Para ser buen manager no solo se necesita de conocimiento y experiencia. Algunas claves sobre gestión que muy probablemente en ese círculo gerencial nadie se atreve a hablar.
Sin importar el camino de carrera que cada persona elija tomar, todos nos enfrentamos a tener que trabajar con jefes, como jefes, o de ambas formas.
El primer caso suele ser sencillo, trabajar con jefes requiere adaptarse y atender a las necesidades de este y del grupo del que se es parte. Ser jefes (una palabra que desde ahora cambiaremos por manager), en cambio, requiere un trabajo personal importante, desarrollar características específicas y, muchas veces, ir en contra de lo que puede ser “lo correcto”.
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Habiendo desarrollado las habilidades ya conocidas para manejar bien un equipo: establecer metas claras, enfocarse en resultados, fomentar tranquilidad psicológica y proveer retroalimentación clara y accionable, los mejores managers desarrollan otros comportamientos que suelen ser inusuales.
Evaluándolos de cerca, podría decirse que hacen trampa. ¿Cómo? Se apropian de ideas, hacen mano negra y tercerizan su trabajo. Esas se pueden convertir en sus más formidables características y al mismo tiempo en aquellas de las que nadie habla, pues existe la falsa creencia de que el manager es un superhéroe que sabe todo, controla todo y es autosuficiente. ¡Mentira!
Los grandes managers se apropian de ideas:
Cuando están creando equipos, los mejores líderes no son originales. Existen más de 50 libros recomendados sobre cómo liderar un equipo, lo que demuestra que casi todo sobre cómo hacerlo está dicho y solo hace falta leer un par de esos textos para entender que no se trata de ciencia de cohetes.
Un buen manager es el que es consciente de cuáles son las mejores prácticas para su trabajo y se esfuerza por desarrollarlas. Este primer paso se fundamenta en observar y replicar, bien sea de otros equipos o de la literatura, qué es lo que le funcionaría más a su equipo de trabajo.
Los mejores managers hacen ‘mano negra’:
Uno de los errores principales de los gerentes, líderes o fundadores de empresa es que cuando no saben hacer algo, en vez de preguntarle a alguien que sí sabe, tratan de resolverlo por sí solos. Error.
Cuando un buen manager se enfrenta a problemas nuevos y desconocidos no hay mejor solución que hacer ‘mano negra’. Esto significa, permitir que la ‘mano’ de otra persona, su mentor, quien está empapado del tema y con quien en muchas ocasiones trabaja de cerca, guie las decisiones y las acciones para obtener el mejor resultado. No tener las respuestas y tener que buscar ayuda no es sinónimo de ser un manager mediocre.
Los mejores managers tercerizan su trabajo:
Esta habilidad es la que va más en contra de lo que se define como “correcto”. Sobre esto Bill Gates alguna vez escribió que uno de sus grandes aprendizajes de liderazgo fue del empresario Warren Buffett.
El cofundador de Microsoft vio cómo Buffett usaba una agenda pequeña para programar todas sus reuniones. La libreta, en vez de estar a tope tenía días enteros sin una sola reunión. Para Gates, a quien en todo momento demandaban su tiempo esto era inimaginable.
Un manager que ‘no hace nada’ en muchas ocasiones es visto con muy malos ojos, incluso hay quienes dicen que un líder así se dedica a presentar los resultados del trabajo de otros y no el suyo.
Aunque es cierto que el estereotipo de jefe acaparador de resultados es real. No debe ser confundido con el gran manager que ha logrado que su trabajo suceda a partir de su equipo, sin la presencia permanente de él como vigilante del proceso.
Según expertos, una persona no puede manejar efectivamente a un equipo de más de ocho empleados, idealmente deben ser máximo cinco. Así las cosas, cuando como líder tiene un equipo de 50, 100 o 200 personas, ¿cómo manejarlo? La respuesta es: creando equipos que se autorregulen, en donde el rol del manager sea más el de un facilitador.
*El autor es fundador y CEO de la empresa Truora, que tiene como objetivo combatir el fraude en Latinoamérica. Trabajó en la banca de inversión en Wall Street, es consejero y miembro de juntas directivas de varias ‘startups’ y hace angel investing.