Por 60 años Comestibles Ricos se ha convertido en uno de los jugadores más poderosos del segmento de snacks en el centro del país. Hoy, la marca pelea hombro a hombro con las multinacionales y diseñó un plan para llegarle al total del mercado nacional. Solo en el último año alcanzó 150 millones de paquetes vendidos.

Los mixtos, platanitos y papas convirtieron a una empresa de Cundinamarca en uno de los rivales más poderosos de las grandes multinacionales de snacks que tienen presencia en Colombia. Ahora, Comestibles Ricos, la marca detrás de ‘Super Ricas’, ‘Todo Rico’ y un amplio portafolio de productos, tiene una estrategia desarrollada para ganarse no solo al centro del país, sino al total del mercado colombiano.

Parte de esa estrategia, explica Amanda Silva, directora general de la compañía e hija de su ya fallecido fundador, Eduardo Silva, es entrar al 100% de los segmentos de snacks. Por eso, recientemente incursionaron en tortillas con nachos. Solo este segmento, detalla la directiva, representa el 15% del total del mercado de pasabocas y mueve cerca de 3 billones de pesos en el país.

“Nos dedicamos a desarrollar un producto que se hiciera un lugar en esa categoría. Nos tomó cerca de dos años esa innovación y más de 1,5 millones de dólares en inversión”, indica en entrevista con Forbes. Ahora, buscará competirle a gigantes como PepsiCo y Bimbo en ese segmento exitoso de los productos picantes.

Aunque la inversión puede resultar arriesgada en un año en el que la inflación y los precios de los insumos no paran de subir, Silva se muestra confiada y explica que tiene las cifras a su favor. En 2022, la compañía cerró con ingresos por 340.000 millones de pesos y tuvo un crecimiento en ventas del 47%. Además, comercializaron 150 millones de paquetes, unos 12,5 millones al mes.

“Incluso con el ajuste de precios que tuvimos que hacer de cara al consumidor nos mantenemos como los más competitivos gracias a nuestro esquema de compra de insumos directamente al productor”. Es decir, gran parte de sus proveedores siguen siendo cultivadores de papa de Cundinamarca.

La meta ahora es aumentar su porcentaje de participación a nivel nacional, que actualmente es del 16%. Hoy el 50% de sus ventas se da en Bogotá; en el centro del país (Antioquía, Boyacá, Huila y Santander), su participación asciende al 24%.

Para hacerlo, la compañía planea abrir plantas de producción en Medellín y Barranquilla y descentralizar la operación que actualmente está en Bogotá. Sin embargo, aún no dan detalles sobre como desarrollarán este plan en las ciudades. Aunque se gesta desde 2021, los precios en contra la han frenado.

“Llegamos al 2023 muy sólidos, creciendo en ventas y en participación de mercado. Pero los costos de operación son cada vez más complejos, tenemos entre 200 y 300% más caros los insumos agrícolas, así que primero debemos solucionar ese renglón, que ya estamos trabajando con nuevos planes con los proveedores”.

Hasta ahora, la empresa puso en marcha un plan enfocado en consolidar negocios a largo plazo con los agricultores. Esto les permitirá asegurar los volúmenes de insumos que se requieren y mejorar el almacenamiento. En términos financieros, explica la directiva, también están buscando alternativas porque la financiación “es inviable actualmente”.

En cuanto a la operación, esta también ha tenido que reconfigurarse. “Los costos tan altos ponen en riesgo los resultados económicos y la sostenibilidad de la empresa. Hemos tenido que enfocarnos en generar deuda de manera racional y buscar alternativas de ingresos”.

En ese punto ha sido importante la venta a través de ecommerce, la diversificación de sus canales y el potencial exportador. Esa estrategia ha traído resultados muy exitosos y por eso, esperan cerrar el 2023 creciendo por encima del 20% en la producción de unidades y llegar a 400.000 millones de pesos en ventas. Así, siguen ganando relevancia en el sector.

Pelear con los gigantes

Aunque hoy Comestibles Ricos emplea cerca de 1.000 personas de manera directa, su historia se remonta a una pequeña planta de Bogotá en donde manualmente se cortaban las papas, se freían, escurría y empacaban.

Ahora, 62 años después, desde su planta de Fontibón sus productos llegan también a Inglaterra, España, Estados Unidos, Panamá, Puerto Rico y Chile. Esto representa actualmente 2% de la operación, pero la proyección es que a largo plazo llegue a ser el 10%.

Siguen manteniendo prácticas de origen, como la compra de productos a los campesinos de la región, Silva destaca que parte de su éxito se debe a que no le tienen miedo al cambio. “No nos hemos fijado solo en nuevos segmentos de mercado, sino en conocer cuáles son las necesidades del consumidor. Esa capacidad de adaptarse e innovar es lo que garantiza que las empresas no mueran”, detalla.

En los años 60, por ejemplo, las papas de pollo de Súper Ricas crearon una categoría en un mercado que solo vendía sabor natural. El fundador de la compañía descubrió en el auge de los establecimientos de pollo asado en Bogotá una oportunidad de llevar ese sabor tan popular a todos los colombianos.

Por eso, para el segundo semestre de 2023 planean dos nuevos lanzamientos. Además, proyectan una inversión de 2,5 millones de dólares en innovación y desarrollo. Saben que las papas fritas y los mixtos son su fuerte, pero quieren asegurarse de tener oferta para el 100% de los segmentos.

En medio de la coyuntura actual, uno de los retos más importantes para lograr esas metas será mantener el capital humano de la compañía, un esfuerzo que ha tomado especial atención en todas las industrias luego de la pandemia. “Para hacer productos de calidad necesitamos personas capacitadas para eso. No es un problema que antes nos haya afectado mucho, pero los paradigmas cambiaron con la pandemia y tuvimos que aprender a retener y fidelizar al mejor personal”.

Más allá del contexto económico, Silva enfatiza en que no le preocupa el panorama político. Desde su experiencia, no se trata de quién sea el gobierno de cabecera, sino de “como nos adaptamos a las nuevas políticas y logramos seguir siendo eficientes y responsables”. “Los empresarios colombianos tenemos un reto de seguir fortaleciendo el trabajo social. Hay que hacer que las cosas pasen”, dice.

Finalmente, aunque su papá llevó la dirección de la compañía y hoy la comparte con sus hermanos, es incisiva al decir que liderar le ha dejado muchas lecciones, “pero principalmente que si uno está enfocado y entiende el negocio debe estar a la altura de este reto y capacitarse para ello. Acá no hay distinción entre ser hombre o mujer; esa es una discusión que ya pasó, ahora la conversación se centra en los resultados y en que el directivo que sea debe alcanzar la mejor competitividad y los mejores resultados para la compañía que dirige”.

Lea también: Icontec ya supera las 15.000 certificaciones a empresas