La pandemia sentó un precedente al demostrar que pueden existir eventos lo suficientemente fuertes para crear disrupciones en la demanda mundial. ¿Qué viene ahora?

En años anteriores, el mercado del petróleo siempre se ha caracterizado por un exceso de sensibilidad sobre cualquier evento que pueda afectar la oferta, bien sea por las tensiones geopolíticas en medio oriente o el aumento de producción de fracking en Estados Unidos, lo que finalmente llevaba a los inversionistas a tomar decisiones de compra o venta precisamente en función de un ajuste de expectativas.

Lo anterior se daba, debido en mayor parte a una demanda relativamente estable en el mundo, lo que hacía que el gran driver que guiará a los precios fuera precisamente la oferta. Como ha pasado con muchas cosas, la pandemia puso fin a este enfoque al demostrar que existen eventos lo suficientemente fuertes para crear disrupciones de la demanda mundial.

Lea también: La jugada de los Gillinski con Nutresa

El anuncio de la nueva variante Ómicron es un claro ejemplo de esto que desató una importante fluctuación en los precios en noviembre que se puede ver en el gráfico. Donde el comportamiento del petróleo de referencia Brent en octubre y parte de noviembre marcaba máximos del año sosteniéndose en un nivel por encima de 80 dólares por barril para luego registrar una caída de 15,75% entre el 25 de noviembre y el 3 de diciembre llegando a 69,27 dólares por barril.

Gráfico: Elaboración propia

¿Cuál es la lógica detrás de este movimiento? La primera movida de muchos gobiernos ante la noticia llevó a restringir los vuelos entrantes de algunos países y además a aumentar los requerimientos de entrada y salida, lo que, por supuesto lleva a pensar en una menor demanda de gasolina, al menos empezando con los aviones.

Además, existe un telón de fondo a esta noticia que exacerba la situación, ya que varios gobiernos entre ellos Estados Unidos e India, habían decidido echar mano de sus reservas estratégicas de petróleo ante los altos precios de este commodity y la reticencia de la OPEP de no aumentar sus incrementos de producción mensuales de 400.000 barriles diarios. De esta manera los inversionistas temerosos que caiga el precio venden sus futuros de crudo aprovechando el nivel actual, lo que precisamente aumenta la oferta generando una caída brusca en los precios que es el mismo efecto que estaban temiendo, es decir es una profecía autocumplida.

Pero el impacto no solo se presenta en el crudo, sino también en el precio de las acciones de las compañías petroleras que típicamente están muy concentrada en este producto por lo que tienen una alta correlación con su precio. Por ejemplo, Exxon Mobil presentó una reducción en el precio de su acción de 9,83% entre el 9 y el 30 de noviembre y el impacto fue aún mayor en el mercado local con Ecopetrol marcando -11,47% para el mismo periodo.

Como mencionaba anteriormente este sesgo pesimista sobre el mercado del crudo estaba típicamente asociado con la oferta ya que históricamente se han vivido épocas donde la reducción en la producción llevó a aumentar los precios del crudo como el embargo petrolero llevado a cabo por los países del OPEP en 1973 y durante la revolución iraní de 1979.

Ahora, habiendo vivido un escenario histórico de contracción de la demanda global con las medidas de restricción de la pandemia, parece que el nerviosismo se duplica. Sin lugar a dudas, falta mucha información para entender el verdadero impacto de la variante Ómicron y mucho de la percepción en los mercados dependerá de cómo los gobiernos decidan afrontarla. Pero lo que sabemos hasta ahora es que el mercado del crudo será un escenario crucial para evaluar y analizar la expectativa de los inversionistas al respecto, así que por ahora continuarán las semanas movidas del petróleo.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

Convierta a Forbes Colombia en su fuente de información económica.