El cofundador y CEO de Bia Sebastián Ruales, contó a Forbes que tienen más de 1.500 clientes en 120 municipios y ciudades de Colombia. La inversión la lidera Kaszek, la mayor firma latinoamericana de capital de riesgo.
En el momento que la startup de energía Bia salió al mercado, hace más de un año, no tenía ni un solo negocio como cliente. Solo tenía una promesa de entregar un medidor inteligente, con una plataforma que permite analizar el comportamiento del consumo para tomar decisiones y reducir los costos. Ahora, es una compañía rentable con más de 1.500 comercios en distintas industrias como clientes recurrentes mensuales.
“Al principio la gente tenía muchas barreras, porque en esta industria la gente no sabía que podía cambiar de proveedor de energía. Como eramos muy pequeños, les daba mucho miedo cambiarse comercializador”, relata en entrevista con Forbes el cofundador y CEO de Bia Sebastián Ruales. “Hicimos un plan ballena, que fue buscar a los más grandes jugadores en distintos sectores para convencerlos que se podían cambiar. Desde que tenemos a esos validadores, estamos viendo una curva exponencial de aceptación”.
Bia busca capitalizar su temprana popularidad para ganar la atención de empresas más grandes. Para lograrlo, recaudó $16,5 millones en una ronda de inversión Serie A, liderada por Kaszek, la mayor firma latinoamericana de capital de riesgo, con participación de la firma mexicana Nazca, la colombiana Ewa Capital y la family office chilena WildSur. Esto eleva a US$22,5 millones el total obtenido dese sus orígenes por parte de inversionistas.
Paralelamente, la empresa estableció una una estructura financiera de US$10 millones en deuda.
Ruales, que cofundó la compañía junto al COO Leonardo Velásquez y el director de producto Guillermo Plaza, asegura que este año esperan cerrarlo con ingresos de $12.000 millones (en pesos colombianos) y que con la inversion atraerán talento, para usar aprendizaje automático, una de las tecnologías derivadas de la inteligencia artificial, para la desagregación de las cargas para incentivar el ahorro. En la plataforma, que tiene versión web y versión de aplicación móvil, entre más datos reciben, más específicas pueden ser las recomendaciones que entregan los algoritmos.
“Hemos ido evolucionando el producto, pero también aprendiendo cómo trabajar con los reguladores y con los mecanismos de control de la industria”, dice Ruales, afirmando que tienen acuerdos bilaterales para los próximos 15 años con los agentes comerciales de la industria. “Es una combinación bonita de la mentalidad de comernos el mundo que trae una startup y de cómo opera una compañía con sistemas de riesgo y mecanismos de análisis”.
Cuando un negocio contrata a Bia, recibe un medidor inteligente que le permite desagregar los datos para tomar acciones, programar alarmas, comparar cuánto están consumiendo los puntos de venta, cuánto proyectan consumir a final de mes y centralizar el pago de múltiples facturas en una única transacción. Así mismo, pueden ver cuánta energía es limpia y sumarla a sus cálculos de reducción de emisiones de carbono.
La inyección de capital llega en un momento en el que las inversiones de capital de riesgo cayeron 19.4% en la primera mitad de este año, a US$5.400 millones, frente a los US$6.700 millones que hubo en el mismo peródo en el año anterior, de acuerdo con Lavca y en el que el mercado eléctrico en Colombia se ha visto expuesto a una incertidumbre financiera anticipandose a el fenómeno de El Niño.
Los inversionistas ven en Bia a un grupo de fundadores que han construido antes otras empresas, un equipo que conoce la industria, una vocación financiera que se debe a que en el sector energético no se puede operar si no hay solidez financiera y una industria acaparada por empresas tradicionales.
Nicolás Berman, socio de Kaszek, indica que existe una necesidad de llevar la industria energética a un siguiente nivel, para seguir impulsando desde pymes hasta grandes empresas.
“Elegimos sumarnos a Bia, por dos razones fundamentales: su solidez, ya que demuestra un crecimiento extraordinario y combina una estructura financiera impecable y robusta; adicional a un modelo de negocio, que ubica al usuario en el centro y atrae a miles de compañías que quieren mejorar su relación con la energía y al mismo tiempo reducir sus costos”, comenta Berman. “El talento de primer nivel, con el que cuenta la compañía, le permite responder a sus necesidades y es un gusto para nosotros trabajar con ellos para construir la más avanzada tecnología en energía”.
Bia compite con los comercializadores tradicionales de energía como Enel, EPM y Emcali, pero también con startups como Neu Energy, que también tiene una plataforma para visualizar el consumo de energía y que tiene más de 2.000 usuarios.
A la fecha, Bia, que fue considerada por Forbes como una de las 30 promesas de 2023 en Colombia, tiene presencia en más de 120 municipios y tiene un equipo de 100 personas. La compañía dice estar analizando otros mercados en América Latina, para proyectar su expansión el próximo año.
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