Según el DANE, las mujeres aportan el 78,4 % del total de horas anuales dedicadas a las tareas del hogar.

Cuando se trata de arreglar la casa, cocinar o limpiar los baños parece que el género importa.

Según el DANE* en 2017, las mujeres aportaron el 78,4 % del total de horas anuales dedicadas a las tareas del hogar, mientras que los hombres aportaron el restante 21,6 %. Esto quiere decir que una familia donde hombre y mujer trabajan, son las mujeres las que deben resolver todo lo relacionado con la casa.

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Esta sobre carga histórica de trabajo que han tenido las mujeres, afecta en los niveles socioeconómicos más bajos el avance intelectual de las mujeres colombianas. Según reporte de ONU Mujeres, en estratos uno y dos puede llegar a ser el 93 % de la carga.

Les pasa que cuando están en un almuerzo familiar es habitual que las mujeres le sirvan a los hombres, esposo o hermanos. O que cuando el esposo de una amiga le cambia el pañal a su bebé, ella le da las gracias por su consideración. Estas dos situaciones no se dan naturalmente al revés. ¿Qué pasaría si se reformulan conscientemente estas conductas?

Cuando una mujer dice abiertamente que no le gusta cocinar o realizar las tareas del hogar enfrenta diversos juicios, algunas miradas de la sociedad la tildan como una mujer menos valiosa en lo que debería ser. Las iniciativas de cambio son posibles. Como sociedad debemos empezar a evolucionar estas situaciones que aparentemente parecen nimiedades.

Con respecto al trabajo del hogar remunerado, de las 750.000 personas dedicadas a esta labor, 95 % son mujeres.

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Desde hace tres años nació Symplifica, un emprendimiento del que hago parte como cofundadora. A través de él buscamos ayudar a la formalización de empleados del hogar en Colombia a través de la tecnología.

A menudo escucho personas que consideran que este trabajo es sencillo y en la mayoría de los casos ni siquiera lo consideran como tal. Solo dos de cada diez mujeres contratadas como empleadas domésticas gozan de beneficios legales como acceso a seguridad social o pensión en Colombia.

Según informe de ONU Mujeres una de las leyes que mas ha promovido la equidad de género en Colombia, es justamente la que regula y reconoce el trabajo del hogar remunerado como un trabajo formal.

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En este sentido, las personas que contratan este servicio tienen una oportunidad como contratantes: aportar al desarrollo de las mujeres menos favorecidas en Colombia empezando por la persona que hoy día va a limpiar su casa.

El género importa en nuestro país y en el mundo entero. Hombres y mujeres podemos aportar a construir un país más justo. Esto empieza con la forma cómo criamos a niños y niñas y se refleja en la forma como nos relacionamos con nuestros empleados de casa.

Contacto:
LinkedIn:Salua García Fakih
Twitter: @Saluagf

*La autora es Cofounder de la plataforma Symplifica. Además cuenta con un máster en Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Rosario y especialista en Gerencia de Mercadeo de la Universidad Eafit. Fue miembro de la comunidad Global Shaper, iniciativa juvenil del World Economic Forum.

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