Después de 22 meses de incrementos en las tasas de interés, el Banco de la República optó por no volver a subirlas. ¿Qué implicaciones tiene esto para la economía local?
Finalmente, después de 22 meses de incrementos en las tasas de interés, la Junta Directiva del Banco de la República optó de manera unánime por mantener los tipos en 13,25% en su reunión del finales de junio (el nivel más alto desde noviembre de 1999).
Esta decisión no representó una sorpresa para el consenso de analistas ni para nosotros en Alianza que también anticipábamos estabilidad. Las señales que venía enviando el directorio en sus votaciones previas, la moderación de la inflación (y de las expectativas), la desaceleración de la economía y la pausa en las tasas de la Reserva Federal, hacían prever que el BanRep se inclinaría por una pausa. Todos estos factores también sirven para justificar que se nos viene un periodo de estabilidad, y luego los argumentos se volverán lo suficientemente sólidos como para soportar los recortes de tasas.
De hecho, el consenso de analistas de mercado anticipa que al cierre de este año las tasas se ubiquen en 11,75%. Hasta aquí pareciese que no existen disensos entre los economistas que seguimos Colombia. Sin embargo, de cara a los próximos meses, si bien la dirección de las tasas parece clara, nosotros en divergimos frente a nuestros colegas en la magnitud y en los tiempos en los que creemos que se darán los recortes.
Esperamos que las tasas de interés cierren al 11%. Una vez más, tenemos una visión muy bajista sobre una de las variables macroeconómicas claves para la economía colombiana (tal y como la tenemos para el dólar desde hace varios meses y para la inflación). Creemos que el periodo de estabilidad de tasas va a ser relativamente corto, pues anticipamos que en septiembre podrían iniciar los recortes (mientras que el mercado lo espera a partir de octubre).
Esto implica que tan solo tendríamos tasas quietas durante 4 meses, una cifra baja en comparación con un promedio de 6 meses de estabilidad que hemos vivido en promedio luego de un ciclo alcista desde el año 2000. Por otro lado, nuestra visión de cierre al 11% también implica que los recortes que se ejecuten sean significativos en las juntas de septiembre, octubre y diciembre (incluso más fuertes que los que estima el consenso del mercado). Mas aun, si pensamos en el horizonte de mediano plazo, hablando ya de 2024, creemos que las tasas van a seguir cayendo con mucha fuerza. Estimamos que en diciembre del próximo año la tasa de intervención se sitúe en 5% vs. el 7% esperado por el mercado.
La desinflación es el argumento clave. En buena medida, la expectativa de unas tasas de interés que se empezarán a deslizar por un tobogán en caída libre tiene que ver con nuestra previsión de que la inflación va a retornar a niveles aceptables, relativamente pronto. Creemos que, al cierre del año, la variación de precios anual se ubicará por debajo del 8% (un nivel todavía muy alto para la historia reciente del país, pero cediendo bastante frente al 13,3% que tocamos en marzo) y estimamos que para el cierre de 2024 la inflación estará dentro del rango meta del emisor, algo que no anticipan nuestros colegas de mercado. Con una inflación cayendo con fuerza, y una economía atravesando un ciclo de desaceleración, estimamos que el Banco de la República tendrá argumentos suficientes para recortar con contundencia las tasas.
Sea que tengamos razón nosotros en Alianza o el consenso de analistas frente al punto terminal del ciclo y los tiempos en los que se darían los recortes, de lo que no cabe duda es que se aproxima un caída vertiginosa para las tasas de interés. Un tobogán de tasas que crea oportunidades de inversión muy interesantes y volvería a apoyar una reactivación de la actividad económica en el mediano plazo.
Por: David Cubides*
*El autor es economista de la Universidad de los Andes, con formación en el ITAM de México, Maestría de la Sorbona de París y estudios de Doctorado en Economía en la Universidad de Barcelona. Ha trabajado en el equipo de análisis económico de Citibank, como economista senior del Banco Popular, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y como subgerente de estudios económicos de Itaú Colombia. Es profesor de cátedra de la Universidad de los Andes y actualmente se desempeña como el Director de Investigaciones Económicas de Alianza.
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