Colombia ha avanzado a pasos de gigante en materia de equidad, pero el renglón de las mujeres rurales está olvidado y ya presenta retrasos. ¿Qué hacer?

Aunque aún falta mucho por resolver en igualdad de género, es indiscutible que en las últimas décadas se han ido mejorando las condiciones a nivel global como nunca antes con el impulso de tantos movimientos ruidosos y silenciosos que, a lo largo de la historia, han liderado mujeres que han decidido romper los esquemas, defendiendo sus convicciones, incluso, con su propia vida. Pero ¿han llegado estos avances al campo?

La igualdad de género es una lucha que cada vez toma más relevancia, especialmente en las ciudades donde se han visto los mayores avances. Sin embargo, en el campo y las zonas rurales este proceso de transformación no ha comenzado aún. La razón: el acceso a los recursos y a las oportunidades. Parte de esta realidad, la expone la estadística elaborada por el Dane, ‘Situación de las Mujeres Rurales en Colombia para el año 2020’, donde señala que el 37,3 % de las mujeres rurales se encontraba en situación de ausencia de oportunidades para su desarrollo (pobreza multidimensional) y el 44,6 % no percibe ingresos (pobreza monetaria).

La vida de las 5 millones 900 mil mujeres y niñas rurales de Colombia continúa siendo una carrera de obstáculos que les impide, entre otras, tener acceso a capital y activos productivos necesarios para su propio desarrollo como individuos, el de sus familias y el de las economías rurales. Por resaltar un dato, el Dane informa que en el segundo semestre del 2019 solo el 24,7% de los predios usados en producción agropecuaria de nuestro país estaban dirigidos exclusivamente por mujeres productoras.

La realidad de esas mujeres que se nos están quedando atrás en nuestras zonas rurales, afectadas por las innumerables problemáticas a las que se encuentran expuestas y las vuelven vulnerables, tiene que cambiar.

¿Por qué es tan importante expandir el poder contenido en las mujeres rurales? La respuesta está en que ellas son un agente replicador de bienestar con la capacidad de transformar positivamente a quienes las rodean, desde sus hijos y sus familias hasta sus comunidades. Este es el principio para comenzar a construir un tejido social fuerte, equitativo e inclusivo así que la atención, creación, diseño e implementación de oportunidades que permitan a las mujeres rurales usar su poder debe ser una prioridad.

Entonces, ¿hacia dónde deben dirigirse las oportunidades que se creen para nuestras mujeres rurales, teniendo presente que las dificultades a las que se encuentran sujetas las niñas y mujeres en el campo colombiano son múltiples? Es necesario dividir la acción en cuatro frentes para canalizar mejor el impacto que puedan lograr.

Oportunidades para alcanzar la independencia económica

El primer paso para darle a las mujeres rurales el poder sobre sí mismas, es fomentar su independencia económica de esta manera:

  • Facilitando el acceso a la financiación que les permita crear sus propios negocios y obtener capital de trabajo o activos productivos.
  • Favoreciendo la adquisición de tierras y su titularidad.
  • Propiciando ofertas laborales asociadas a producción primaria, agroindustria, turismo y servicios ambientales.

Oportunidades para afinar sus competencias y conocimientos

Para apoyar la estabilidad, desarrollo y evolución laboral, técnica o profesional de las mujeres rurales, es necesario afinar competencias y conocimientos encaminados a:

  • Educación financiera que les permita gestionar las finanzas de su hogar y sus negocios.
  • Gestión de riesgos agropecuarios que favorezca su prevención, reducción, manejo y transferencia.
  • Implementación de herramientas digitales que faciliten el acceso a información, educación, instrumentos financieros y soluciones tecnológicas.

Oportunidades que les den voz y visualización

Con el ánimo de mejorar las condiciones de vida y el reconocimiento de los derechos de las niñas y mujeres rurales de nuestra nación se puede, entre otras, crear espacios en las que ellas mismas expongan las necesidades y problemas que afrontan para identificarlos, diagnosticarlos y evaluarlos en aras de construir soluciones y oportunidades acordes a su realidad.

Oportunidades para velar por su integridad

Para superar los obstáculos que impiden el desarrollo personal de las mujeres y las niñas, así como el pleno ejercicio de sus derechos, es necesario construir oportunidades que les sirvan de guía para superar situaciones de desventaja y subordinación, incorporando temáticas para:

  • Velar por su salud física y psicológica.
  • Recibir apoyo jurídico.
  • Formarlas en educación menstrual y sexual.

Estas oportunidades pueden surgir y construirse desde diferentes sectores, instituciones, compañías y emprendimientos, puesto que, mientras esta realidad no cambie para dichas mujeres y niñas rurales, su capacidad para dar su mayor valor como individuo activo de la sociedad continuará perdiéndose.

Por lo tanto, como sociedad tanto hombres como mujeres somos responsables de construir la historia y el futuro para ellas, es necesario que actuemos en colectivo para transformar esta realidad, para hacer que estas mujeres rurales reciban lo que históricamente se les ha negado, la oportunidad de tener poder sobre ellas mismas para dirigir sus vidas, con el ánimo de que brillen con su luz propia y que esta luz ilumine nuestro campo.

Por: Carolina Huertas Garcés*
*La autora es CEO AgrodatAi.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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