La deforestación aumentó un 40% en Colombia y las consecuencias de esto ya se ven. ¿Qué desafíos tiene el Gobierno en esta materia?
Hace dos semanas la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, anunció que según el sistema de alertas tempranas del Ideam, la deforestación aumentó un 40% en Colombia. Según Muhamad, esto es a causa del Fenómeno de El Niño y de las actividades del Estado Mayor Central, una de las disidencias de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Muhamad comenta que la disidencia está presionando el proceso de paz al torpedear una de las políticas ancla del gobierno Petro, la ambiental.
Cuando llegó el gobierno Petro parecía que la aproximación a la reducción de la deforestación iría a cambiar por completo, no sería mediante proyectos REDD+, inversión en monitoreo y judicialización de los campesinos, sino al estrechar lazos y vínculos directos con las juntas de acción comunal y las comunidades que se aseguraría la reducción de este flagelo. También llegaron millonarios fondos de cooperación internacional para trabajar este asunto. Parece que los resultados de 2023 fueron bastante buenos (entre 25 y 33% de reducción comparado con 2022). Ahora, en 2024 se le salió de las manos el problema de la deforestación a la ministra. No olvidar que en Colombia la deforestación es el principal emisor de gases de efecto invernadero, causante de la crisis climática.
¿Pero por qué? ¿No era el gobierno de Petro el más indicado para realmente poner atención al flagelo de la deforestación? Parece que no, que la deforestación es un fenómeno muy complejo, en donde las posiciones demasiado ideologizadas no funcionan. Pareciera que la tesis fundamental de Petro era que los previos gobiernos nunca les importó consolidar un tejido social, ponerse de lado de las comunidades locales y dialogar de manera sincera, que esa era la fórmula mágica. Lo que no divisó es que en Colombia, la deforestación está directamente relacionada con las economías ilegales y el conflicto armado, y que las disidencias no son unos pobres campesinos que pueden solucionar sus problemas a punta de ‘Paz total’.
Es más que evidente que la política de defensa del gobierno Petro le ha dado control territorial y ha empoderado a los grupos armados ilegales, quienes hoy sobre todo son carteles, cuya razón de ser está en el narcotráfico. Se necesita mano dura para estos carteles y hoy el medio ambiente de Colombia está sufriendo por la laxitud del gobierno Petro.
No es tarea fácil lograr integrar las agendas de defensa y de ambiente. De hecho, la mayoría del dinero que recibe la cartera de ambiente tiene como prerrequisito para entrar en los territorios que haya algún tipo de control territorial por parte del estado. Como se dice, “sin seguridad no hay nada”. Tampoco la tuvo fácil el gobierno Petro con el anterior fiscal, quien debía encargarse de perseguir a las mafias armadas y a los deforestadores, pero que nunca estuvo disponible siquiera para reunirse con la ministra Muhamad. Pareciera que esto está cambiando con la nueva fiscal.
Que esta sea una lección para aquellos que piensan que cuentan con la “fórmula mágica” para evitar la deforestación o cualquier otro flagelo ambiental, que siempre la realidad es más compleja y es necesario observar qué tipo de proyectos y actividades funcionan mejor bajo realidades cambiantes.
Por: Daniel Gutiérrez Patino*
*El autor es fundador de Saving The Amazon.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
Lea también: ¿Qué pasa si se acaba el agua en Bogotá?