Dentro de la organización, se deben reconocer los profesionales que puedan desarrollar nuevas competencias y librar esa primera batalla.

El auge de nuevas tecnologías, el crecimiento de determinados sectores de la economía y, en general, el avance de la sociedad agitan al mercado laboral, exigiendo profesionales cada vez mejor preparados para atender a la transformación del tejido empresarial y a las demandas cambiantes del cliente.

Los líderes organizacionales son conscientes de que ese talento humano capacitado es tan solo una porción de la fuerza laboral activa y que de su capacidad de atracción depende el éxito en la guerra por tener a esas personas en sus equipos. El reto no es nuevo: conforme se transforma el mundo, es necesario contar con personal de alto rendimiento que responda a dichos cambios.

Tiago Vidal, Chief Talent y Technology Officer de LLYC, sostiene que este es un desafío que se puede abordar desde múltiples frentes; desde fortalecer la capacidad de atraer el talento especializado que le falta a la organización, hasta encontrar alternativas para que la pelea no ocurra -obligatoriamente- en el terreno con otros jugadores.

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Una empresa puede actuar en dos niveles, dice el experto. El primero es en las capas más jóvenes, donde se pueden conseguir perfiles que no son tradicionales del sector, pero que sus competencias pueden aportar a la organización. Adentro de la empresa se pueden desarrollar otras competencias técnicas para entender la dinámica interna, que se sumen a las capacidades que ya trae desarrolladas la persona.

Es construir el profesional, y así no limitar el espectro a un grupo estricto de personas.

Lo segundo, señala Vidal, es el reskilling: “la capacidad que tenemos en puntos de capas más intermedias o directivas, donde hay gente con más años de experiencia que pueden desarrollar y capacitarse para nuevas competencias, que en lo pasado no eran necesarias”. Un enfoque que busca revalorizar a los colaboradores que ya hacen parte del equipo.

“Buscar siempre afuera no es malo, pero es preferible un mix entre traer personal externo, con otra visión, y tener al personal interno también hace sentido”, precisa. Y esa es una batalla que deben dar las organizaciones en la guerra por el talento humano.

Luego, es esencial fijarse en aspectos como la buena cultura empresarial y oportunidades de crecimiento para los trabajadores, que siguen siendo atractivos en los procesos de selección.

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