Aunque las tensiones están puestas por cuenta de los resultados de la primera vuelta por la Presidencia, vale la pena hablar de la tendencia económica de Colombia este año.
Mientras todas las expectativas, visiones y por supuesto temores se centran en los sorpresivos resultados de las elecciones del pasado domingo, en la segunda vuelta y en el impacto que el candidato elegido tenga en la economía, vale la pena recordar que al menos para este año hemos visto algunos escenarios optimistas para el crecimiento económico de Colombia.
En este sentido, la publicación del dato de crecimiento del primer trimestre de este año en 8,5% en su serie original, frente a un esperado del mercado de alrededor de 7,2%, confirman las visiones optimistas de cierre de este año de diferentes entidades. Entre las cuales se puede resaltar el ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI) que espera una tasa de 5,8% a diciembre, mejorando su visión en su informe Panorama Económico Mundial del mes de abril frente a una proyección anterior de 4,5%.
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El grafico 1 muestra el comportamiento de las expectativas de esa entidad respecto al crecimiento económico y la inflación hasta 2027, que pienso es una comparación interesante ya que permite ver dos caras de la moneda. Así, si bien en este año se espera un cierre de 5,8% en la variación anual del PIB real también vendrá acompañado de un nivel inflacionario de 7,7% lo que sin duda reducirá esa dinámica, ya que en 2023 el ritmo del crecimiento cae a 3,6% y los precios continuarían por encima del rango meta del Banco de la República.

A nivel local también se han presentado ajustes al alza, en la Encuesta de Opinión Financiera (EOF) de Fedesarrollo publicada el mes de mayo que refleja el sentimiento y las expectativas del mercado interno, también se espera un cierre de 5.0% frente a una expectativa de 4,6% del mes de abril, esto sin duda afectado por la sorpresa positiva en el dato de crecimiento. Pero al igual que las expectativas del FMI este crecimiento viene acompañado por un nivel de precios alto, con un esperado de 8,0% en diciembre de este año.
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Por su parte, Banco de la República que en reunión del pasado 29 de abril también aumentó su expectativa de crecimiento de 4,7% a 5,0% pero de nuevo igual que EOF la última encuesta de expectativas del banco pone el cierre del año con un nivel inflacionario de 8,42%, lo que ha venido mostrando un efecto denominado desanclaje. El anclaje de las expectativas de inflación es una variable que los bancos centrales siguen muy de cerca y es que tan estables son precisamente esas expectativas en el largo plazo en especial frente a choques inflacionarios en el presente ya que terminará la expectativa afectará la toma de decisiones.
Finalmente, como en muchas de mis anteriores columnas y episodios de mi podcast recalco que aparte del crecimiento y la inflación, es importante no perder de vista el desempleo, cuyo dato para marzo fue de 12,1%. Proyección de FMI no lo ve debajo de 9,5% en los próximos 5 años. Pero al final del día al menos en lo que se espera para este final de año el cierre de la economía da un escenario optimista para el presidente que quede elegido, pero así mismo un reto importante en términos de cómo aprovechar ese impulso para controlar la inflación y reducir el desempleo.
Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.