El sistema financiero puede beneficiarse al asimilar algunas de las cualidades más intrínsecas de las industrias creativas. Diversidad y perseverancia hacen parte de esas lecciones.
Bancos, comisionistas de bolsa, fiduciarias y gestores de inversión pueden pensar que no tienen nada en común con el sector cultural, y las similitudes pueden parecer inexistentes en medio de la aparente disparidad de sus objetivos y enfoques. Sin embargo, al revisar con mayor detenimiento estos dos mundos, encontramos que el sistema financiero puede beneficiarse enormemente al asimilar algunas de las cualidades más intrínsecas de las industrias creativas.
La creatividad es el alma del sector cultural. Estas mentes, que pueden distar del mundo lógico matemático, dan vida a ideas innovadoras y originales, lo que desafía constantemente las normas y permite explorar nuevos horizontes. Así, en primer lugar, el sistema financiero puede incorporar este espíritu creativo para abordar problemas complejos y desarrollar ideas innovadoras, abrazando un pensamiento fuera de la caja que permita encontrar soluciones adaptables a las necesidades y realidades sociales.
La diversidad es otro aspecto en el que el sector cultural destaca, pues múltiples culturas, perspectivas y voces se unen en el arte. Por esto, como segunda enseñanza, el sistema financiero puede aprender a valorar la diversidad en todos los sentidos para generar una riqueza de ideas y enfoques. Además, así como las expresiones culturales varían según la región, las soluciones financieras también deben ajustarse a las necesidades específicas de diferentes comunidades.
El sector cultural también nos enseña sobre la perseverancia y la resistencia. Los artistas a menudo enfrentan desafíos monumentales en su búsqueda de crear y compartir su trabajo con el mundo. El sistema financiero puede beneficiarse al abrazar esta mentalidad. En un mundo volátil y en constante cambio, la capacidad de adaptarse a los desafíos y superar las adversidades es esencial para garantizar la resiliencia financiera a largo plazo.
La colaboración es una fuerza motriz en el sector cultural. Los músicos se unen para crear melodías armoniosas, los actores trabajan juntos para dar vida a historias cautivadoras y los artistas visuales colaboran en proyectos que desafían los límites de la imaginación. En el mundo financiero, la colaboración puede mejorar la toma de decisiones, fomentar la creación de soluciones más robustas y promover la transparencia en un entorno a menudo opaco.
El sistema financiero puede aprender del sector cultural la importancia del equilibrio para conseguir un propósito más amplio. Así como una obra de arte puede inspirar, educar y transformar, las soluciones financieras también buscan impactar positivamente a la sociedad en su conjunto. Al adoptar valores como autenticidad, creatividad, diversidad, perseverancia y colaboración, el sistema financiero puede evolucionar hacia una entidad más empática, innovadora y enriquecedora para todos. En este cruce entre finanzas y cultura, yace una oportunidad para el crecimiento mutuo y la creación de un mundo más equitativo y sustentable.
Por: Héctor Juliao*
*El autor es Country Head de Credicorp Capital Colombia.
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