Con una década de experiencia acelerando startups, líderes de Rockstart en Latinoamérica lanzan Niilo, una plataforma que, integrando IA, busca ser el copiloto operativo de los emprendedores en la región.
En 2011, Rockstart desembarcó en América Latina con una misión: acelerar startups con potencial internacional.
Más de una década después, con más de 260 compañías invertidas y un portafolio de alumni que supera los US$1.000 millones en valor, el cofundador de Rockstart Latinoamérica Felipe Santamaría y la directora de programas y partner Camila Rueda, han decidido dar un nuevo salto.
Su nueva empresa, Niilo es una plataforma que integra inteligencia artificial y que aspira a convertirse en eun copiloto operativo de cualquier emprendedor, en cualquier etapa y en cualquier rincón de la región.
“Queremos impactar a millones de personas en la siguiente década, apalancados con lo que está pasando tecnológicamente”, dijo Santamaría en entrevista con Forbes.
Por su parte, Rueda explicó que Niilo nace de la necesidad de profesionalizar el ecosistema de startups y negocios de la región con herramientas contextualizadas.
“Es como el cofundador que trabaja 24/7 de la mano de los emprendedores, porque no les quita equity y los ayuda en todos los retos del camino”, explicó Rueda. “Aunque Rockstart no nos da el modelo de negocio para invertir en muchos, sí podemos ayudar a muchos”.
A diferencia de plataformas como YC Startup School o bibliotecas globales de contenido, Niilo espera ofrecer una experiencia centralizada y adaptada a los contextos latinoamericanos.
El producto tiene varias capas: una comunidad de apoyo, contenido formativo, acompañamiento vía inteligencia artificial y una suite de herramientas operativas diseñadas especialmente para emprendedores de la región.
Desde crear contratos y calcular métricas hasta levantar capital con acceso a repositorio de decks y benchmarks regionales, la plataforma busca reducir la fricción típica del emprendimiento.
“Imagínate un emprendedor que tiene un asistente que le dice cuánto debe levantar, cómo debe levantarlo, de quién debe levantarlo, cuáles son los benchmarks de precio, de cap, de montos por ronda”, dijo Santamaría. “Eso en temas de fundraising, pero también en métricas, liderazgo, contratación…”.
El modelo de negocio es freemium: una capa gratuita con acceso a educación, comunidad y un chat AI, y una versión paga con acceso completo a funcionalidades como CRM de inversionistas, módulos financieros, tableros de métricas y herramientas para estructurar ESOPs y acuerdos entre socios.
“Nosotros no queremos ser ChatGPT”, aclaró Rueda. “Estamos intentando construir un asistente que te ayuda a llevar métricas, que te dice cómo construir un primer experimento para validar un go-to-market sin necesidad de mucho capital. Te pone tareas, te pone reminders, etc”.
En la visión de sus fundadores, Niilo busca servir tanto a quien apenas está ideando su negocio desde la universidad como a quienes ya han levantado capital y están en fases avanzadas.
“Queremos que sea una herramienta para todos, que no sea solo de un nicho. No queremos que sea solo para el que quiere construir una startup”, afirmó Rueda.
La compañía ya levantó una ronda pre-semilla de US$500.000 con inversionistas ángeles y fundadores de otras startups de la región. Aunque tienen conversaciones con fondos de venture capital, prevén que una nueva ronda más grande llegará hacia 2026, una vez validen tracción y definan su expansión geográfica.
“Estamos persiguiendo el modelo startup, es decir, crear una compañía fundeable y de crecimiento explosivo”, apuntó Santamaría. La meta: construir una plataforma escalable y contextualizada, que combine educación, comunidad, herramientas y datos en una sola experiencia digital para miles de emprendedores.
¿Y Rockstart?
Lejos de una separación, el nacimiento de Niilo viene acompañado de una reestructuración dentro de Rockstart, que abrirá paso a nuevas unidades de negocio y una expansión del equipo. “Rockstart sigue y continúa mucho más fuerte”, dijo Santamaría. “Vamos a tener diferentes cosas, como un fondo de deuda, un club de ángeles, el mismo Niilo, y todos vamos a trabajar juntos”.
Con Niilo, Santamaría y Rueda apuestan a algo más grande que otra startup: buscan reducir el gap operativo que impide que buenas ideas escalen en América Latina. Con inteligencia artificial como motor y una década de experiencia como respaldo, su visión es clara: transformar el emprendimiento desde las bases, sin importar si el sueño nace en una capital latinoamericana o en una ciudad intermedia.
“Hoy, con el ecosistema y el talento que tenemos en la región, ya podemos aspirar a crear compañías de talla mundial”, concluyó Santamaría.
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