El panorama tecnológico en Colombia ha crecido exponencialmente. Bogotá y Medellín ya se ubican como referentes de la región.

Hace cerca de 10 años llegué a Colombia. Y durante esta década he sido testigo de un cambio excepcional en el país: mientras que hace unos años la tecnología llegaba importada como una propuesta del primer mundo que se recibía con recelo y sospechosa, ahora son las compañías colombianas las que desarrollan esa tecnología localmente para el resto del mundo.

En en el país las compañías de base tecnológica ya no son asociadas exclusivamente con un futuro que llega a nosotros por inercia desde otros continentes y otras latitudes. Ahora, las compañías de tecnología nacen en el país, son parte de su realidad y han sido capaces de atraer los ojos del mundo a medida que crean el futuro.

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Aunque el simple acto de escribirlo genere cierta extrañeza, la realidad es que Colombia,  particularmente en los casos de Bogotá y Medellín, viene ganando terreno y posicionándose como un centro de innovación y tecnología, que ha impulsado a algunas compañías locales a crecer al ritmo de las compañías que más crecen en todas las Américas.

Las experiencias ganadoras en sectores como fintech, foodtech y edtech han llevado a varias compañías tech colombianas a expandir exitosamente su operación a nivel regional, a jugar en bolsas de valores internacionales y a atraer el tipo de inversión extranjera que hace unos años tenía los matices de un sueño, no de una realidad.

Fondos de inversión como SoftBank, que desde 2008 ha invertido miles de millones de dólares en algunas de las compañías de tecnología más grandes del mundo, y como QED Investors, el principal fondo de inversión fintech en el mundo, han confiado en compañías colombianas que le han apostado a la innovación y a la disrupción a través de tecnología.

En ese sentido, las infraestructuras tecnológicas y los modelos de análisis de datos para soportar los modelos de negocio desarrollados en Colombia, están sin ninguna duda al nivel de las mejores compañías de base tecnológica alrededor del globo. 

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Ahora bien, ¿cómo llegamos a este punto? Para las compañías y los emprendedores que aspiran a seguir los pasos de las fintechs, foodtechs y edtechs que han abierto el camino y han puesto a Colombia en el mapa de la tecnología y la innovación, las respuestas son alentadoras:

  • El talento local ha dado un salto de calidad: Es decir que para encontrar los perfiles que están a la vanguardia en temas de tecnología y en asuntos de data no tienes que invertir una fortuna para seducir a algún un rockstar de Sillicon Valley o algún genio silencioso en Estonia. Es probable que esas personas estén en Colombia o en otros países de la región como México y Brasil.
  • Hay proveedores locales de tecnología. En medio de este despegue tecnológico en el país se han multiplicado las compañías dedicadas a ofrecer soluciones tecnológicas para procesos específicos. Entre ellas hay softwares de contabilidad y de cobranza, herramientas de soporte técnico y mecanismos de validación de identidad en línea, por mencionar solo algunos casos. Los grandes proveedores extranjeros, por ejemplo en el tema de servidores, siguen siendo claves. Pero también hay otras fichas del rompecabezas que pueden ser ubicadas localmente.
  • El volumen de información y de datos ha aumentado. Este es el fundamento de las capacidades tecnológicas en la mayoría de las compañías tech. La disponibilidad y el acceso progresivo a esa información ha sido y será determinante para que este tipo de empresas puedan asumir mayores riesgos y desarrollar modelos de negocio más personalizados e incluyentes que sin esa información serían imposibles.

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  • La adopción digital tiende a aumentar en el país. Probablemente, como hemos visto que sucede alrededor del mundo, la crisis por Covid-19 tendrá como efecto una aceleración en los procesos de adopción digital, especialmente en los países que mayores retos tienen en este aspecto.

    Colombia es uno de ellos, y a pesar de que en las principales ciudades las personas están más dispuestas a apropiarse de estas ideas desde hace un par de años, hay todavía mucho trabajo para integrar mejor a las regiones y tener mayor acceso a fuentes de datos.   

Así las cosas, cerca de 10 años después de haber llegado al país para desarrollar el sector fintech, puedo afirmar que hoy vivo en un lugar donde ya no estamos mirando con asombro lo que podría traernos el futuro. Hoy, desde Colombia, somos nosotros mismos quienes lo estamos creando.

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LinkedIn: Tarek El Sherif
*El autor es cofundador y CEO de Zinobe, fintech colombiana enfocada en impulsar la inclusión financiera en el país, ampliando el acceso a servicios financieros 100 % digitales.

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