Colombia debe avanzar en la agenda por una movilidad sostenible. El mayor reto del país tiene que ver con los siniestros viales, que siguen teniendo preocupantes cifras. ¿Qué hacer para mejorar?

La necesidad de movilizarnos genera impactos significativos para nuestra sociedad. Siniestros viales, emisiones contaminantes e innumerables horas perdidas a causa de la congestión. Minimizar estas y otras externalidades negativas, hacen de la ‘movilidad sostenible’ una prioridad para cualquier sociedad moderna. Recientemente, la cumbre 2023 del Foro Internacional de Transporte, celebrada en Leipzig, Alemania el pasado 24, 25 y 26 de mayo, presentó una buena oportunidad para evaluar lo que viene haciendo el país en esta materia.

En la reunión Colombia participó juntos otros 65 países para evaluar diversos temas, siendo la descarbonización del transporte sin duda el tema de mayor protagonismo. Una de las conclusiones de la cumbre sugiere que cada país debe adelantar su agenda de acuerdo con sus realidades, siendo la coherencia y sensatez elementos fundamentales para un hoja de ruta exitosa en este importante tema.

¿Cómo va el país?

Los siniestros viales son la línea de acción de la ‘movilidad sostenible’ en la que como nación tenemos los peores resultados. De acuerdo con cifras del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, 8.264 personas fallecieron en 2022 en las vías del país en donde más de la mitad de las personas que murieron se encontraban en edad productiva y en la mayoría de los casos eran motores de la economía familiar.

Por años, desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial se ha reportado que el costo de la inseguridad vial en Colombia está entre 20 billones y 25 billones de pesos al año, cifra muy similar a lo que busca recaudar la última reforma tributaria. Masificar el acceso a formación adecuada, vehículos con tecnologías de seguridad, control en vía efectivo y elementos de protección personal certificados son acciones que no dan más espera en la solución de este flagelo.

En energías limpias y emisiones contaminantes, aunque el país ostenta el segundo lugar en la venta de vehículos eléctricos e híbridos en la región, las problemáticas actuales se centran en el avance limitado en la infraestructura de carga y los cambios repentinos en las posturas del actual gobierno frente a temas como nuevas exploraciones de gas, proyectos de energías limpias y modificaciones a las excepciones en aranceles a vehículos con estas tecnologías.

Frente a la apuesta por descarbonizar el transporte, la apuesta no debe ser exclusivamente tener un parque automotor 100% cero emisiones. La movilidad activa (bicicleta y caminar) es una gran solución sobre todo en países como el nuestro donde el transporte masivo aún se encuentra en desarrollo, en línea a esta solución se hace necesario que los nuevos POT’s promuevan conceptos de proximidad, se desarrolle más ciclo-infraestructura y la seguridad sea una prioridad.

El tiempo perdido a causa de la congestión es un mal que aqueja a las principales ciudades de Colombia y que año tras año ha venido en aumento; la irónica frase ‘Bogotá está a tres horas de Bogotá’ es el mejor título para el deshonroso primer puesto que ocupa la ciudad como la urbe con el peor tráfico de toda Latinoamérica. Y aunque una solución evidente sería seguir restringiendo el uso del carro privado, lamentablemente a excepción del Metro de Medellín los sistemas de transporte masivo enfrentan grandes retos en temas relacionados a la baja cobertura de sus rutas, los largos tiempos de espera, la inseguridad y la violencia contra la mujer. Todo esto hace de este medio una alternativa cada vez menos llamativa.

Las problemáticas son innumerables, pero definitivamente como sociedad, empresa privada y autoridades tenemos el gran compromiso de trabajar con un enfoque holístico en las soluciones. Las grandes transformaciones en la ‘movilidad sostenible’ serán posibles a través del cambio en nuestros propios hábitos de movilidad, ese es el verdadero eslogan.

Por: Daniel Villaveces Prada*
*El autor es cofundador RidePro Mobility, presidente CCSV, Director de Movilidad de la Federación Internacional de Motociclismo LA (FIM) y consultor experto en movilidad y transporte.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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