Los logros de Brasil en la regulación de activos digitales han llamado la atención del Congreso colombiano. Tanto así, que el proyecto que se presentará en Comisión Sexta estaría inspirado en dicho “caso de éxito” ¿Por qué nos conviene tanto? Última entrega sobre la ley cripto en Colombia.

Si uno observa con detenimiento el panorama cripto en América Latina, es inevitable notar que la cosa es de extremos, y para la muestra hay dos ejemplos: el primero es Argentina, economía que ya adoptó el ecosistema de activos digitales como una herramienta para escapar del sistema financiero tradicional y dejar atrás una hiperinflación que amenaza con llegar a 200% para fin de año. El segundo es Brasil, que viene a ser lo opuesto al escenario anterior, pues la ley cripto que se aprobó el pasado 20 de junio busca “poner una nueva capa encima del sistema financiero”, según fuentes del Banco Central de Brasil.

Con esto en mente, no extraña que el Congreso de la República esté observando con detenimiento el caso de Brasil. Tanto así que, hasta este momento, hay un concepto positivo de los avances del país vecino por parte de todos los actores involucrados en la elaboración del nuevo proyecto de ley excepto uno, que es tal vez el más importante en la ecuación: el Banco de la República. Según explicó a Forbes el presidente de la Comisión Sexta del Senado, Gustavo Moreno, solo hace falta que el Emisor dé su visto bueno en ese caso para radicar el proyecto.

Aquí es inevitable preguntarse por qué el Banco de la República no ha dado su aprobación a la idea de basar el proyecto colombiano en el modelo brasileño, y la respuesta es muy sencilla: el Banco Central de Brasil es quien tiene la responsabilidad de vigilar los criptoactivos en dicho proyecto de ley, punto donde el Emisor se ha mostrado reacio desde el principio de la discusión, dejando claro que “el único que puede desempeñar dicha labor es él”.

Desde el Congreso, Moreno ha dejado claro que la Comisión Sexta coincide con el modelo brasilero, por lo que le han pedido al Banco de la República que asuma esa responsabilidad. No obstante, el senador reveló a Forbes que la intención del sistema financiero colombiano es sacar un proyecto de ley regulado y manejado por ellos mismos. 

“Ellos planteaban que sea la Superfinanciera la encargada de suplir las funciones que hace el Banco Central de Brasil, pero esa información, creeríamos nosotros desde el Congreso de la República, debería manejarla el Banrep y no la SFC”, añadió.

¿Qué funciona en Brasil?

Una de las ventajas más importantes apunta a la cooperación entre el Gobierno y las plataformas de criptoactivos en cuanto a la información que manejan estas últimas, pues habilita su revisión para asegurar al público una mayor calidad y transparencia en su uso.

Brasil también está creando un piloto de su moneda digital del Gobierno mediante el programa Drex, que arrancó el mes pasado y que consiste en vender la moneda digital del Banco Central (CBDC) a instituciones financieras para que estas definan cuál será su aplicación, todo a partir de la experiencia del usuario. Bajo esta perspectiva, el Banco Central no se está preocupando por quién está recibiendo el real digital en la calle, sino en dejar que los bancos tengan libertad para pensar cómo se va a usar al momento de su lanzamiento al público, previsto a más tardar para 2025.

“Están haciendo un salto muy interesante donde se está regulando y aceptando la tokenización de activos en el mundo real. Al hacerlo, se puede crear un sistema financiero en el que se virtualizan y automatizan las cosas, permitiendo que llegue un futuro donde tenga mi hogar en blockchain y pueda venderlo fácilmente porque todo el papeleo necesario para ello es automáticamente procesado y transferido al Gobierno”, explicó el socio de Koyamaki Ventures y antiguo director de la Bitcoin Expo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Daniel Márquez Rosales. 

Por su parte, fuentes del Banco Central de Brasil consultadas por Forbes sostuvieron que los principios que buscan incluir en la regulación final, que actualmente se encuentra en construcción, apuntan a la libre empresa, competición libre y la protección y defensa de los consumidores y usuarios. Asimismo, el proyecto pretende limitar los riesgos que acompañan a los sistemas sin gobernanza centralizada y evitar la exposición de los inversores a estos activos sin niveles adecuados de información sobre su uso.

