La FDA aprueba Ixchiq, vacuna de Valneva contra chikungunya; esencial para regiones de riesgo y viajeros, evitando los dolores prolongados.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó el jueves la primera vacuna mundial contra el chikungunya, un virus transmitido por mosquitos con síntomas similares a los del dengue y el zika que, según advierten los expertos, es una importante amenaza sanitaria mundial que la crisis climática está propulsando a nuevas partes del mundo, incluido Estados Unidos.
El chikungunya es una infección vírica que se propaga por la picadura de mosquitos infectados. Su nombre —que procede de la lengua kimakonde o makonde, hablada en África Oriental— significa “retorcerse”, “lo que se dobla hacia arriba” o “doblarse de dolor”, en referencia a la postura contorsionada que adoptan muchos de los infectados.
La infección no suele ser mortal —los niños, los ancianos y las personas con otros problemas de salud corren mayor riesgo y puede ser mortal para los recién nacidos—, pero el virus puede causar una enfermedad grave y prolongada y no existen tratamientos específicos más allá de abordar los síntomas individuales.
Los síntomas de la infección por chikungunya incluyen fiebre y fuertes dolores articulares, que pueden ser debilitantes y durar semanas, meses o incluso años, así como fatiga, cefaleas, dolores musculares, náuseas y erupciones cutáneas.
Las personas con mayor riesgo de contraer chikungunya viven en las regiones tropicales y subtropicales de África, el sudeste asiático y partes de América, donde los mosquitos portadores del virus son endémicos, aunque los expertos advierten de que el cambio climático provocado por el hombre está permitiendo que los insectos y las enfermedades que transmiten colonicen nuevas zonas, incluida gran parte de Estados Unidos.
Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, hasta septiembre se habían registrado unos 440.000 casos de chikungunya y más de 350 muertes en todo el mundo, y la mayoría de los países con mayor incidencia de la enfermedad se encuentran en Sudamérica y Centroamérica.
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La FDA ha aprobado la primera vacuna contra la fiebre chikungunya para adultos mayores de 18 años con alto riesgo de contraer el virus. Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, declaró que la aprobación “responde a una necesidad médica no cubierta y supone un avance importante en la prevención de una enfermedad potencialmente debilitante con opciones de tratamiento limitadas”. La vacuna, fabricada por la empresa francesa Valneva y comercializada como Ixchiq, se administra en una sola inyección. Contiene una forma debilitada, pero viva, del virus y puede causar síntomas similares a los de las personas con enfermedad chikungunya, según la FDA.
Estas vacunas vivas pueden proteger frente a infecciones naturales más peligrosas y se utilizan habitualmente para infecciones como el rotavirus, el sarampión, las paperas, la rubéola, la varicela, la fiebre amarilla y la poliomielitis, pero no siempre son adecuadas para personas de determinadas edades, con sistemas inmunitarios debilitados u otras afecciones, o embarazadas.
Según la FDA, la seguridad de la vacuna se evaluó en dos ensayos clínicos realizados en Norteamérica. Entre los efectos secundarios comunes notificados en el ensayo se incluyen dolores de cabeza, fatiga, dolores musculares y articulares y dolor en el lugar de la inyección, aunque la FDA señaló que casi el 2% de las personas vacunadas presentaron síntomas graves similares a los de la fiebre chikungunya que requirieron atención médica. La FDA indicó que se incluiría una etiqueta para recordar a los prescriptores que comenten con los receptores la posibilidad de “reacciones adversas, graves o prolongadas similares a las del chikungunya”. Valneva también tendrá que ejecutar un ensayo posterior a la aprobación “para evaluar el riesgo grave de reacciones adversas graves similares a las del chikungunya tras la administración de Ixchiq”.
La FDA estima 5 millones de casos de chikungunya en los últimos 15 años en todo el mundo. La agencia describió el virus como una “amenaza sanitaria mundial emergente” que “se ha extendido a nuevas zonas geográficas, provocando un aumento de la prevalencia mundial de la enfermedad”.
Las autoridades sanitarias y organismos como la Organización Mundial de la Salud advierten de que es probable que los recuentos oficiales de infecciones subestimen considerablemente la verdadera prevalencia del chikungunya. El diagnóstico preciso, la vigilancia de la enfermedad y la notificación pueden ser difíciles en algunas partes del mundo debido a la financiación y la capacidad de los sistemas sanitarios, y el chikungunya también es “fácil de diagnosticar erróneamente” debido a que causa síntomas similares a los de otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y el zika.
Valneva afirma que la vacuna se dirigirá inicialmente a las “necesidades potenciales” de unos 60 millones de estadounidenses que, según afirma, viajan cada año a países donde las enfermedades transmitidas por mosquitos son endémicas. Esto encaja bien con sus otras vacunas contra el cólera y la encefalitis japonesa dirigidas a los viajeros, dijo la empresa. Valneva dijo que trabajará para comercializar la vacuna en EE.UU. a principios del año que viene y conseguir que el comité asesor sobre vacunas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) apruebe la vacuna a finales de febrero. La FDA es un regulador influyente y su visto bueno acelerará probablemente el paso de Ixchiq por otros procesos reguladores en todo el mundo, sobre todo en zonas donde el chikungunya es una preocupación más acuciante.
El chikungunya se identifica periódicamente como una amenaza emergente para la salud mundial debido a la enfermedad debilitante y prolongada que puede causar. El chikungunya se identificó por primera vez en Tanzania en 1952 y posteriormente se registraron brotes esporádicos en partes de África y Asia. Desde entonces, el virus se ha extendido por todo el mundo y se ha detectado en todos los continentes excepto en la Antártida. El impacto económico y social de la enfermedad puede ser devastador -la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations calcula que el coste sólo para América ronda los 185.000 millones de dólares- y es probable que el calentamiento del clima, una bendición para los mosquitos que propagan la enfermedad, amplíe las zonas de riesgo. Aunque el virus se registra con más frecuencia entre los viajeros en EE.UU. y partes de Europa, se ha documentado la transmisión local, lo que sugiere que pueden producirse brotes en el futuro o que el virus podría afianzarse de forma permanente.
Este artículo fue publicado originalmente en Forbes US
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