Andrés Cepeda no ha tenido que recurrir al género urbano o a las tendencias de Tiktok para seguir siendo uno de los cantantes más destacados de la escena artística.
“Yo nací con mis vecinos, cuando hablar era un peligro allá en el 73”, suena en la melodía de ‘Mi Generación’, uno de los éxitos más grandes de Poligamia, la banda con la que el bogotano Andrés Cepeda, a punto de cumplir 50 años, inició su carrera musical. Y si hablar era un peligro, fue la música la respuesta de la agrupación para no pasar por alto temas como la toma de la embajada (de República Dominicana) o del Palacio de Justicia en los 90, una época en la que la paz estaba lejos de ser una realidad en Colombia.
Para Andrés, la música fue la respuesta para muchas más cosas. Aunque bromea diciendo que hasta este año decidió seguir completamente el camino artístico, la verdad es que siempre lo supo. Desde que nació vio a su papá tocar el violonchelo, a su mamá cantar y tocar el piano y el tiple, a sus hermanos mayores y primos tocar diferentes instrumentos en reuniones familiares, ratos libres e incluso en la academia. Cuando tenía cuatro años empezó con clases de piano, desde ahí su vocación fue clara.
Cuando cumplió 12 años encontró en el canto la salida a su pronunciada tartamudez: como era estudiante de piezas clásicas, tuvo que ponerle letras propias a esas melodías, así se encontró casi que por necesidad con el canto y la composición. Su camino en la música siguió evolucionando y cuando tenía 14 años decidió dejar la música clásica a un lado para reunirse con sus compañeros de colegio a tocar rock en español.

El hobby se convirtió en una pasión y la pasión en una carrera. Los jóvenes de Poligamia le apuntaron a cuanta oportunidad encontraron, hasta que un día se les hizo el milagrito: la emisora Radioacktiva lanzó un concurso nacional en el que prometía grabar y difundir la música del ganador, y esa posibilidad se convirtió en la obsesión de Poligamia. Su talento los llevó a cuartos, finales, primer puesto de Bogotá y finalmente a coronarse campeones en el país. En ese momento empezaron a sonar en radio nacional con éxitos como “Desvanecer”.
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Los cinco integrantes de Poligamia querían comerse al mundo. Lanzaron más música, empezaron a ganar dinero por conciertos, grabaron videos e incluso se atrevieron a contar su historia en una serie de televisión que produjo y lanzó Caracol Televisión; la banda lanzó 4 álbumes. Todo era ascendente para ellos. Pero como nada dura para siempre, y menos en las mieles de la adolescencia, los miembros de la banda se dieron cuenta que cada uno tenía aspiraciones diferentes, y que si bien estaban dentro del mundo artístico, estaban lejos de Poligamia.
Así fue como la banda de rock bogotano decidió grabar ‘Buenas gracias, muchas noches’ (su último álbum), darse la mano y terminar el que alguna vez había sido su sueño con un concierto en el Teatro Nacional de la capital colombiana. “Yo quedé en el aire. Pensé que íbamos a durar para siempre”, recuerda Andrés en su oficina ubicada en un centro comercial en el norte de Bogotá donde lo acompañan sus galardones Grammy Latino, los discos de oro y platino que ha recibido, sus guitarras y sus dos musas: su esposa Elisa y Dorita, una cachorrita que llegó a su vida en pandemia.

Acabar con Poligamia fue un punto de inflexión en su carrera, aunque nunca dudó que la música era su destino, ya no quería estar en un escenario ni sentir el aplauso del público, quería estar tras bambalinas, produciendo y componiendo para otros grandes artistas de la escena nacional. Con eso en mente emprendió su camino a Estados Unidos donde estudió ingeniería de sonido, y cuando regresó a Colombia llegó directo al estudio.
Las ofertas no tardaron en llegar. Luis Miguel Olivar, quien fue el manager de Poligamia, le ofreció componer y producir un álbum que sería interpretado por un nuevo talento y publicado por una casa disquera que estaba interesada. Andrés le puso el alma al trabajo y a la hora de la verdad ni la discográfica ni el cantante concretaron el proyecto. Finalmente, las canciones fueron el repertorio de Cepeda en sus fiestas de amigos.
La obra pudo ser el deleite de pocos, pero un día un agente de otra disquera lo escuchó y no se resistió a hacer una oferta: cante usted su propio trabajo. Andrés se rehusó, no le interesaba volver a esas andadas. Sin embargo, le ofrecieron un trato que no pudo rechazar: la empresa pondría la inversión y las ganancias serían por mitades, algo que no le ofrecen a nadie en la industria. Sin grandes expectativas, aceptó. Así fue como el mundo conoció ‘Sé morir’.
El éxito no solo fue rotundo, también fue inmediato. Dos meses después del lanzamiento de su primer trabajo como solista recibió un disco de platino. Con aquella motivación armó su equipo de trabajo y continuó con su carrera musical. Llegaron proyectos como ‘El Carpintero’, con el que duplicó su éxito recibiendo doble disco de platino. Con álbumes como ‘Para Amarte Mejor’ y ‘Día tras día’ llegaron sus primeras nominaciones a los Grammy Latino y con ‘Lo mejor que hay en mi vida’ recibió el primer gramófono; hoy ya acumula tres.
“El secreto del éxito ha sido esa fidelidad a lo que soy, y a lo que mi público espera de mí”
Andrés Cepeda

