En medio de la incertidumbre, el oro es un activo refugio que permite ver el comportamiento de la percepción de riesgo de los inversionistas: este 2022 ha llegado a máximso históricos. ¿Por qué?
En medio de toda la incertidumbre que han experimentado los mercados durante este año, un activo refugio que me gusta siempre mantener en el radar es el oro ya que permite seguir el comportamiento de la percepción de riesgo de los inversionistas, por eso, le dedico la columna de esta semana a analizar su comportamiento en especial en lo que va corrido de 2022.
Para empezar, vale la pena mencionar que el 2022 se ha caracterizado por estar influido por tres fuerzas de fondo que han afectado la percepción de riesgo de los inversionistas y por tanto su apetito frente al oro. La primera es el aumento en las tasas inflacionarias globales, muy marcado especialmente desde finales de 2021, causado por los problemas de cadenas de suministro, la política cero covid de China y el exceso de demanda de semiconductores entre otros.
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Muy conectada a esta, se tiene la segunda, el temor de una recesión mundial ocasionado por el deterioro que se pueda generar en el consumo debido precisamente a los mencionados niveles de precios y las políticas de aumento de tasas de los bancos centrales. Por último, la tercera se presenta en febrero con la invasión rusa de Ucrania y el impacto que ha tenido en diferentes mercados, lo que llevó al oro al máximo de este año de 2.051 dólares por onza que se puede ver en el gráfico, representando un aumento en la cotización de 15,10% frente al inicio del año.

En términos del comportamiento del nivel de precios, es importante notar que esto tiene un importante efecto, ya que al comprarse oro se busca un refugio que pueda mantener el poder adquisitivo en algún nivel. No hay que olvidar que este problema se ha hecho tan estructural y serio, que la Reserva Federal en su reunión del pasado 15 de junio aumentó su tasa en 75 puntos básicos, una magnitud que no se veía desde 1994.
Además, después de todo el efecto de la pandemia vale la pena notar que debido a la mayor percepción de riesgo ya el oro se está negociando en niveles superiores a 1.700 dólares por onza lo que implica que se está moviendo en regiones de precios máximos en su historia, superando incluso los marcados durante 2011 y 2012.
Si bien después de llegar al máximo durante el inicio de la invasión rusa a Ucrania este ha venido corrigiéndose, a medida que la percepción de riesgo vuelve a ajustarse, el mes de mayo y lo que va de junio han mostrado un rango volátil , como se ve en el gráfico entre $1.800 y $1.850 dólares, lo que muestra que el nerviosismo nos se aleja por completo de los mercados.
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A pesar de estar en altos precios históricos, en los próximos meses el oro continuará cobrando relevancia en su calidad de refugio a medida que las presiones inflacionarias continúen sin ceder y lleven a los bancos centrales alrededor del mundo a continuar sus políticas monetarias contractivas.
¿Será suficiente comprar oro para cubrirse de un riesgo de recesión entonces? Lo más probable es que no, pero sin lugar a dudas, seguir el comportamiento de su precio ayudará revisar cuando el temor en los mercados se haya exacerbado dando importantes señales de alerta en términos globales, lo que no está de más para contrastar el comportamiento de otras divisas entre ellas el peso colombiano.
Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.