La inyección de capital fue liderada por Borregaard, una de las biorrefinerías más avanzadas y sostenibles del mundo.

Kaffe Bueno, una compañía que convierte subproductos del café en recursos viables y sostenibles, fundada en Dinamarca por los colombianos Alejandro Franco, Juan Pablo Medina y Camilo Fernández, ha cerrado una ronda de inversion de 6,2 millones de euros.

La inyección de capital fue liderada por Borregaard, una de las biorrefinerías más avanzadas y sostenibles del mundo, con la particiapción del Fondo del Consejo Europeo de Innovación (EIC Fund), Dalgaard Group, EIFO, PINC y The Yield Lab.

Esto eleva a 10 millones de euros el total obtenido desde sus orígenes de inversionistas y de subvenciones.

“Es fantástico recibir el apoyo de un socio y líder tan fuerte en el refinado de biomasa”, comentó Juan Pablo Medina, CEO de Kaffe Bueno. “Esta inversión es un claro testimonio de apoyo a nuestra eficiente tecnología de biorrefinería y a todas las aplicaciones y productos novedosos que hemos desarrollado a partir de las corrientes secundarias del café. Con la experiencia de Borregaard en operaciones de biorrefinería y el acceso a mercados y clientes clave, nuestro camino hacia una biorrefinería de tamaño comercial es más claro que nunca”.

Los colombianos Alejandro Franco, Juan Pablo Medina y Camilo Fernández junto a su equipo de KAffe Bueno. Foto: Kaffe Bueno.

En su biorrefinería en la ciudad de Rødovre (Dinamarca), que inauguraron el año pasado, Kaffe Bueno convierte residuos de café en ingredientes para cuidado personal, alimentos, nutrición animal y agricultura.

“El enfoque de Kaffe Bueno para transformar subproductos del café en productos de alto valor para nichos de mercado globales se alinea perfectamente con el modelo de negocio de Borregaard. Estamos impresionados por lo que han logrado hasta ahora y esperamos ser parte de su continuo viaje”, refirió dice Per A. Sørlie, presidente y director ejecutivo de Borregaard. “Nos damos cuenta de que llevará tiempo ampliar y ajustar la producción y establecer un negocio global, pero vemos esto como una oportunidad interesante con sinergias potenciales entre las dos compañías en varias funciones”,.

El primer enfoque de Kaffe Bueno es la industria del cuidado personal, donde los ingredientes activos como kaffoil, kaffage y kaffair, ya están lanzados al mercado.

A graph showcasing the KG of CO2-ew per KG of different types of oils
Sostenibilidad de kaffoil comparada con otros aceites.

¿Cómo terminaron en Dinamarca?

– ¿Qué hacen ustedes acá? – les preguntaban no hace mucho a los colombianos Alejandro Franco, Juan Pablo Medina y Camilo Fernández. Los tres estudiaron en Londres y llegaron a Copenhague tras fundar Kaffe Bueno con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 de la preparación de las tazas de café.

“Nos dimos cuenta de que Dinamarca es uno de los países en los que más se consume café en el mundo. Al comienzo nos tocó enfrentarnos a esa falta de confianza por no ser de aquí, construir esa confianza se demora”, dijo el cofundador y director comercial de Kaffe Bueno Alejandro Franco, en una entrevista con Forbes. “Aquí hay mucha biotecnología, el país subvenciona iniciativas verdes y el reciclaje es fuerte”.

A 8.823 kilómetros de Barranquilla, de donde son los tres, construyeron la biorrefinería que ha despertado interés de clientes globales como Nivea, The Body Shop y Belcorp, por su capacidad de reciclar 500 toneladas de posos de café al año, que se usan para sustituir componentes petroquímicos y sintéticos.

Esta intención de producir ingredientes que se derivan de los compuestos presentes en los subproductos del café con innovaciones tecnológicas la vienen trabajando desde 2016.

Cada ingrediente que producen busca reemplazar uno o más ingredientes en un producto, lo que hace que los productos sean más limpios con reducciones medibles en las emisiones de los fabricantes.

“Queremos cambiar la definición de lo que es café. La gente piensa que solo es tinto, pero cuando haces una tasa de café solo extraes un pequeño porcentaje del café. Para nosotros es una de las tantas cosas que se puede hacer con esa planta. Con los ingredientes que desarrollamos podemos reemplazar un montón de petroquímicos que no son sostenibles”, recalca Franco. “En la refinería rompemos cada molécula que compone el café y las utilizamos como ingredientes. Por ejemplo, producimos un aceite de café y otros compuestos que son muy buenos para la piel y fibra para la industria alimentaria”.

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