Edifício sede del Banco Central de Brasil – Foto: Jonas Pereira/Agência Senado

Como los activos virtuales y las tecnologías subyacentes están en constante evolución, el Emisor es consciente de que su implementación requerirá “una acción transversal y coordinada entre varios reguladores”, como la Secretaría de Ingresos Federales y la Comisión Nacional de Valores. 

“La descentralización, la reducción de los costos comerciales, las ganancias en transparencia y la integración entre diferentes tipos de productos y servicios tienen un potencial revolucionario para aumentar la eficiencia y la inclusión financiera. Sin embargo, muchas de estas innovaciones también conllevan riesgos nuevos o ampliados, lo que requiere atención adicional por parte de los reguladores”, dijo el director de Regulación del Banco Central de Brasil, Otávio Damaso. 

A su vez, detalló que las empresas que ya operan en el mercado de criptoactivos tendrán al menos seis meses de adaptación a esta nueva ley. Incluso, el Banco preparó desde mediados de julio unas Convocatorias de Consulta Pública con el propósito de recibir tanto sugerencias como comentarios de expertos y el público general antes de oficializar la implementación de la normativa definitiva.

Para Márquez, lo que Colombia debe aprender de esas experiencias es entender cómo el mercado de criptoactivos podría dinamizar la adopción de servicios financieros a nivel regional. Y es que lo que está pasando con los activos digitales en Latinoamérica es que se ha dado adopción por uso, representando la forma más adecuada de que los mundos de activos digitales y financieros tradicionales convivan entre sí. “Si se crean reglas adecuadas, evidentemente sí podemos adoptar las buenas prácticas de Brasil”, dijo.

Estados Unidos: el polo opuesto

Cuando se quiere plantear un proyecto de ley, uno sabe cómo arranca, pero no como termina. Un ejemplo claro es Estados Unidos, donde se decretó que la Reserva Federal (FED) no puede emitir CBDC, cosa que “no tiene sentido”, pues es ilógico pensar que un banco central no pueda emitir sus propios tokens. La explicación, según el Partido Republicano, radica en la privacidad financiera, pues “no debe haber supervisión gubernamental de las monedas digitales: estas deben ser abiertas y sin permisos, como el efectivo”. De no ser así, serían prohibidas por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en caso de ganar la presidencia en 2024.

¿Qué tiene que ver esto con Colombia? Pues que, al igual que nuestro país, Estados Unidos también está en un área gris dentro del desarrollo de una política ligada a las criptomonedas. No obstante, tiene un problema diferente, y es que hay varias entidades del sistema financiero que están pujando por ser los reguladores de los activos digitales, escenario totalmente opuesto al que tenemos en el país.

En este momento, el que está liderando el esquema regulatorio es la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés), que se ha caracterizado por establecer una especie de “cacería de brujas” a las empresas del sector, pues “cualquier cosa que haya con cripto la quiere exprimir lo más posible”, según detalló Márquez.

Esto ha sido confuso para las empresas de criptoactivos basadas en EE.UU. o con operación en dicho país, pues son ellas mismas las que han pedido ser reguladas. Uno de los casos más sonados es el del exchange Coinbase, compañía que ha sostenido reuniones con la SEC durante años para entender cómo se puede regular el ecosistema, pero “ellos siguen frenando los avances”, según revelaron a Forbes expertos familiarizados con el tema. 

Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC por sus siglas en inglés) – Foto: EFE/Shawn Thew

La SEC también le está haciendo cacería a Binance, empresa que cumplió seis años en medio de una demanda de la institución a mediados de julio por “desviar activos de los clientes a su antojo”. Lo curioso es que esto también está pasando en Colombia, donde Forbes pudo constatar que al menos 1.600 personas han visto incautados sus activos “sin justa causa”. Mientras que la compañía alega que todo se debe a supuestas investigaciones de entidades como la Administración de Control de Drogas de EE.UU. (DEA por sus siglas en inglés) y el Servicio de Información e Investigación Fiscal de Holanda (FIOD) ante presunto lavado de activos, la defensa de las víctimas argumenta que dichas acusaciones son completamente falsas. 

Lo cierto es que Binance es solo una parte del ecosistema cripto en Estados Unidos, pues representa una manera de comprar y vender activos digitales como si se tratara de un mercado centralizado. En el caso colombiano, todo se resume en crear un tipo de regulación donde se pueda prevenir eso, según explicaron a Forbes fuentes cercanas al conflicto. 

