El gerente general del Emisor, Leonardo Villar, sostuvo que aún se analizan aspectos como el impacto del aumento del salario mínimo y el Fenómeno del Niño para reducir la tasa en mayor medida.
El Banco de la República anunció hoy una nueva reducción de 25 puntos básicos a la Tasa de Política Monetaria, fijando el gravamen en 12,75%. Esta es la segunda vez que se toma esta medida con cinco votos a favor y dos en contra, quienes sugirieron una reducción de 50 puntos.
Para esta decisión se tuvo en cuenta la caída de la inflación anual por noveno mes consecutivo, con un descenso liderado por los precios de los alimentos, que reportaron sorpresas a la baja. En contraste, la canasta de servicios sorprendió al alza. Por su parte, la encuesta mensual de analistas del Emisor mostró que las expectativas de inflación a un año se redujeron de 5,7% a 5,2%, y a dos años de 3,8% a 3,6% entre diciembre y enero.
Si bien la junta tuvo consenso en la necesidad de bajar la tasa de intervención, hubo una extensa discusión sobre la conveniencia de bajar 25 o 50 puntos básicos. En dicho debate, una consideración que primó fue la de que 25 puntos daba mayores probabilidades de que siguiera bajando en el futuro. Había riesgos de que una caída mayor condijera a que se frenara el proceso más adelante y la inflación ni convergiera a la meta en el plazo previsto.
Uno de los que votó por bajar la tasa en 50 puntos fue el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien sostuvo que no solo hay que bajar la tasa de intervención, sino también la tasa real del mercado, que sigue creciendo a día de hoy. “Con 50 habríamos nivelado la cifra a como la teníamos en diciembre. Deben seguir cayendo ambas en simultaneo”, destacó.
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El jefe de la cartera también aseguró que la caída de 50 puntos básicos era una expectativa que tenía el mercado, teniendo en cuenta que, al ser la primera de ocho juntas de política monetaria, debía pavimentar el camino para que se logre una tasa de 8% a final de año, así como una inflación que ronde el 5,5%.
Por su parte, el gerente general del Emisor, Leonardo Villar, destacó que un riesgo asociado es ver cómo reacciona el proceso en los próximos meses frente al aumento del salario mínimo, que fue superior a lo esperado. Además, sostuvo la necesidad de monitorear el impacto del Fenómeno del Niño, tanto en los precios de alimentos como de energía. Esto permitirá tomar decisiones más contundentes más adelante.
Con respecto al crecimiento económico, Villar comentó que se mantiene la estimación de 1% para 2023 y 0,8% para 2024. En cuanto al déficit de cuenta corriente, señaló que pasaría de 6,2% en 2022 a 2,8% en 2023 y 2.8% en 2024. Esa corrección del balance externo hace que seamos menos vulnerables a cualquier disrupción en el panorama internacional. El gerente también destacó la reducción de la prima de riesgo soberano y la apreciación del peso en mayor proporción al resto de monedas de la región.
Con esta decisión, se espera que la economía siga en proceso de ajuste para que la inflación converja a la meta a mas tardar en primer semestre de 2025. No obstante, aclaró que toda decisión futura dependerá de la información disponible en el momento. “Que hayamos bajado dos veces da indicios de ciclo descendente, pero Colombia tiene la tasa de inflación más alta después de Argentina y Venezuela”, dijo Villar.
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Con esto en mente, destacó que el Emisor no ve un dilema entre inflación y crecimiento, pero sí entre bajarla más rápidamente, incluso con un costo temporal en materia de crecimiento económico a corto plazo, o reducirla con mayor lentitud para asegurar ese crecimiento a mas largo plazo. Esto preocupa a algunos sectores de la economía, sobre todo al financiero.
Y es que el presidente de Bancolombia, Juan Carlos Mora, sostuvo que hay factores que aún afectan al sector financiero con las altas tasa de interés, como el continuo crecimiento del seguro de deposito, así como el impuesto de 40% que les fue asignado en la reforma tributaria, algo que a su juicio “se transmite a la economía”.
“El tema es buscar una tasa que sea mas competitiva. Si responden a una situación macroeconómica clara, también obedecen al riesgo. El 2024 sera un año de transición y esperamos que el 2025 tenga mejores condiciones con tasas mas bajas“, dijo.
Por su parte, el presidente de Davivienda, Javier Suárez, destacó la dificultad de sacar créditos hipotecarios debido a las altas tasas, recalcando además que los incrementos de precio por las materias primas subieron mucho en 2022 y 2023, lo que hace mas difícil el acceso a este tipo de herramientas financieras.
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“Junto a la subida de tasas de los 18 meses la situación no es la mejor. Así como 2023 fue adverso, en 2024 habrá reactivación en salida de proyectos y un ambiente más propicio para adquirir vivienda“, añadió el directivo, quien también mencionó que herramientas como las carteras de crédito crecerán de manera modesta durante el año.
Otro aspecto que preocupa al sector financiero apunta a que la tributación en Colombia aún es baja. Mora sostuvo que hay que revisar el tema en Colombia, recordando que está enfocada en empresas porque “hay incapacidad para llevar los impuestos a las personas”. De ahí que asegurara que se necesitan mecanismos adicionales para hacer la nueva reforma tributaria que está planeando el gobierno nacional.
Asimismo, el presidente de Bancolombia sostuvo que en esa redistribución es clave definir cómo las personas van a pagar mas impuestos que las empresas, y eso no es tan fácil en un país con altos índices de economía informal, que no tributa. “Colombia debe recaudar mas de 17% del PIB, pero hay que hacer cambios estructurales, discusión que tiene un costo político. Lo único seguro es que debemos fortalecer la capacidad de recaudo”, agregó.
Tanto el gerente como el ministro señalaron que el mensaje al sector financiero era que las tasas comenzaron a bajar, algo que no solamente aplica a la tasa de intervención, sino también a las tasas de colocación de créditos de la banca comercial. “Es una necesidad prioritaria para la recuperación económica de Colombia, que está controlando la inflación y va en un proceso descendente en la tasa de intervención. Le corresponde a los bancos comerciales seguir este mensaje”, apuntó Bonilla.