Esta startup quiere convertir demandas judiciales en activos de inversión escalables

Para la mayoría de personas, una demanda judicial representa una carga: altos costos legales, años de espera e incertidumbre financiera. Pero para los fundadores de Loopa Finance (antes Qanlex), un proceso judicial puede ser exactamente lo contrario: una oportunidad de inversión.

La compañía, fundada en 2020 por los argentinos Yago Zavalía, un ingeniero y programador con MBA de Harvard, y Fernando Folgueiro, abogado con experiencia en economía aplicada, busca explorar algoritmos tecnológicos en la financiación de litigios, un sector que en mercados desarrollados como Reino Unido y EE.UU. ya mueve miles de millones de dólares, a través de software y automatización.

“Los fondos tradicionales encontraban casos por contactos o abogados”, explicó Zavalía en una entrevista con Forbes. “Nosotros usamos tecnología para hacerlo a escala”.

La financiación de litigios, es un modelo en el que un tercero, como Loopa, financia el costo de una demanda judicial. A cambio, recibe una parte del monto adjudicado si el caso se gana. Si se pierde, el financiador no cobra nada. En otras palabras, asume el riesgo.

En mercados donde el acceso al crédito es limitado, como en América Latina, este tipo de soluciones se ha vuelto crucial para empresas que enfrentan disputas legales contra grandes contrapartes, incluidos gobiernos, pero no tienen los recursos para litigar durante años.

“Apoyamos a compañías que tienen casos sólidos, pero no liquidez para llegar hasta el final. Nosotros ponemos el capital y cobramos solo si ganan”, detalla Folgueiro.

La idea surgió en el Harvard Innovation Lab, donde Zavalía y Folgueiro construyeron una primera versión de la plataforma. En lugar de depender de brokers o abogados para identificar litigios, su software se conecta a bases de datos judiciales, analiza documentos públicos, evalúa la solidez legal del caso y estima probabilidades de éxito.

“Usamos inteligencia artificial y large language models (LLMs) para leer demandas, comparar casos y estimar duración y retorno esperado”, dice Zavalía.

Una vez que un caso pasa los filtros automáticos, un abogado de Loopa entra a analizarlo en detalle. Luego, si es aprobado, la firma ofrece el financiamiento a través de un fondo administrado internamente. Actualmente, Loopa está invirtiendo un fondo de US$30 millones y se prepara para lanzar el siguiente.

Desde su fundación, la empresa ha invertido en 70 litigios, alrededor de un tercio de ellos contra Estados, y ha perdido solo uno, con retornos promedio del 119% en los casos ganados. Los tickets de inversión oscilan entre US$200.000 y US$3 millones.

A diferencia de un bufete, Loopa no representa legalmente a los clientes ni influye en la estrategia judicial. Se define como un asset manager: administra capital, cobra comisiones por rendimiento y apuesta por litigios con retorno financiero.

“Nos fijamos en tres cosas: viabilidad jurídica, tiempos razonables y que la contraparte tenga cómo pagar. Si no hay solvencia, no entramos”, señala Folgueiro.

Hoy, con un equipo de 20 personas, 60% con formación legal, el resto desarrolladores, Loopa tiene operaciones en Latinoamérica y en nueve países de Europa, incluyendo España, Francia, Alemania y Noruega. Además de litigios, financian arbitrajes internacionales en sedes como Nueva York o Londres, donde los costos pueden superar el millón de dólares.

En algunos casos, si el proceso avanza sin resolución, Loopa incluso adelanta parte de la indemnización estimada, permitiendo que el cliente use esos recursos antes de que termine el juicio. “Transformamos un activo legal en una herramienta de financiación estratégica”, afirma Zavalía.

Respaldada por fondos como The LegalTech Fund, FJ Labs y Carao Ventures, Loopa busca escalar su modelo a más mercados. En 2024 fue reconocida por Chambers and Partners como una de las mejores firmas de litigation support de la región.

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