La estimación no tiene en cuenta el costo de la pandemia que, según los expertos, podría ser hasta de 6 billones de dólares al año en 2022.

Este martes 10 de octubre es el Día de la Salud Mental, una fecha promovida por la Federación Mundial de la Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud para llamar la atención sobre este asunto de gran relevancia para la sociedad y fomentar acciones que propendan por el bienestar integral de las personas.

Lejos de ser un tema que solo le compete al individuo, los trastornos de la salud mental inciden en todas las dinámicas sociales, incluidas las que ocurren al interior de una organización, y le cuesta a la economía global.

Ya en las empresas han advertido que no se trata de una problemática menor y que cuidar del bienestar de sus equipos es igual o más relevante que tener buenas finanzas. El costo de reemplazar a un talento humano es excesivo, por el tiempo que implica entrenar a una nueva persona y mientras se adapta a sus funciones; en cambio, invertir en la protección de sus empleados puede evitarle gastos elevados a futuro y tener réditos valiosos.

Como mencionan desde Marsh McLennan, no hacerlo puede convertirse en un riesgo millonario para las empresas y la economía global. Así lo señaló su informe global de riesgos, presentado junto al Foro Económico Mundial, en el que se alerta que no atender oportunamente a los trastornos de salud mental puede costarle a la economía global hasta 16 billones de dólares, en el periodo comprendido entre 2010 y 2030. Dicha estimación no tiene en cuenta el periodo más crítico de la pandemia que, de acuerdo con los expertos, podría ser hasta de 6 billones de dólares al año en 2022.

Pandemia. Archivo. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

¿Pero a qué se debe su impacto en las cuentas? Sencillo: golpea la productividad. En el estudio Health on Demand, elaborado por la firma, se encontró que un porcentaje significativo de los empleados cumple con sus funciones bajo condiciones de estrés, lo que influye directamente en su desempeño. Alrededor de un 55% de los colaboradores aseguró que en el año anterior trabajaron sin estar bien mentalmente, mientras que un 61% señaló además que no se sentían bien físicamente.

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Esa falta de bienestar se traduce en ausentismo, alta rotación y disminución de la productividad, según advierten desde Marsh McLennan.

Por eso las empresas han empezado a tomar acción y así lo reconocen sus equipos: un 61% de los encuestados para el estudio de Mercer Marsh Beneficios asegura que su empresa se preocupa por la salud de sus empleados y el 70% se siente próspero en su actual rol u organización. Para las empresas esto implica fidelización de su talento humano, pues por lo menos un 79% de los empleados que tienen acceso a más de 10 beneficios en bienestar afirma que es menos probable que cambien de empleo.

“Adoptar estrategias y políticas que promuevan el bienestar mental no solo beneficia a los empleados, sino que también tiene un impacto positivo en la productividad y la cultura corporativa”, destacó Ricardo de Almeida, Líder de Mercer Marsh Beneficios para Latinoamérica y El Caribe.

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