Los gobiernos del mundo tienen cinco “caballitos de batalla”, con 21 prioridades, en los que deben enfocarse en estos momentos. Estos son.

Aunque en Colombia tenemos la mirada puesta en las polarizadas elecciones del 2022, a nivel mundial, sin ser nuestro país la excepción, los tomadores de decisiones en las empresas, gobiernos, universidades y organizaciones y colectivos de la sociedad civil tienen responsabilidades y asuntos críticos con repercusiones de largo plazo en sus manos que requieren acción inmediata.

Según el informe “21 en 21”  de la Cumbre del Gobierno Mundial (organización hermana del Foro Económico Mundial liderada por el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos) en colaboración con el Instituto de Transformaciones Nacionales de Kearney, los gobiernos del mundo tienen cinco “caballitos de batalla”, con 21 prioridades, en los que deben enfocarse en estos momentos.

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1. Reparación del tejido social:

  • Debido a que el Covid-19 ha hecho que las iniciativas de salud se centren en atender la pandemia, dejando atrás, o por lo menos poniendo en pausa, la inversión y atención al VIH, tuberculosis y malaria, reactivar las iniciativas de salud mundial en otros virus letales transmisibles es impostergable.
  • La pandemia ha aumentado de manera sin precedentes la ansiedad y la depresión. Por esto, restaurar la salud mental, ya que de esta depende el bienestar, la resiliencia y la productividad, es urgente.
  • El Covid-19 ha intensificado y multiplicado los estresares en la vida de los niños: inseguridad alimentaria, estrés de los padres, reducción de ingresos, abuso infantil e interrupción del contacto social y educativo. Las experiencias en la infancia son críticas para el desarrollo de la identidad, el sentido del tiempo, y las capacidades de anticiparse al futuro, entender las necesidades de los otros y expresar emociones. Por ende, proteger el desarrollo de las mentes más jóvenes es imperioso.
  • Restaurar y expandir el empoderamiento de las mujeres, dado que, desde el comienzo de la pandemia, las responsabilidades del cuidado de los hijos y del hogar aumentaron un 70 % más en las mujeres que en los hombres. Para tal fin, se requiere ampliar los sistemas de apoyo para que las mujeres puedan trabajar, además de facilitar su ingreso en sectores más diversos.
  • Avanzar en la reforma integral de las redes sociales para reducir la prevalencia de los modelos de negocio basados en la manipulación de los sesgos cognitivos para impulsar el comportamiento adictivo y asegurar atención vendible. Defender la soberanía de las mentes de los ciudadanos debe estar en la agenda.

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2. Reimaginar y reforzar las instituciones públicas clave:

  • Para los líderes de los países, es una prioridad urgente apoyar financieramente a los gobiernos subnacionales para garantizar la prestación ininterrumpida de servicios vitales de salud, seguridad pública y protección social, sin exceder los impuestos de los ciudadanos y empresas.
  • En los confinamientos, las personas con más recursos económicos dejaron los centros de las ciudades grandes. Por esto, reimaginar la propuesta de valor de las ciudades y cómo pueden ofrecer oportunidades económicas, bienestar y cohesión social a una mayor parte de sus residentes será fundamental para que sigan siendo motores de crecimiento económico.
  • En preparación para un futuro cada vez más incierto, evaluar, rediseñar, transformar y reconstruir el portafolio de capacidades para ser “a prueba de futuro” requerirá inversiones robustas y polivalentes.

3. Navegar el transformado orden geo-tecnológico:

  • Construir a nivel mundial una interoperabilidad técnica, política y económica ágil para contrarrestar el splinternet.
  • Comprender y equilibrar la relación nacional con los gigantes tecnológicos mundiales.  Esto implica evaluar el grado de dependencia nacional de los servicios prestados por estas compañías, garantizar la preparación para los cambios repentinos en la disponibilidad de los servicios y estudiar la renovación de la política nacional fiscal y regulación tecnológica.