La carrera de Andrés, como la de cualquier emprendedor de éxito, está llena de resiliencia: ha sabido adaptarse a la transformación de la industria, el paso de lo análogo a lo digital y al cambio de tendencias en los géneros musicales. También es un ejemplo de persistencia; desde que empezó no ha dejado de producir tanto en la música como en los negocios y, desde luego, ha sido estratégico para diversificar sus actividades sin dejar de lado su sello personal.
Hoy Andrés Cepeda más que un cantante es una marca. Una marca que se identifica con el artista de los crespos, las gafas y las canciones románticas. Y ser fiel a esa esencia es lo que lo ha mantenido vigente durante todos estos años. Aunque afirma que recibe propuestas para hacer música urbana al menos cada 15 días, se rehúsa, principalmente porque: “no me haría feliz y no sería lo que mi público espera de mí”. Además, no ha tenido que recurrir a estas tendencias para seguir figurando en la escena. Es ya un artista consolidado.
Por eso, reafirmar su esencia y buscar oportunidades dentro de lo que lo hace sentir cómodo ha sido la fórmula de su éxito. Además de música, Andrés ha participado en diferentes negocios como la colaboración con Óptica Colombiana, proyecto que tiene como objetivo lanzar su segunda línea de lentes; además del restaurante Isla Morada, del cual ya no es socio porque asegura que después de 12 años decidió que quería hacer algo nuevo, y ahora prepara un espacio dedicado a la fiesta y la buena comida en Bogotá.

El artista volvió a la pantalla chica hace más de una década con La Voz y afirma estar completamente enamorado del formato. “Otros entrenadores se van, yo no, yo me quedo acá”, dice sobre el programa. Y más recientemente llevó su libro de historias de canciones de amor al teatro con ‘Cepeda en Tablas’, reafirmando una vez más su habilidad innata para el arte.
“Cuando Andrés decidió dedicar su vida a la música perdimos a un gran actor. Tiene todo lo que un buen actor requiere: presencia escénica, comprensión de texto, sentido del espacio y el tiempo, empatía, disciplina y compromiso”, afirmó Dago García, director de cine, televisión y teatro y quien está detrás de la obra que completó 20 funciones en Bogotá y dos temporadas en Medellín con sold out absoluto. El proyecto vuelve a los escenarios en mayo de este año.
Para Luz Ángela Castro, directora de Ocesa Colombia, empresa que ha trabajado en la producción de algunos de los eventos de Andrés, hay otro elemento importante para el éxito del músico: “Es un artista comprometido con su causa y con su equipo; para él, su equipo y su familia. Se esfuerza por hacer que todo sea perfecto y excepcional siempre, le gusta involucrarse en cada uno de los detalles de sus puestas en escena.”

Después de dos décadas de trayectoria, Cepeda sigue dejando la vara muy alta. El artista tuvo un muy buen 2022: grabó dos temporadas de La Voz, realizó un tour en Colombia y 17 fechas en Norteamérica, una de ellas en el prestigioso Carnegie Hall de Nueva York; se presentó en vivo en el Hollywood Bowl de la película Encanto (actuación que está disponible en Disney Plus) y siguió con su obra de teatro. Aun así, este año irá por más.
Andrés Cepeda revela a Forbes Life que lo que viene es aún mejor: lanzará su próximo álbum el 7 de julio, se prepara para sacar la segunda parte de su libro, esta vez contando historias de sus canciones de desamor; sigue trabajando en proyectos comerciales (el nuevo gastrobar y la línea de lentes); está en gira con La Ruta Púrpura en Colombia que estrenará más funciones. Y es un hecho que él llegará con su show musical a Europa y Estados Unidos. Hay Cepeda para rato.
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