La confianza es fundamental a la hora de atraer y mantener capitales en el país, por lo que el gobierno y los diferentes actores deben trabajar por construirla. ¿Cómo?
Un mercado de valores profundo y desarrollado es uno de los componentes clave de cualquier economía sólida, pero en Colombia muchos aseguran que el mercado ha perdido la fuerza que alcanzó en las últimas décadas y está dejando de ser viable como consecuencia de varios desplomes en el MSCI COLCAP y un fuerte impacto de la coyuntura política local. Aunque entiendo la preocupación, dudo de estas apreciaciones.
No es un secreto que hemos visto señales de desaceleración recientemente. Para el caso de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), el fenómeno ha obedecido en gran medida a factores externos como la pandemia, el conflicto Rusia-Ucrania o al temor de una recesión global, mientras que, efectivamente, las decisiones políticas y legislativas en el país han jugado también un rol. Dicho esto, si bien es necesario leer todo tipo de señales de coyuntura para tomar decisiones acertadas, muchos parecen olvidar tres aspectos fundamentales: la importancia de mantener una visión a mediano y largo plazo cuando se trata de inversiones económicas y financieras, el rol de una bolsa fuerte, y la relación entre la confianza en el sistema y el crecimiento del país.
Empecemos por la importancia de la perspectiva. Solo a modo de ejemplo, la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo mostró en marzo que el índice de confianza del mercado accionario alcanzó un 73,3%, 7 puntos porcentuales (pps) menos que el mes anterior. Con una mirada cortoplacista, este indicador habría sido suficiente para asumir que menos personas invertirán el mes siguiente o para corroborar que nos enfrentamos a un escenario de alerta. Sin embargo, el índice aumentó 10,7 pps en abril. Entonces, por supuesto, los mercados responden a toda nueva información que se va recibiendo y eso crea volatilidad de corto plazo, pero lo cierto es que, si analizamos la estabilidad y el crecimiento del mercado bursátil en los últimos años, y si tenemos en cuenta su comportamiento ante crisis globales, Colombia tiene un sistema resiliente.
En todo caso, para que se mantenga de ese modo, no solo los líderes políticos de turno deben ser cautelosos con sus reformas y declaraciones, también todos los actores que participamos en él debemos mantener la visión de futuro, tomar distancia del alarmismo y movernos con cabeza fría siempre recordando que las inversiones en el mercado de capitales deben tener una vocación de mediano y largo plazo.
Por otro lado, un mercado profundo y con buena liquidez es crucial para la economía de un país, pues no sólo proporciona a los ciudadanos un medio para invertir su capital y obtener un rendimiento financiero, sino que permite que las empresas capitalicen sus proyectos y operaciones, impulsando el crecimiento y desarrollo. En otras palabras, el mercado de capitales es un vehículo clave para canalizar recursos de ahorro hacia la inversión en la economía. Es importante que, más allá de las coyunturas políticas y pronósticos económicos de corto plazo, tengamos presente este rol y busquemos fortalecerlo desde las decisiones que tomamos y las perspectivas que promovemos.
Finalmente, la confianza en el sistema es fundamental. Según un artículo de Conal Smith retomado por Deloitte, un aumento de 10 pps en la proporción de personas que confían en un país debería elevar el crecimiento anual del PIB real per cápita en aproximadamente 0,5 pps. Sin duda, la confianza es un ingrediente crítico para el sistema financiero y cualquier relación comercial, y los mercados de valores no son la excepción. Cuando los inversores creen en el sistema, están dispuestos a invertir su capital y a mantener sus inversiones a largo plazo.
Recordemos que las dudas pueden convertirse en profecías autocumplidas. Cuando se pierde la confianza, los inversores pueden retirar su capital, lo que suele provocar caídas en los precios de los valores y aumento de volatilidad. Teniendo en cuenta que la BVC tiene cada vez más participantes sin experiencia que, gracias a un ejercicio importante de educación financiera y a plataformas que lo facilitan dinamizan un mercado que hasta hace poco recaía en instituciones y extranjeros, resulta más importante que nunca incentivar la confianza a largo plazo y cuidar la participación de estos inversores.
El mercado bursátil colombiano sólo podrá alcanzar su potencial y crecimiento sostenible si los inversores, tanto aquellos expertos como los más recientes, creen en su futuro. Existe la misma necesidad si realmente queremos asegurar el futuro de esa gran bolsa regional que nacerá de la fusión entre la BVC, la Bolsa de Valores de Lima y la Bolsa de Comercio de Santiago.
Soy un fiel creyente de que un mercado de valores local fuerte es sinónimo de oportunidades para los ciudadanos, evolución para el sistema financiero y crecimiento económico. Vale la pena incentivar la confianza en el sistema, tomar una perspectiva prudente y llevar el mercado de valores del país a su máximo potencial.
Por: Juan Pablo Galán
*El autor es Country Head de Credicorp Capital Colombia
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
Lea también: Vuja de: lo que debemos aprender los empresarios de los artistas