El precio de los electrodomésticos, celulares y hasta vehículos se vio golpeado por la crisis de los microprocesadores que trajo la pandemia. ¿Qué hacer para reducir las consecuencias en caso de una nueva crisis?

La crisis de los microprocesadores fue el resultado de varios factores que se vieron exacerbados por la pandemia de Covid-19. Durante este tiempo aumentó la demanda de productos electrónicos a medida que las personas cambiaron al trabajo y el entretenimiento remotos, lo que resultó en mayores pedidos de dispositivos como computadoras portátiles, consolas de juegos y teléfonos inteligentes.

A esta mayor demanda se sumó la interrupción en las cadenas de suministro durante la pandemia, las tensiones comerciales y políticas entre China y Estados Unidos y la poca capacidad que tuvieron los fabricantes claves del mercado para adaptarse rápidamente al panorama.  

En Colombia, a crisis de los microprocesadores ha tenido un impacto. El país depende en gran medida de las importaciones de productos tecnológicos y componentes electrónicos, incluidos los microprocesadores. Por lo tanto, la escasez de microprocesadores y otros semiconductores ha afectado la disponibilidad y los precios de varios dispositivos electrónicos en este mercado.

La escasez ha causado retrasos y cortes de producción en la industria automotriz, que es un sector importante en la economía de Colombia. Esto ha provocado una escasez de autos nuevos y un aumento en el precio de los autos usados. A lo que se suma bajo inventarios de teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y consolas de juegos. La combinación de alta demanda y baja oferta ha llevado a aumentos en los precios de los productos electrónicos, lo que ha dificultado que los consumidores y las empresas puedan pagar los dispositivos que necesitan.

Aprendizajes para el mundo

A la fecha, podría anotarse que desde el sector IT, la crisis de abastecimiento se ha solucionado, de este suceso tan importante para la humanidad se pueden anotar algunas lecciones para el futuro. Fortalecer las cadenas de suministro, diversificar la producción alrededor del mundo, dar mayor agilidad a los procesos internos de las organizaciones y un diálogo más fluido entre el sector público y privado para superar de una manera más rápida y fácil posibles cuellos de botella a la hora de abastecer los mercados, pueden ser algunos aprendizajes u objetivos que hay que trazarse en el mediano plazo. Además, no bajar la guardia en materia de innovación y trabajar de la mano del desarrollo sostenible.

Abordar las lecciones de la crisis de los semiconductores requerirá un esfuerzo concertado de varias partes interesadas en la industria, incluidos gobiernos, fabricantes, proveedores y clientes.

Distintas empresas han desarrollado inversiones o puesto en marcha estrategias para lograr abastecer el mercado de los microprocesadores. Entre otras acciones que pueden ayudar eficazmente a solucionar esta crisis, es necesario diversificar la cadena de suministro, aumentando la producción en otras regiones y países, lo que podría ayudar a mitigar el impacto de las interrupciones en cualquier región.

Además, aumentar la transparencia, la comunicación y la colaboración entre los fabricantes, proveedores y clientes, abordar las tensiones comerciales a través de la diplomacia y de negociaciones comerciales, invertir en investigación y desarrollo, fomentar el desarrollo de talentos en diseño y fabricación de semiconductores teniendo como base a educación y la capacitación, también serán fundamentales para mitigar el efecto de la crisis de los semiconductores y hacer que el mundo vuelva a entrar en un ciclo más sostenible de producción y consumo.

Por: Marcelo Bertolami*
*El autor es director de Socios Regionales y del equipo de Tecnología de Latam en Intel.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.

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