Saber qué carrera elegir o qué paso dar en su futuro profesional es una decisión que siempre genera estrés. No hay fórmula secreta, la experiencia es la clave.

Siendo una estudiante brillante al final de sus años de estudio en la preparatoria, Maite Muñiz no estaba segura de qué estudiar al graduarse, y no era porque nada le llamara la atención, todo lo contrario. Tenía ganas de aprender de todo y no sabía qué carrera escoger que no le cerrara el horizonte.

Su método para tomar el siguiente paso en su carrera consiste en buscar la opción que le permita aprender más y que le abra nuevas alternativas. Para muchos de nosotros, resulta contraintuitivo y potencialmente desastroso porque aprendimos que ser un “todero” es la forma más laboriosa de fracaso que existe.

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Obviamente, perseguir una carrera en las artes, la ciencia y la política al mismo tiempo es una locura que sin duda va a terminar en al menos un par de fracasos y terribles hábitos de sueño, pero ser un generalista de economía, negocios o incluso tecnología no es una idea tan descabellada para una persona joven que inicia su carrera.

“Tiene que escoger algo que le guste porque no puede hacer de todo” es una frase que uno le escucha a padres profesores y cuanta persona mayor uno se topa en el camino que se tome la molestia de darle un consejo de carrera y es un buen consejo. Pero ¿Cómo saber cuál es la especialidad correcta? La respuesta corta es: no se puede hasta no haber probado.

“Soy empleada de una firma mundialmente reconocida, con una carrera prometedora y con ganas de hacer un MBA. Hora de renunciar para dedicarme de tiempo completo a una start-up en early stage” ¿Suena a locura, verdad? Créanme, hay método en su locura.”

Cuando uno empieza en la bolsa de valores, uno arranca invirtiendo “seguro” en una acción predecible con un retorno modesto y luego empieza a diversificar para no tener todos los huevos en la misma canasta, y cuando uno ve una oportunidad buena, le invierte fuerte a esa acción y puede sacar buenas ganancias. Esa capacidad de apostarle a una acción en particular viene con la experiencia. 

Es igual con la carrera: uno empieza por una rama del conocimiento, prueba trabajando en varios roles y cuando ve el que, a su parecer, tiene más futuro, se manda de cabeza. Y, siendo que el tiempo que uno invierte en su carrera es invaluable, tiene todo el sentido tomar una buena decisión y no pretender que sabe cuál es el camino correcto sin haber probado.

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En el cuarto episodio del podcast El Universo de Truora: Historia de un startup, se revela la historia de Maite Muñiz y su decisión de dejar de trabajar en una consultora mundialmente reconocida para probar suerte en un startup en etapa temprana.

Cualquier decisión que involucre la carrera es una fuente de estrés y angustia completamente justificada pero vale la pena correr riesgos calculados en aras de aprender para crecer como profesional, eso te puede llevar por caminos que no parecen obvios a simple vista. Acompáñanos a escuchar la historia de Maite y descubre las razones que la llevaron a tomar una decisión aparentemente terrible que terminó permitiéndole aprender y crecer más de lo que habría imaginado.

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Twitter: @ddbilbao
*El autor es fundador y CEO de la empresa Truora, que tiene como objetivo combatir el fraude en Latinoamérica. Trabajó en la banca de inversión en Wall Street, es consejero y miembro de juntas directivas de varias ‘startups’ y hace angel investing.

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