Los países que han firmado dicho convenio con el gobierno nipón han visto un crecimiento de hasta 800% en inversiones provenientes de dicho país.
El pasado 17 de diciembre se cumplieron 10 años del inicio de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Económica (EPA) entre Colombia y Japón. Sin embargo, durante el gobierno del presidente Iván Duque, el proceso enfrentó algunos problemas para avanzar, dejando pendientes dos capítulos: acceso al mercado y reglas de origen.
“Nosotros esperamos que con este actual gobierno del presidente Gustavo Petro podamos avanzar, por lo menos para mantener el diálogo y buscar un beneficio mutuo para Japón y Colombia”, dijo el embajador de Japón en Colombia, Takasugi Masahiro, en entrevista exclusiva con Forbes Colombia.
Cabe destacar que el EPA no es meramente un tratado de libre comercio, sino que incluye otros aspectos como inversión, migración, la protección de la propiedad intelectual, la elaboración de normas en materia de política de competencia y la cooperación en varios campos. De acuerdo con el embajador, este tipo de acuerdos están destinada a fortalecer una amplia gama de vínculos económicos.
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Es por ello que la conclusión de un EPA en Colombia tendrá un efecto significativo de la promoción de inversiones, y es que en los países con los que Japón ha concluido estos acuerdos ha sido un hecho el aumento drástico en este rubro. Por ejemplo, en América Latina destaca la conclución de EPA con México Chile y Perú, y en el caso del primero, la inversión japonesa se ha incrementado en más de 800% desde 2005, cuando culminó el proceso.
“Esto se debe a que la EPA permite la libre circulación de personas y bienes, por lo que se ha calificado como una base de producción global para la industria manufacturera”, añadió Masahiro, quien también comentó que, hasta octubre del 2019, unas 1.300 empresas japonesas han elegido a México como una de sus bases operacionales.
Si se concluye el EPA entre Japón y Colombia, el embajador confía en que se creará un ciclo virtuoso de inversión, fortalecimiento de la competitividad y aumento de las exportaciones, y si las empresas japonesas invierten, las industrias nacionales “se fortalecerán mediante la transferencia de tecnología en el desarrollo de recursos humanos, la creación de industrias de apoyo y cadenas de suministro por parte de empresas japonesas“.
Incluso, el diplomático enfatizó que este tipo de acuerdos no sólo abren opciones para un mayor vínculo comercial, sino que plantean un acercamiento más profundo.
Relaciones comerciales
De acuerdo con datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Japón exportó unos US$1.187 millones a Colombia durante 2021, mientras que registró importaciones por US$467,8 millones. Los principales productos que hacen parte del intercambio comercial son el café, las flores y el carbón en el caso de Colombia, mientras que por el lado de Japón destacan los automóviles, los productos metalúrgicos y la maquinaria en general.
Colombia es una referencia muy clara para Japón en el mercado de café, sobre todo en la capital Tokio, donde tiene una gran presencia en las máquinas dispensadoras de bebidas. De hecho, una de las bebidas más apetecidas es el café que se consigue en latas, y una de las marcas que ha logrado mayor posicionamiento es Emerald Mountain, que cuenta con el logo triangular del café colombiano en sus latas desde hace 15 años.
En cuanto a flores, Colombia es el primer proveedor de claveles a Japón, representando 68% de las importaciones totales en este segmento. “Además del Día de la Madre, cada febrero en la celebración del Día de San Valentín, muchos japoneses tienen la oportunidad de recibir y regalar claveles colombianos, aunque las rosas también son parte importante del mercado”, dijo Masahiro.
El embajador también se refirió al gran potencial de crecimiento de productos como el aguacate hass y el cacao. En el caso del primero, el mercado japonés abrió sus puertas al aguacate colombiano en 2019, aunque en la actualidad es México se posiciona como el mayor proveedor de esta fruta a Japón en la actualidad.
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Con respecto al cacao, el gobierno japones importa el producto principalmente de Ghana y Ecuador, pero Masahiro afirmó que la categorización de Colombia como uno de los lugares exclusivos en el mundo donde se produce cacao “fino y de aroma” le da una amplia ventaja competitiva, incluso para ganar mayor posicionamiento y presencia en Japón.
Por otro lado, las barras de chocolate colombiano han llegado con gran éxito a través de varias marcas. Entre las más destacadas se encuentra Cacao Hunters, empresa que abrió una sucursal en la Gran Estación de Tokio, donde se puede disfrutar de barras de chocolate con origenes como Tumaco y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Cabe destacar que, a través del cultivo de cacao y la producción de las barras, la firma está trabajando en apoyar de manera particular a las mujeres y comunidades indígenas, apoyándolos con capacitación. Y es que desde 2009, Cacao Hunters trabaja con los arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta.
“El producto que llega al mercado japonés está cargado de significado, pues no solo se trata de una barra de alta calidad, sino que su exportación permite mejorar la vida de las familias involucradas. En conclusión, nuestro interés es ser un apoyo para que colombiano logre llevar más de variada oferta agrícola a Japón”, sostuvo Masahiro.
Presencia empresarial e inversión
Actualmente, Colombia cuenta con 83 empresas japonesas de diversos sectores, aunque las más reconocidas hacen parte del sector automotriz, siendo ya populares para los colombianos marcas de vehículos como Toyota, Nissan y Suzuki entre otras.
Masahiro se mostró complacido ante la presencia de empresas japonesas en diversas ciudades del país. Si bien buena parte de las casas comerciales y las empresas de manufacturas está en la capital, Japón cuenta con presencia de las fábricas de Mitsubishi Electric y Yamaha en Medellín, también sede de constructora Nippon Koei. En el caso de Pereira, cabe destacar que alberga la fábrica de motocicletas Suzuki, mientras que la empresa productora de fibra óptica Furukawa tiene su sede en Cali.
En la costa norte de Colombia también se encuentran casos de empresas colombianas que han recibido inversiones de firmas niponas para expandir sus operaciones, como el caso de la empresa Daabon en Santa Marta, que cuenta con apoyos de Mitsubishi Corporation, según destacó el embajador.
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“Confiamos en que la presencia de la empresas japonesas en todas las regiones del país se siga consolidando en los años por venir, y es que hasta 76% de las compañías presentes en Colombia desean ampliar sus operaciones. Esperamos que esta aspiración se complete”, agregó Masahiro.
Con respecto a la inversión, es importante mencionar que las relaciones bilaterales con Japón datan de 1908, siendo el país asiático con el que Colombia ha tenido relaciones por más tiempo. Esta tradición ha permitido que las empresas japonesas sientan gran confianza en el país y hayan decidido invertir. Por dar una referencia, el embajador recordó que Japón ha invertido más de US$688 millones en Colombia desde 1994.
Uno de los casos recientes más nombrados por la prensa fue la inversión por parte de Softbank Group en Rappi, operación que llegó a un monto de US$1.000 millones en el primer semestre de 2019. Aparte de este caso, algunos de los sectores más importantes de la inversión japonesa en Colombia están en la industria de la manufactura y los vehículos con los casos de Yamaha y Suzuki en motocicletas, además de la presencia de Mitsubishi en los grandes obras de Colombia a través de productos como elevadores y escaleras eléctricas.
Al mismo tiempo, Masahiro sostuvo que Japón tiene gran interés en oportunidades de inversión en el sector de energías limpias, como el hidrógeno verde. “Las empresas japonesas están explorando las posibilidades de hacer parte de la transición energética de Colombia a través de inversiones relacionadas con la cadena de producción y transporte de esta nueva fuente de energía”, añadió.