Por su parte, Márquez agregó que Binance funciona de una manera en la que van a tomar provecho de cualquier tipo de regulación. “Lo que EE.UU. está tratando de hacer es sacarlos porque no quieren que exista en su país, pero en el caso colombiano la cosa es diferente, pues se trata de crear una regulación donde se diga qué no hacer con los activos colombianos. Como eso no existe, pueden hacer lo que quieran”, subrayó.

De ahí viene la necesidad de un regulador que no le tenga miedo a la tarea, y dichas reservas se explican por la falta de conocimiento que aún existe alrededor del tema cripto en el país. Según el exdirector de la MIT Bitcoin Expo, si las instituciones financieras nacionales quieren seguir protegiendo el sistema, “no están haciendo el trabajo que deberían hacer”.

“Colombia debe dejar de tener miedo a lo que está sucediendo a nivel global y mirar cómo pueden hacer algo que le beneficie a la población colombiana, porque el sistema financiero no le beneficia a la mayoría de los colombianos. Debemos dejar de pensar en que las cripto son un mundo opaco porque es falso. Solo así podremos ser independientes”, sentenció.

¿Y El Salvador?

Para el CEO de la empresa colombiana de web3 VIIO, Andrés Fonseca, un referente de cómo se debe sancionar un marco regulatorio amplio es El Salvador, primer país en convertir al Bitcoin en moneda de curso legal. A juicio del experto, el país liderado por Nayib Bukele tiene políticas e incentivos interesantes para negocios ligados a los criptoactivos al otorgarles garantías jurídicas para poder operar.

“Como negocio, lo que plantea El Salvador es que se puede lograr un nivel más avanzado. Como las cripto son moneda de curso legal, proponen reglas claras para quienes quieran hacer negocios con activos digitales en la región”, apuntó.

No obstante, allí hay una particularidad importante, y es que cualquiera puede emitir un token o stablecoin. Sin embargo, la cosa no es tan fácil en el caso colombiano, pues la SFC aclaró que no hay una regulación ni para prohibir ni avalar el tema, pero si se hace a través de un actor regulado, el tema de recolectar pesos y entregar tokens pasa a ser una actividad de captación. En ese caso, las únicas entidades que podrían hacerlo son los bancos y las sociedades especializadas en depósitos y pagos electrónicos (Sedpes). Si va a ser así, se debe sancionar una ley. 

“La descentralización, la reducción de los costos comerciales, las ganancias en transparencia y la integración entre diferentes tipos de productos y servicios tienen un potencial revolucionario para aumentar la eficiencia y la inclusión financiera”

Otávio Damaso, director de Regulación del Banco Central de Brasil

Lo complejo del asunto, al menos para Moreno, es que El Salvador es “un caso muy particular” al ser un país que creó una ley “de una manera casi autocrática y, por ende, poco popular”. La explicación es muy sencilla: en noviembre del 2021, meses después de que se aprobara el proyecto, la población todavía no sabía cómo usar Bitcoin en actividades tan sencillas como comprar café o un carro. La pedagogía brilló por su ausencia.

Curiosamente, Colombia no tiene ese problema, o al menos no al mismo nivel de los salvadoreños. De acuerdo con el presidente de la Comisión Sexta del Senado, al país le ayuda contar con un porcentaje muy alto de personas que tienen un celular, pues cada colombiano posee 1,2 teléfonos móviles según el Digital Global Overview Report. Eso explica el hecho de que el caso de uso más poderoso que ha tenido cripto hoy en día es el trading gracias a la facilidad de acceso a los exchanges y la posibilidad de operar desde cualquier lugar del país. “Lo que queremos es no caer en un tema como tiene hoy El Salvador, que ya cede a la especulación”, concluyó. 

Los casos descritos anteriormente refuerzan una premisa evidente: debería ser el Banco de la República quien maneje y supervise todas las transacciones de criptomonedas, además de definir parámetros de seguridad para que las personas no caigan fácilmente en estafas, lavado de activos o terrorismo. Si no se regula, se corre el riesgo de fortalecer una economía paralela donde ya se mueve dinero fácil mediante prácticas como el narcotráfico y la explotación sexual infantil, algo que siempre existirá en cualquier lugar del mundo donde las criptomonedas no estén reguladas. 

#NuestraRevista | Este es un recuento de los artículos publicados en nuestra edición de la revista Forbes Colombia de octubre. Si desea recibir esta información de primera mano en nuestra revista física, ingrese aquí para suscribirse.