Aunque la simplificación normativa podría reducir costos administrativos, también puede generar presión competitiva y limitar el acceso a financiamiento sostenible para quienes no cumplan con los estándares ESG europeos. 

El paquete Ómnibus de la Unión Europea representa un nuevo marco regulatorio que, aunque introduce flexibilidades temporales, anticipa mayores exigencias en sostenibilidad y responsabilidad empresarial. 

Para las empresas colombianas que buscan consolidarse o ingresar al mercado europeo, adaptarse a este entorno normativo será clave para su competitividad.

Así lo advierte el Consejo Colombiano para el Desarrollo Sostenible, Cecodes, al señalar que la regulación europea no implica una relajación definitiva, sino una transición hacia estándares más rigurosos en trazabilidad, gestión ambiental, derechos humanos y certificaciones. 

Como resultado, las grandes compañías del país podrían tardar entre 12 y 36 meses en cumplir completamente estas exigencias, dependiendo de su nivel de madurez.

Uno de los principales retos será incorporar a los pequeños proveedores en este proceso. Las empresas ancla deben liderar estrategias de acompañamiento, capacitación y financiamiento inclusivo, promoviendo un enfoque de sostenibilidad integral a lo largo de sus cadenas de valor.

Sergio Rengifo, director ejecutivo de Cecodes, destacó que esta regulación exige una adaptación tanto interna como externa: actualización de formatos de reporte, ajustes regulatorios nacionales y monitoreo constante del entorno global.

Aunque la simplificación normativa podría reducir costos administrativos, también puede generar presión competitiva y limitar el acceso a financiamiento sostenible para quienes no cumplan con los estándares ESG europeos. 

“Prepararse desde ahora es imperativo para lograr una inserción exitosa y sostenible en los mercados internacionales”, señaló.