¿Cómo saber si es bueno para su carrera hacer una maestría en el exterior? Este puede ser uno de sus propósitos del nuevo año, pero no siempre es una buena elección. ¿Por qué?
Muchas personas tienen como propósito de año nuevo hacer una maestría. Con frecuencia, ese propósito es algo más preciso. Muchos no quieren simplemente hacer una maestría, sino que quieren hacerla en el exterior. Quizá usted sea una de estas personas, y hoy quiero ayudarle a pensar bajo qué circunstancias eso es una buena idea.
Empezaré por precisar las situaciones en las que sí suele ser buena idea hacer una maestría en el exterior.
Primero, si usted ha decidido emigrar, tiene bastante sentido que haga su maestría en el exterior, sobre todo en el país donde planea residir permanentemente. Aunque hacer una maestría en cierto país no le garantizará poder conseguir un trabajo allí, sí aumentará drásticamente sus probabilidades de hacerlo y esto facilitará su proceso migratorio.
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Segundo, si usted ha sido admitido en una maestría top en el mundo (e.g. una maestría en ciencias de la computación en Stanford, un MBA en Harvard) no debería dudar un segundo en irse. Un diploma de estos programas es una señal de competencia en todo el mundo que difícilmente podrá ser sustituida por algún programa o experiencia en Colombia.
Finalmente, si usted tiene financiación completa para cursar una buena maestría en el exterior (así ésta esté bastante lejos de ser top mundial), y no tiene financiación equivalente para una buena maestría en Colombia, creo que debe aceptar la oferta del exterior. Aunque, como diré más adelante, existe una penalidad en el mercado laboral colombiano hacia las maestrías extranjeras, esta es pequeña respecto al monto de lo que una beca completa representa.
Ahora bien, si su situación no es una de estas tres, creo que cursar una de las buenas maestrías en Colombia suele ser mejor idea. Piénselo de la siguiente forma:
En primer lugar, irse a hacer una maestría al exterior seguramente implicará que usted interrumpa el ejercicio de su profesión por uno o dos años. Esto tiene dos tipos de costos, por un lado, está el costo mecánico de dejar de acumular experiencia. Tener uno o dos años de experiencia profesional relevante, sobre todo en etapas tempranas de una carrera, harán una gran diferencia en el tipo de cargos a los que podrá acceder y los salarios a los que podrá aspirar. Por otro lado, irse del país por uno o dos años destruirá buena parte de su capital social allí, el cual es su activo más valioso para avanzar profesionalmente.
En segundo lugar, rentabilizar en el mercado laboral colombiano los títulos de maestría extranjeros no es sencillo. Para empezar, está el innecesariamente complicado proceso de validación ante el Estado colombiano. Esto es un dolor de cabeza real si usted está interesado en trabajar en el sector público o en un campo altamente regulado. Más importante aún es que, contrario a lo que muchas personas piensan y a lo que ciertamente era el caso hasta hace unos cuantos años, un título de maestría de una universidad extranjera promedio es menos apreciado por los empleadores en el país que el equivalente de una buena universidad nacional.
Esto ha sido el producto de la mejora en la calidad de la educación de posgrados en el país y la ampliación del acceso a la educación en el extranjero. Hoy, un empleador colombiano suele reconocer que los egresados de ciertas maestrías nacionales suelen ser altamente competentes, y puede diferenciarlos de aquellos que vienen maestrías nacionales menos buenas. Mientras tanto, este encuentra difícil distinguir entre el actual mar de candidatos con títulos extranjeros, de los cuales, sabe que una alta fracción es de muy baja calidad.
Finalmente, en un contexto de creciente devaluación y mayores tasas de interés, la presión financiera que usted deberá asumir será cada vez mayor si hace una maestría en el exterior. Esto, incluso en países donde la educación está altamente subsidiada, ya que sus gastos de subsistencia serán, de todas formas, mayores y más difíciles de financiarse. El impacto de esta presión financiera en su desempeño académico y su estado emocional es algo adicional que debería considerar.
En suma, si usted se va a hacer una maestría al exterior, y esta no es extraordinariamente prestigiosa, es muy probable que regresará a Colombia con una deuda bastante más alta de la que planeaba inicialmente, a un mercado laboral donde pocas personas lo conocerán, y a las que poco le dirá el diploma por el que usted tanto sacrificó. Esto, mientras existe una amplia oferta de maestrías de muy alta calidad en Colombia, las cuales podrá cursar mientras sigue desarrollando su carrera, pudiendo financiarlas, así, con ingresos corrientes sin ninguna preocupación de riesgo cambiario. Habiendo dicho esto, por supuesto que le recomiendo tener en cuenta cómo mi opinión se articula con las particularidades de su situación y las motivaciones no profesionales que considere relevantes. Nadie mejor que usted conoce lo que le conviene.
Contacto
LinkedIn: Javier Mejía Cubillos*
*El autor es Asociado Postdoctoral en el departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford. Ph.D. en Economía de la Universidad de Los Andes. Ha sido investigador y profesor de la Universidad de Nueva York–Abu Dhabi e investigador visitante de la Universidad de Burdeos.
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