De acuerdo a la definición del Banco Mundial, los bonos verdes son títulos de deuda que se emiten para generar capital específicamente para respaldar proyectos ambientales o relacionados con el cambio climático.

El pasado 6 de septiembre el Ministerio de Hacienda anunció la emisión en el mercado local de $500 billones de pesos en TES verdes buscando sin duda atraer a un segmento particular de inversionistas con interés este tipo de títulos. Frente a esta noticia me surgen dos preguntas muy relevantes y en las que basaré esta columna, ¿Que implicaciones tiene emitir bonos verdes? Y ¿cuál es el objetivo que persigue el gobierno?

En primer lugar, para aquellos que no están familiarizados con el termino, los TES son los bonos que emite el gobierno buscando financiar su gasto. En términos simples, un bono es un título de deuda en el cual el emisor se compromete a pagar un interés o cupón periódico y a su vencimiento devuelve el capital al inversionista. Ahora bien, de acuerdo a la definición del Banco Mundial, los bonos verdes son títulos de deuda que se emiten para generar capital específicamente para respaldar proyectos ambientales o relacionados con el cambio climático. Es decir, cuando se adquieren estos bonos, los inversionistas no solo evalúan sus condiciones financieras como la tasa, duración y demás, sino que también monitorean el uso final que se de a los recursos.

Esta emisión será en formato Twin Bond, es decir las características serían las mismas del bono actual con vencimiento al 2031, haciéndolos competitivos sin afectar la liquidez del mercado local al valorarse con la curva en pesos. Además, los recursos obtenidos se utilizarán en proyectos de energías renovables, control de polución, eficiencia en el uso recursos naturales entre otros. Un hecho importante es que Colombia será el primer país en Latinoamérica en realizar una emisión de estas características en su mercado local, Chile ya lo había hecho desde 2019 pero en mercados externos o offshore.

Para darnos una idea del apetito global en el grafico se puede ver el comportamiento de índice Bloomberg Barclays de bonos verdes para los últimos 5 años, que incluye títulos de este tipo tanto corporativos como públicos, denominados en diferentes monedas entre ellas el peso colombiano. El índice ha marcado un crecimiento en todo el periodo de 16.54%, pero lo que es verdaderamente impresionante es como entre su valor mínimo en marzo de 2020 hasta este año registró un aumento de 17.09%, mostrando no solo una recuperación, sino superando los niveles prepandemia.

Gráfico: Elaboración propia

Ese crecimiento y recuperación, que venía de un aumento en las inversiones sostenibles, ha cobrado un mayor impulso desde la pandemia ya que cada vez más inversionistas buscan compañías y fondos que adopten los principios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo), en especial en el mercado externo. En este contexto vale la pena notar que, de acuerdo al informe de tenedores de deuda de agosto, es precisamente la posición de extranjeros la que ha sido compradora desde marzo, lo que demuestra un interés por nuestros TES que con estos bonos verdes podría ampliar ese espectro de inversionistas.

En este contexto que ha traído la pandemia en los mercados, las reglas parecen estar reescribiéndose y los métodos de financiamiento de los gobiernos no se han quedado atrás, sino piensen en los DEG que emitió el FMI para cada uno de los países miembros. Por esta razón el Ministerio al emitir este tipo de títulos ha buscado aprovechar un cambio de enfoque que parece estar cobrando cada vez más fuerza y es el apetito por inversiones sostenibles.

Si quieren ver mi columna sobre los DEG, el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda pueden seguir este link.

También creo que hay otra razón de fondo, concerniente a una de las características que mencioné antes sobre los bonos verdes, el seguimiento al uso de los recursos. Lo que implica que el gobierno al emitir estos bonos hace una jugada estratégica de mostrar un compromiso con la transparencia en el uso de dichos recursos, lo que envía una señal particularmente relevante a los inversionistas en un año en el que hubo una rebaja en su calificación crediticia.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

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