El autor plantea una alianza entre gobierno y startups para atender las necesidades del país.

Estamos en un momento de reflexión en el país. Claramente existe un descontento en la sociedad y muchas cosas que mejorar. Quiero hoy proponer una solución clara, para ayudarnos a todos a construir una gran nación.

Mucho se ha hablado de lograr que el emprendimiento sea un motor fuerte de la economía. En el mundo estamos viviendo una gran revolución tecnológica. La llegada de la inteligencia artificial, el internet de las cosas, la robótica, la nanotecnología, la impresión en 3D, entre otros, están cambiando la economía mundial y la definición de productividad.

Sin duda, en Colombia estamos mucho mejor que hace 10 años. Sin embargo, como pudimos ver en las recientes manifestaciones, la nación tiene un gran descontento. Lo más peligroso es que en un mundo de economías ultra competitivas, enfrentamos el riesgo de ser un país ‘tercermundista’ por siglos si no actuamos ahora.

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La buena noticia es que el gobierno colombiano le apuesta a una agenda que ve al emprendimiento como el envión que nos puede sacar adelante. Iniciativas de la economía naranja tienen beneficios para quienes deciden emprender: beneficios fiscales por 5 años para reinvertir utilidades, los programas de Innpulsa y búsqueda de inversión extranjera. El problema: estos esfuerzos se quedan cortos.

El problema principal del enfoque del gobierno, y uno que tuve la oportunidad de hacer saber directamente a varios ministros, es que está dejando pasar la oportunidad de tener un gran impacto en la creación de emprendimientos y solucionar su mayor ineficiencia: la distribución de recursos.

Al realizar procesos licitatorios tenemos mucho que mejorar en nivel de corrupción, adicionalmente las startups no participan, lo que limita dramáticamente la competencia.

El gobierno puede conectar startups con sus problemáticas foco hoy mismo y crear una mejor sociedad.

Un startup comienza con un grupo de personas que deciden solucionar un problema, y trabajan para lograrlo. Si tienen éxito, consiguen clientes, a quienes les ofrecen solución, creando valor. El startup a su vez, usa los ingresos provenientes de clientes o capital de inversión para mejorar su producto o servicio y solucionar el problema cada vez mejor, contratando equipo, llegando a nuevos clientes y creciendo.

Las startup son una de las mejores herramientas para mejorar la sociedad: un grupo apasionado por resolver un problema, pensando, trabajando todo el día para solucionarlo y moviéndose a una velocidad altísima.

La solución:

Gobierno y startups son tal para cual: las segundas tienen ideas, equipo y pasión por solucionar problemas, pero les faltan clientes.

El gobierno es el cliente por excelencia. El país está lleno de problemas, así que hay muchísimas oportunidades para contratar startups.Esto debería estar pasando hace décadas, pero no sucede. Le pregunté a 50 líderes de startups si trabajaban con gobierno. 48 dijeron que no. Las dos que dijeron que si, trabajan con entidades mixtas como Ecopetrol. Esto es una pena.

Las razones de renuencia son claras:

Para las Startups:

  • Los proyectos toman mucho tiempo.
  • Las licitaciones tienen requerimientos leoninos (capitalización de más de 10 millones de dólares, o 10 años de experiencia).
  • Los fundadores ven contratar con el gobierno como un ejercicio peligroso.
  • No hay conocimiento sobre las oportunidades disponibles.

Por el lado del Gobierno:

  • Hacer las cosas bien prima sobre hacerlas rápido. No se pueden cometer errores y experimentar no da cabida al aprendizaje.
  • La ley 80 y otros estatutos se hicieron para evitar corrupción, una consecuencia adicional es que trabajar con un grupo de startups bajo otros términos es difícil.
  • Es difícil evaluar qué equipos tienen mejor oportunidad de éxito, o know-how para atacar el problema.

Estos problemas tienen solución. El gobierno podría designar problemáticas específicas y pedirle a RutaN e INNPULSA que convoquen startups y equipos a proponer soluciones a problemas como por ejemplo:

  • Una solución que mejore la asignación de citas en EPS.
  • Alternativas para aprovechar dispositivos móviles y ofrecer herramientas de estudio a estudiantes y profesores.
  • Plataformas similares a Frubana para agilizar los procesos de las centrales de acopio.
  • Soluciones para mejorar la asignación de rutas de medios de transporte masivo.

Esto soluciona el problema de velocidad porque los proyectos ya estarían asignados. El gobierno tendría un aliado experto en trackear resultados, podría hacerse un fast-track donde, aunque no aplique Ley 80, se asegura que no haya corrupción. Además, al iniciar pequeño – con 20-30 startups al año, se puede iterar e ir expandiendo el programa.

Sé que en el gobierno hay buena fe y deseos de lograr cosas como estas. Pero es clave tener un doliente, ya sea en el Ministerio de las TIC, o creando un nuevo Ministerio de Innovación. Con resultados específicos que se midan semanalmente y sean públicos. Esto además cambiará la percepción de emprendedores, y permitirá que cada vez más equipos quieran solucionar problemas de interés para el gobierno.

Invito al gobierno a hacer una mesa de trabajo para conectar este tercer pilar y crear el mejor ecosistema de emprendimiento de Latinoamérica y en consecuencia abordar las problemáticas del país de manera mucho más ágil. 

Unir los recursos públicos con el empuje de las startups es la mejor manera de atacar los problemas del país, creando el mejor ecosistema de emprendimiento de Latinoamérica. Un referente a seguir en alianza público-privada para el mundo. Solo falta dar el primer paso, ¡hagámoslo!

Contacto:
LinkedIn: Daniel Bilbao
Twitter: @ddbilbao
*El autor es fundador y CEO de la empresa Truora, que tiene como objetivo combatir el fraude en Latinoamérica. Trabajó en la banca de inversión en Wall Street, es consejero y miembro de juntas directivas de varias ‘startups’ y hace angel investing.

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