Los emprendedores, al enfocarse únicamente en las demandas diarias, corren el riesgo de relegar la visión estratégica y la transformación empresarial a un segundo plano. ¿Cómo evitarlo?

Soy una fiel creyente de que la clave del crecimiento empresarial se encuentra más allá del día a día. Creo que todos podríamos estar de acuerdo con eso, no parece un concepto de ciencia nuclear, lo que sí parece un gran desafío es cómo lograrlo, cómo efectivamente ganarle a la operación y los imprevistos.

En el vertiginoso mundo empresarial actual, es fácil caer en la rutina diaria de gestionar tareas inmediatas, solucionar problemas apremiantes y perder de vista la esencia misma de la empresa: su capacidad para evolucionar y crecer. Los emprendedores, al enfocarnos únicamente en las demandas diarias, corremos el riesgo de relegar la visión estratégica y la transformación empresarial a un segundo plano. Sin embargo, es crucial recordar que la verdadera esencia del éxito empresarial radica en trascender las operaciones diarias y mirar hacia adelante con una visión clara y objetivos ambiciosos.

Evolucionan los días y cada uno efectivamente trae su afán y a veces nos enredamos en desenredar, a tal punto que inconscientemente llegamos a creer que pensar es un lujo y no una necesidad imperante que no debe posponerse, ni a la que se le debe asignar el peor horario del calendar. Hay que poder pensar con mente fresca, en horario premium donde tengamos las neuronas activadas, la creatividad al máximo y la mejor de las actitudes para realizar las más importantes de las labores. 

La estrategia y la innovación son piedras angulares para el crecimiento sostenible de cualquier organización, y ninguna de las dos proviene del afán de solucionar problemas. Es vital invertir tiempo y recursos de los que más cuestan, como es el tiempo,  en la identificación de oportunidades para mejorar y expandir el negocio. La visión a largo plazo no solo impulsa la innovación, sino que también motiva a los equipos, generando un sentido de propósito más allá de las tareas diarias.

En mi intención de crear recordatorios para que más personas ganemos la batalla del día a día, tengo recordatorios que seguramente ya habrás escuchado, pero que pueden ser valiosos recordar, cualquier día es bueno para empezar a enfocarse en la estrategia y no solo en la operación:

  1. Establece prioridades claras
  2. Delega responsabilidades 
  3. Programa tiempo (inamovible) para la estrategia
  4. Automatiza procesos repetitivos
  5. Aprende a decir NO
  6. Actualiza y revisa tus metas regularmente
  7. Crea un equipo fuerte
  8. Invierte en el desarrollo personal y de capacidades 
  9. Celebra los logros 
  10. Aprende de los fracasos 

Al establecer objetivos de visión claros, los líderes proporcionamos una brújula para la empresa, inspirando un enfoque colectivo hacia metas. La capacidad de comunicar y compartir esta visión con el equipo fomenta un sentido de pertenencia sólido. Una visión sólida y comunicada no solo guía las decisiones estratégicas, sino que también infunde energía y entusiasmo en la cultura empresarial, que en estas épocas donde retener talento es tan difícil, es fundamental.

Resistirse a la tentación de centrarse exclusivamente en el día a día es el objetivo. Y yo más que nadie sé lo que eso cuesta, sobre todo cuando uno piensa en las consecuencias de las fallas operacionales. La transformación y los objetivos de visión bien definidos son los motores que impulsarán el crecimiento empresarial a largo plazo.

Al mirar más allá de las urgencias diarias, los emprendedores construimos cimientos sólidos para un futuro potente, solo cuando transformar es la prioridad nos aseguramos de que nuestra empresas no solo sobrevivan, sino que también escalen y creen disrupción en un panorama de constante evolución.

Por: Karen Carvajalino
Twitter: @LasCarvajalino

*La autora es psicóloga y cofundadora The Biz Nation, una plataforma de educación virtual enfocada en emprendimiento, tecnología y habilidades para los trabajos del futuro. 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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