La estrategia Human Centric, la conexión emocional coherente y la autenticidad definen el camino hacia el éxito.
Pasar de enfocarse en el consumidor a adoptar una perspectiva más centrada en la humanidad es más que un cambio de palabras; es un cambio de mentalidad. No se trata solo de conocer hábitos de consumo y preferencias; las marcas verdaderamente efectivas van más allá, sumergiéndose en la complejidad de las personas. Entender su cultura, entorno, aspiraciones, sueños y preocupaciones se convierte en el faro que guía hacia la autenticidad y a conexiones emocionales más profundas.
En el pasado, el enfoque Consumer Centric se limitaba a comprender hábitos, gustos y disgustos. Si bien esto ofrecía datos valiosos, la verdadera transformación ocurre al adoptar un enfoque Human Centric. La marca se adentra en la esencia de la sociedad, explorando aspiraciones, sueños y preocupaciones presentes y futuras. Es un cambio de perspectiva, de ver al consumidor como alguien que usa el producto a entenderlos como seres humanos con experiencias, culturas y expectativas únicas.
La emoción se erige como una fuerza impulsora. La publicidad, como representación simbólica de la marca, se convierte en un puente hacia la conexión emocional. Cuando la simbología de una marca se alinea con las necesidades emocionales de los consumidores, se despierta la irresistibilidad por ella. La emoción, ese lenguaje intrínseco al ser humano, se convierte en la clave para la toma de decisiones de compra.
La diversidad de emociones se convierte en el lienzo en el que las campañas publicitarias pintan su narrativa. Con el avance de la Inteligencia Artificial, las campañas pueden comunicar una gama diversa de emociones, cada una representada por un arquetipo distintivo y representativo de la ambición de marca. Estos arquetipos representados por colores no son solo elementos estéticos; son vehículos que transmiten de manera efectiva las complejidades emocionales a través de imágenes y música.
La versatilidad en la comunicación emocional se convierte en la fuerza motriz de campañas exitosas. Desde la introspección y la afiliación con una tonalidad hacia un arquetipo café hasta la extroversión y asertividad con una tonalidad arquetípica amarilla, las marcas demuestran su capacidad de adaptarse a diversas necesidades emocionales.
Incluso al dirigirse a públicos con perfiles sociodemográficos similares, las campañas logran transmitir emociones diversas, creando así una conexión auténtica y significativa.
En la búsqueda de destacar y afirmar la individualidad, las marcas premium emergen como una categoría distinta; más allá de simplemente ser caras o exclusivas, se vuelven una experiencia emocional. La autenticidad, el propósito, el posicionamiento y la simbología son los elementos cruciales que diferencian a estas marcas en un mercado saturado. El consumidor premium busca más que un producto; busca una conexión emocional que refleje su estilo y elegancia.
El éxito en este viaje emocional está en las manos de las marcas. La estrategia Human Centric, la conexión emocional coherente y la autenticidad definen el camino hacia el éxito. En un mundo en constante evolución, la clave es decidir el camino correcto para la marca, manteniendo siempre arraigada la comprensión profunda y la conexión genuina con las personas. Cada campaña, cada interacción, es una oportunidad para construir puentes emocionales más fuertes y duraderos.
Autor: José David Cardona*
*El autor es account brand lead en Kantar Division Insights Colombia. Esta columna fue publicada en la edición impresa de diciembre – enero de Forbes Colombia.
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