China publicó recientemente su segundo peor periodo de crecimiento anual de los últimos 30 años. ¿Qué hay detrás?

Si bien, los mercados mundiales han estado siguiendo muy de cerca la posibilidad de una recesión en Estados Unidos que vaticine una mundial, la nueva dosis de nerviosismo vino el pasado 14 de julio con la publicación del dato de crecimiento de China para el segundo trimestre de 2022.

El registro fue de 0,4% en su tasa anual, es decir la que compara ese trimestre con el mismo periodo del año anterior, constituyéndose en el segundo peor crecimiento de los últimos treinta años, superado únicamente por la caída de -6,9% del primer trimestre de 2020 cuando ese país era el primero en sufrir los efectos de la pandemia, tal y como puede verse en el gráfico.

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Adicionalmente, este dato también quedó por debajo de la expectativa del mercado que también esperaba una desaceleración, pero de alrededor de 1,0% teniendo en cuenta los últimos brotes de Covid en el país. Sin lugar a dudas, esto fue un factor que contribuyó a estos resultados a través de la implementación de una política de Cero Covid que como mencioné en mi columna del pasado 17 de mayo ya venía mostrando el impacto a través de los registros de los indicadores del PMI Caixin de servicios y manufacturero que se encontraban en zona de contracción.

Adicionalmente, el sector inmobiliario es una de las áreas más estratégicas para el crecimiento económico en ese país, no solo por su aporte al PIB sino por su conexión con el sector financiero, y no ha mostrado una mejora significativa, es más hogares en varias ciudades chinas han dejado de pagar sus hipotecas en protesta ante la imposibilidad de los constructores de cumplir con la entrega de sus casas.

Si se revisan sus tasas anuales es un sector donde sus ventas de todo tipo de edificaciones, es decir comerciales y residenciales, se han venido contrayendo cada vez más durante el segundo trimestre, con registros de -2,7% en abril, -4,0% en mayo y -5,4% en junio, afectando a su vez los precios que si bien han estado estables en Beijing y Shanghái para ese periodo han caído en muchas de las demás ciudades de acuerdo a datos de Bloomberg.

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Por supuesto, estos eventos ya impactaron las expectativas de crecimiento de cierre de 2022, que de acuerdo a las encuestas publicadas en Bloomberg se encuentra en 4,1% y Goldman Sachs la redujo a 3,3%, bastante por debajo de lo anunciado por el gobierno chino de 5,5%.

Así, tanto esta desaceleración en el crecimiento del país asiático, como la reducción en sus expectativas de crecimiento serán otros elementos para aumentar el nerviosismo de los inversionistas frente a la posibilidad de una recesión global, en especial por el papel que tiene este país como consumidor de commodities, en el comercio internacional y el impacto que pueda tener en toda Asia.

Les dejo mi columna de mayo al respecto.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.