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  • Formar y gestionar alianzas de datos con socios de confianza para generar valor mutuo, minimizando los obstáculos al intercambio digital internacional.
  • Considerar que las amenazas a la seguridad nacional y al bienestar de los ciudadanos pueden ser abordadas únicamente a nivel nacional ignora la omnipresencia y la naturaleza universalmente compartida de estas amenazas. Por esto, enfrentar los retos del siglo XXI asociados a la ciberseguridad, el cambio climático y la continua recuperación económica mundial tras la Covid-19 exigirán un nuevo multilateralismo y respuestas coordinadas.

4. Competir en una economía global transformada:

  • Para poder participar en las cadenas de valor mundiales y acceder a los grandes mercados extranjero, se requiere que los países se adapten rigurosamente a un panorama normativo más sofisticado y mucho más estricto.
  • Promover simultáneamente la competitividad económica sostenible y la resiliencia nacional en un mundo potencialmente re-globalizado.  Las evidencias lo han demostrado históricamente: el proteccionismo es insostenible. Por esto, se requiere evitar y enmendar las decisiones proteccionistas per se, y considerar la autosuficiencia solo si esta lleva a un aumento de la competitividad.
  • Impulsar una revolución del aprendizaje accesible, de calidad mejorada, a gran escala y suficientemente especializado en el desarrollo de competencias específicas y polivalentes de los ciudadanos.

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  • Reinventar la estructura de la fuerza laboral, redistribuyéndola de forma que se optimice tanto la productividad como la satisfacción de los trabajadores humanos.

5. Asegurar el futuro lejano:

  • Eliminar los caldos de cultivo virales a nivel mundial para evitar que el coronavirus siga evolucionando y propagándose.
  • Garantizar la preparación para la próxima generación de amenazas, mediante la vigilancia de la dinámica de las zonas grises y crear capacidades para disuadirlas y responder a ellas con mayor rapidez y eficacia.
  • Contrarrestar la explotación criminal de la crisis y tomar medidas preventivas contra la actividad ilegal de las vacunas, entre otras cosas, garantizando cadenas de suministro seguras y flujos de información fiables, y cerrando los sitios web ilícitos y las vías de comercialización de vacunas, equipos médicos y certificados de vacunación falsos.
  • Reforzar la resistencia de los sistemas alimentarios e hídricos sostenibles en el contexto de aceleración del cambio climático, lo cual implica activar la resiliencia circular de toda la sociedad.
  • Acelerar la consecución de los objetivos políticos mediante la innovación concentrada y colaborativa.

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Integrar decididamente estos apremiantes “caballitos de batalla” en la agenda política nacional implica, sin duda alguna, un renovado contrato social entre gobiernos, empresas, universidades y ciudadanos para lograr el futuro que todos queremos.

Pero además se requiere fortalecer la cooperación internacional y el multilateralismo para que se pueda llevar a cabo de forma eficiente, justa y equitativa la vacunación; encarar con urgencia la crisis climática y fortalecer la acción climática alineada en los esfuerzos de recuperación de los nefastos efectos económicos, sociales y políticos del Covid-19 (y pandemias venideras); aprovechar las oportunidades que presentan las tecnologías digitales para reducir las desigualdades; y, especialmente, abordar el déficit de confianza mundial, aún más profundizada por la desinformación, la creciente desigualdad política, económica y digital, y la percepción de que ni los gobiernos cumplen sus promesas y la realidad de que los diferentes actores sociales no conversan entre sí.

Desconociendo si los diferentes actores de este nuevo contrato social van a estar o no a la altura del desafío, ¡el tiempo para actuar es ahora!

Contacto
LinkedIn: María Alejandra Gonzalez-Perez
Twitter:@alegp1
*La autora es profesora titular de la universidad Eafit. Es presidente para América Latina y El Caribe de la Academia de Negocios Internacionales (AIB). PhD en Negocios Internacionales y Responsabilidad Social Empresarial de la Universidad Nacional de Irlanda.