Vector Foods, la compañía detrás de las Papas Monterojo, ha venido ganando espacios en los grandes supermercados: pasaron de facturar $25 millones en 2015 a una proyección de $33.000 millones en ventas en 2023.

En la industria colombiana de los pasabocas, en el que las papas tienen reinados supremos: Pepsico con Margaritas, Yupi con Rizadas, Super Ricas con Onditas, Kellog’s con Pringles y Productos Ramo con Caseras, un modesto pero audaz contendiente ha venido desafiando en corto tiempo el establecimiento.

“Es una industria dominada por gigantes”, cuenta en entrevista con Forbes José Ricardo Betancur, cofundador y gerente de Vector Foods. “Colegas de la universidad y nuestros propios papás nos decían que ni locos nos metiéramos a competir con gigantes”.

Frente a ese escenario, esta compañía que cofundó en Medellín junto a Alejandro Agudelo Mejía, Ricardo Ramírez Ramírez y Nicolás Eberl Peick, es la que está detrás de las Papas Monterojo, que con un concepto premium, ha venido silenciosamente ganándose puestos las vitrinas de las principales cadenas de supermercado y de las plataformas de comercio electrónico.

Pasaron de facturar $25 millones en 2015 a una proyección de $33.000 millones en ventas en 2023. Los que al principio les cerraban las puertas, ahora los desean. Sus productos trascienden fronteras: se venden también en Aruba, Bonaire, Curazao, Panamá, El Salvador, Ecuador, Australia y Estados Unidos.

En sus inicios, lo que vendían eran unas salsas picantes que salían a promocionar con nachos. Los clientes, en vez de preguntar por las salsas, preguntaban por los nachos.

“Nos daba una piquiña interna porque resultábamos haciéndole el negocio a las marcas de nachos”, recuerda Betancur. “Fue así como decidimos lanzar nuestros primeros pasabocas. Mientras que el mercado de salsas picantes en total vendía $30.000 millones, el de pasabocas vendía $3,5 billones, es decir más de 100 veces lo que vendían las salsas”.

En principio la oficina era la cafetería de la sede de posgrados de la Escuela de Ingeniería de Antioquia y la bodega eran los costados de las camas de los cofundadores en sus casas.

La primera línea de papas fueron los sabores lima limón, sabor natural (que es sal rosada de Himalaya) y mezcla pimienta. En 2017, un año después de haberlas lanzado, ya estaban vendiendo $1.100 millones. Insistentemente tocaban puertas en supermercados y en tiendas saludables. Los Supermercados Euro, Gastronomy Market y Cencosud (Jumbo) fueron los primeros que les abrieron las puertas a nivel local.

“La entrada a Cencosud nos permitió sonar más duro cuando intentábamos entrar a otros clientes del mismo nivel”, relata Betancur.

Luego llegaron a Olímpica, Éxito y Carulla. Ahí decidieron cambiar la imagen, complementar las papas con nuevos sabores y lanzar la marca de pasabocas horneados Wow, que se estrenó con barquillos de mantequilla de maní y chocolate. En 2018, ya estaban facturando $3.500 millones.

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“Aquí hubo mucho trabajo y sudor”, anota Betancur. “Los primeros clientes con los que logramos hacer una expansión nacional fueron los mercados saludables; hoy estamos en 1.200. Los pedidos los despachábamos desde la sala de la casa de uno de los socios, que vivía en un primer piso y desde ahí era fácil cargar el camión”.

Mientras que en los conglomerados un proyecto de innovación puede tardar un año para salir a la luz, en Vector Foods tienen como objetivo lanzar al menos seis productos nuevos cada año, lo que funciona sigue su curso y lo que no funciona se apaga.

“Dentro de nuestro ADN somos de mentalidad innovadora”, apunta el gerente de Vector Foods. “Tenemos una especie de compromiso con nuestro consumidor de estar siempre a la vanguardia. Siempre nos están preguntando por nuevos sabores”.

Así se han convertido en un imán para creaciones conjuntas con otras marcas. En 2019 lanzaron una papas especiales de BBQ dulce, lima-limón y pimienta negra, y pimientas en colaboración con Club Colombia de Bavaria. La alianza que estaba prevista para un año, sigue vigente hasta hoy en día. En 2021 lanzaron unas papas con Chef Burger, en 2022 unas sin sal con Carulla y más recientemente unas de queso parmesano con Alpina.

En el primer año de la pandemia, sus ventas cayeron a más de la mitad porque muchas de las tiendas presenciales cerraron y esa situación fue motor para digitalizar la venta a través de una tienda en línea propia y en plataformas de comercio electrónico como Rappi, y para adelantar los planes de exportación.

“Con esa estrategia tapamos el hueco y fueron nuevas sendas de crecimiento”, menciona Betancur.

Llevar las papas fuera de Colombia no es tan fácil como suena. Las producen en Envigado (Antioquia) en una planta de terceros, pero para que lleguen a otros países deben recibir autorizaciones sanitarias y llenar las bolsas de papás con un 33% de aire para evitar el rápido vencimiento.

“Un contenedor lleno de aire sale muy costoso, eso parece un milagro, porque nos están comprando paquetes en gran parte con aire”, confiesa el gerente de Vector Foods.

En Vector Foods, que tiene un equipo de 117 personas, el 95% del portafolio son las papas Monterrojo y el 5% es Wow -que ahora vende también palomitas y rosquillas-. Los cofundadores conservan el 70% de las acciones, luego de diluirse para recibir ángeles inversionistas.

De salir a vender o tener una planta propia no tienen urgencia, pero saben que son escenarios que en algún momento podrían pasar.

“Si queremos que Monterojo sea bastante grande, no podemos ser egoístas. Creemos que en los próximos cinco años podremos llegar a los $100.000 millones en ventas, después de ahí aún no sabemos qué tan capaces podremos ser con nuestro propio pulmón, son incógnitas que empiezan a surgir para un futuro próximo”, concreta Betancur.

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