Luego de 21 años, la tasa de interés de la política monetaria volvió a estar en el 11%. ¿Qué mensajes envió el Banco de la República sobre lo que serán el 2023 y el cierre del 2022?
El pasado 28 de octubre el Banco de la República llevó a cabo su reunión en la que decidió de forma unánime aumentar 100 puntos básicos en su tasa de 10% a 11%, pero también presentó un lenguaje cauto y las razones de su decisión, por eso dedico esta columna a analizar que lectura se le puede dar a la información de su comunicado.
Creo que el punto perfecto de partida de este análisis es mencionar que la última vez que la tasa de interés de política monetaria estuvo en 11% fue en agosto de 2001, lo que lo hace el máximo nivel en 21 años, en respuesta los aumentos históricos no solo de inflación con 11.44% sino de tasa de cambio que estuvo a punto de superar los $5.000 pesos por dólar. Respecto a este último punto el comunicado hace una mención especial a que este nivel de depreciación mensual de octubre ha sido superior a los promedios de otras economías emergentes y que adicionalmente ha tenido un impacto en el aumento de los precios.
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Por su parte, las expectativas de inflación siguieron creciendo en lo corrido del último mes alejándose de la meta y aumentando la expectativa de cierre de 2023 a 6,7%, de acuerdo la encuesta de analistas económicos. Este alejamiento de la meta se conoce como desanclaje y genera una pérdida de apetito de los inversionistas por bonos de largo plazo afectando a su vez el mercado de deuda pública, ya que, si se esperan mayores niveles de precios futuros, los flujos por pagar de esos títulos cada vez valdrán menos pesos de hoy.

Pero en medio, de la decisión de tasa y todo el ruido que se generó con los cambios en la junta directiva de Ecopetrol ese mismo día, existe un dato que se publicó en el comunicado que pasó desapercibido y creo debe ser tenido en cuenta, la caída en la expectativa de crecimiento económico en 2023. De acuerdo a lo mencionado en el comunicado la expectativa del equipo técnico del Banco es de 7,9% para 2022 y de 0,5% para 2023, lo que representaría una reducción de 740 puntos básicos, que si bien no nos pone en una recesión si predice un siguiente año bastante complejo.
Para los mercados financieros, la situación local se ha venido tornando cada vez más tensa en los últimos dos meses y combinada con un contexto global de cada vez mayor incertidumbre, altas tasas de interés y dólar fuerte, parece ser un escenario de mayor percepción de riesgo.
Es por eso que justo en este momento, es necesario evaluar cuales son las variables que están bajo el control local, de parte del gobierno y los inversionistas y esforzarnos en proyectar a Colombia como un puerto seguro en la tormenta que se avecina. Después de todo, el país cerrará este año con un crecimiento mucho mejor que la región y Brasil también se enfrenta a su propia incertidumbre electoral lo que podría igualar el tablero de juego y dar la oportunidad de atraer flujos de inversión de nuevo.
Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.