay un trasfondo financiero y competitivo evidente. Airbnb salió a bolsa en diciembre de 2020 y, desde entonces, ha buscado mostrar a sus inversionistas que puede crecer de manera sostenible y diversificada. El negocio de los alojamientos, aunque sólido, ha enfrentado más regulaciones estrictas en ciudades como Nueva York, Ámsterdam y Barcelona. Al extender su modelo hacia servicios y experiencias, la compañía está diversificando sus ingresos.
Este cambio también refleja también el ingreso de la compañía en la era de las apps todo en uno. Airbnb quiere convertirse en la superapp del turismo global. Así como Amazon dejó de ser una librería y pasó a vender desde servidores hasta comida, Airbnb quiere ser el punto de partida y acompañante continuo del viaje. Y si el plan de Chesky tiene éxito, muy pronto no bastará con decir que te alojaste en un Airbnb. Podrás contar todo lo que viviste con la plataforma.