La escasez de talento femenino sigue siendo un reto, especialmente en cambios de ciencia y tecnología. Solo el 35% de estudiantes de estas áreas son mujeres. ¿Cómo está Colombia en ese proceso?
La escasez de talento femenino es un desafío que aún persiste en nuestra sociedad, especialmente en campos como la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Aunque hemos avanzado en la igualdad de género, las cifras siguen siendo preocupantes: mientras la demanda de habilidades digitales aumenta en el mundo, solo el 35% de los estudiantes de STEM en la educación superior son mujeres y solo el 3% de las mujeres en educación superior eligen estudios de tecnologías de la información y la comunicación según un informe de la Unesco.
Esta situación no solo es una cuestión de justicia e igualdad, sino también un problema que afecta a toda la sociedad. La diversidad de pensamiento es esencial para el éxito empresarial y las empresas con liderazgo diverso han demostrado obtener mejores resultados financieros, tomar decisiones más acertadas y desarrollar productos y servicios que satisfacen las necesidades de un público diverso.
La igualdad de género juega un papel crucial en el desarrollo económico sostenible y la prosperidad, de aquí que cerrar la brecha de género y empoderar a las mujeres con oportunidades sea visto no solo como una estrategia para mejorar sus vidas sino como una herramienta para impactar de manera significativa al PIB mundial.
En el ámbito tecnológico la participación de las mujeres es esencial para asegurar que los avances sean inclusivos y adecuados. La falta de diversidad en el diseño de tecnologías ha llevado a sesgos y discriminación en ciertas aplicaciones y desarrollos, lo que subraya la importancia de incluir perspectivas femeninas en este proceso.
En Colombia, tenemos una oportunidad única para mejorar esta situación. Aunque el país se destaca en comparación con otros en la región aún hay trabajo por hacer. El momento es propicio para aprovechar el crecimiento en ciencia y tecnología y fomentar el talento femenino en estas áreas, lo que no solo contribuirá a cerrar la brecha de género en la industria, sino también a combatir el desempleo femenino, que en la actualidad se encuentra alrededor 13,2%.
Para abordar este desafío, es importante que todos actuemos de manera consciente, desde el ámbito personal se hace fundamental que inspiremos a las niñas desde temprana edad, fomentando su curiosidad e interés en la ciencia y la tecnología a través de actividades de experimentación y descubrimiento y que sigamos trabajando por eliminar estereotipos de género y prejuicios sobre las habilidades y el interés de las niñas en estos campos. Desde el ámbito laboral, las empresas tienen un papel clave en garantizar la igualdad de oportunidades para la contratación, promoción y compensación de sus empleadas. Es esencial establecer criterios objetivos y equitativos en estos procesos, ofrecer flexibilidad laboral y programas de apoyo, como permisos remunerados por maternidad y paternidad, para respaldar el desarrollo profesional de las mujeres.
Promover el talento femenino en STEM es una victoria para todos hacerlo nos permitirá lograr un equilibrio en los derechos y la equidad, impulsar la innovación, el desarrollo económico y el éxito empresarial, y asegurarnos de que la tecnología que construimos sirva a toda la sociedad. Para enfrentar este desafío, debemos unir fuerzas y trabajar en conjunto con el sector público, privado, la academia y todas las mujeres, jóvenes y niñas que merecen las mejores oportunidades para construir un futuro más inclusivo y próspero.
Por: Catalina Rengifo Botero*
*La autora es gerente de Filantropía para SSA en Microsoft y miembro de Women in Connection.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
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