Más allá del género, este enfoque se trata de incorporar como elemento central la pertenencial etno-racial en las discusiones tributarias del país.

A raíz de lo planteado esta semana por el director de la Dian en materia de equidad de género en el sistema tributario, se presenta una oportunidad propicia para abordar el progresismo en este tipo de análisis. Ello nos permite considerar la integralidad de un sistema tributario interseccional como herramienta para la justicia racial. Este enfoque va más allá del género como elemento central de análisis e incorpora la pertenencia etno-racial, aspecto de vital importancia en un país como el nuestro.

Las mujeres negras, particularmente, sufren una triple discriminación: por género, pertenencia étnico racial y clase. Menores ingresos, mayores tasas de desempleo y una mayor participación en el trabajo informal las colocan en una situación de vulnerabilidad frente al sistema tributario. Este panorama limita su capacidad para absorber el impacto económico de los impuestos indirectos o la regresividad del sistema tributario.

Aquí es imperante entender cómo funciona el sistema tributario, los ingresos tributarios se dividen en dos categorías: directos e indirectos. Los impuestos directos gravan los ingresos y el patrimonio, estos recaen sobre el contribuyente; mientras que, los indirectos son aquellos que gravan el consumo de bienes y servicios, y generalmente como el caso del IVA tiene una tasa estándar, aunque existen algunas excepciones. Los impuestos indirectos son regresivos por naturaleza, ya que afectan proporcionalmente más a los sectores de menores ingresos. La CEPAL ha evidenciado que buena parte de los sistemas tributarios de la región no funcionan bien, caracterizados por su bajo recaudo, regresividad dado el peso que tiene los impuestos indirectos sobre los ingresos tributarios, y algunas otras características como la evasión que impiden solucionar o disminuir desigualdades.

Esto es particularmente grave para las mujeres afrodescendientes, estas tienden a tener menores ingresos que otros grupos poblaciones, incluidas las mujeres sin pertenencia étnico-racial. Por lo cual, estas tienden a dedicar una mayor proporción de sus ingresos a gastos básicos (como alimentación, cuidado, vivienda y transporte), un sistema tributario basado en impuestos indirectos y regresividad es un factor que limita aún más la autonomía económica de las mujeres debido a las desigualdades raciales y de género existentes. Por ejemplo, los impuestos al consumo, el IVA, afectan proporcionalmente más a los hogares de bajos ingresos, donde las mujeres afrodescendientes tienen una mayor representación.

Esta situación reduce su capacidad de ahorro e inversión, las coloca en una posición de vulnerabilidad financiera y dificulta su acceso a oportunidades de desarrollo. Si bien la equidad horizontal y vertical, que buscan tratar igual a quienes se encuentran en igual situación y que quienes más tienen paguen más, son pilares de un sistema tributario justo, no son suficientes para abordar las desigualdades raciales sistémicas.

Lo cierto es que, en este caso,  las mujeres negras tienen una menor participación en la toma de decisiones políticas y económicas, lo que limita su capacidad para influir en el diseño de sistemas tributarios más justos. Un sistema tributario justo e interseccional que considere la pertenencia étnico-racial y el género es indispensable para combatir la desigualdad racial. Implementar medidas más progresivas que vayan relacionadas con la equidad vertical, acompañado con una fuerte lucha contra la evasión son indispensables. Por otro lado, es importante estudiar la viabilidad de medidas específicas como las exenciones para emprendimientos liderados por mujeres afrodescendientes o créditos fiscales para familias de bajos ingresos.

Por: Audrey Mena*
*La autora es es abogada con maestría de la Universidad de Notre Dame y doctora en derecho de la Universidad del Rosario, con experiencia en temas de derechos étnicos colectivos y derechos culturales. Actualmente es la directora general adjunta de ILEX Acción Jurídica.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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