Desde las 10 de la mañana, la plenaria del Senado comenzó a debatir la convocatoria a la consulta popular y la reforma laboral que había hundido en marzo.

La plenaria del Senado de Colombia hundió la convocatoria a una consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro, aunque a último momento revivió la reforma laboral.

“Queremos un trabajo digno y decente”, dijo al inicio de la plenaria el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien pidió a los senadores que no se opongan “a ese clamor que hay por todas partes por unos derechos laborales que le han sido quitados a la clase obrera”.

Petro presentó al Senado, durante el pasado Día del Trabajo, las 12 preguntas que preveía incluir la consulta popular, centradas en la reforma laboral archivada en marzo pasado por la Comisión Séptima de esa corporación.

Desde entonces, el Gobierno y sus partidos afines desplegaron una campaña para obtener los votos necesarios que permitan aprobar la convocatoria, en tanto que la oposición se organizó para bloquear la iniciativa.

Para ser aprobada, la propuesta necesitaba alcanzar la mayoría simple (53 votos a favor), entre los 105 senadores, es decir la mitad más uno.

Las 12 preguntas de la consulta abordan temas como la reducción de la jornada laboral de ocho horas, licencias por salud —incluidos los dolores menstruales—, salarios dignos para el campo y el fin de la tercerización, entre otros.

Horas antes del inicio de la sesión plenaria, Benedetti se mostró “optimista de que la consulta popular pase en el Senado” y sentenció que “la voluntad popular debe ser escuchada”.

Por su lado, el partido opositor Centro Democrático aseguró en un comunicado que no apoyará la consulta porque es “una amenaza para el empleo, la competitividad y el tejido empresarial del país”.

Los opositores aseguran que la consulta ignora el verdadero problema de la informalidad laboral y consideran que “tendría un impacto devastador en el empleo formal”.

“Es un capricho político, no una solución estructural. La consulta se presenta como un mecanismo democrático, pero en realidad es una jugada política (…) Solo agrava los problemas del país con soluciones simplistas, costosas e inviables, que solo buscan fortalecer al Gobierno ante el escenario electoral del 2026”, concluyó el Centro Democrático.

Colombia se asoma a un año electoral, con comicios legislativos programados para el 8 de marzo de 2026 y presidenciales el 31 de mayo del mismo año, mientras que la consulta impulsada por Petro, ahora negada, se realizaría en julio de este año.

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Forbes Staff y EFE