La televisión y el cine han representado ese rol por años como cruel, poco relevante o sexualizado. Pero este no es el único panorama, muchas producciones han visibilizado su labor. Acá algunas.

En días pasados, una amiga enfermera me reclamó por las representaciones sesgadas y poco certeras de los enfermeros y enfermeras en los medios de comunicación. Su queja venía argumentada por la forma en que se ha representado en ocasiones su labor como algo cruel, poco relevante o sexualizado en series de televisión y películas.  Vale decir que en la representación ficcional son famosos algunos personajes como la cruel enfermera Ratched, cuyo trato inhumano y atroz atormenta al protagonista de Alguien voló sobre el nido del cuco, la adicta y desinteresada enfermera Jackie de Nursie Jackie, las crueles enfermeras del hospital de pesadilla de American horror story o el sádico enfermero, basado en la vida real, que asesinó a muchos pacientes en El ángel de la muerte.

A propósito del día mundial de la enfermería, que se celebra el 12 de mayo, he decidido rescatar algunos buenos títulos que representan valores o atributos positivos en los profesionales de la enfermería. Es importante mencionar, de todas formas, que aún en las series en las que esta profesión suele desdibujarse, también emergen aspectos positivos como su compromiso y dedicación a los pacientes, su pericia profesional para encontrar soluciones innovadoras o su heroísmo al poner en riesgo su propia integridad para salvar vidas. 

En la ficción, el conflicto es lo que mueve las historias y por eso suele preferirse poner en escena a los antihéroes y villanos sobre los personajes heroicos o aquellos que ejercen su labor de forma callada y profesional, aunque estos sean la inmensa mayoría. Aunque la ficción no reemplaza la realidad, sí es cierto que puede perpetuar ciertos estereotipos profesionales que no hacen justicia a quienes todos los días trabajan para hacer bien una labor que, en el caso de los enfermeros, puede salvar vidas.

Algunos de estos estereotipos han ido evolucionando con el tiempo y autores como Bridges (1990) y Derbyshire (2010), señalan algunos como el de la “buena dama victoriana” del siglo XIX, el de la “sexy enfermera” promovida como contrapeso a las reivindicaciones feministas de los 60s y 70s y otro, que parece positivo pero no lo es tanto: el del ángel, como alguien bondadoso, benevolente y sin mayores ambiciones. Esto sin contar la forma en la que se representan los enfermeros, que ha influido en que, proporcionalmente, pocos hombres opten por esta profesión (Meyers, 2003).

En contrapeso, la ficción ha resaltado varias veces la labor de heroínas que curan y salvan vidas como la emblemática Florence Nightingale, precursora de la enfermería. Desde este arquetipo heroico hay también representaciones muy interesantes del compromiso y sacrificio de las enfermeras en las guerras, en donde suelen verse como mujeres fuertes que anteponen el bienestar de los pacientes al suyo propio. En esa dirección aparecen películas como El paciente inglés, en donde se resalta el papel de la enfermera interpretada por Juliette Binoche, que acompaña a un paciente en estado terminal en sus últimos momentos, dando tanto apoyo asistencial como emocional. 

En la serie Downtown Abbey hay también una subtrama interesante de la segunda temporada, en la que el lujo da paso al apoyo humanitario convirtiendo la pomposa mansión en una clínica de guerra y a las mujeres de la casa en enfermeras, algunas de ellas con una gran vocación y actitud de servicio. Igualmente, es importante resaltar la película Hacksaw ridge, en donde Andrew Garfield interpreta a un soldado objetor de conciencia que asume el rol de enfermero de su batallón y se convierte en un héroe de guerra sin disparar una sola bala.

Gran parte del éxito de la labor de los enfermeros se relaciona con la mejoría de los pacientes y ésta muchas veces no depende exclusivamente de tratamientos y medicamentos. Algunos casos de la vida real han inspirado películas como Patch Adams, La escafandra y la mariposa e intocable, quese enfocan en el soporte físico y emocional de los pacientes como mecanismo eficaz para su curación. 

En Patch Adams, un médico poco convencional motiva a un equipo de médicos y enfermeros a usar la risa como una terapia de curación y alivio para sus pacientes, tratándolos con humor y con amor. La escafandra y la mariposa, por su parte, muestra a un paciente con un cuadro cuadrapléjico que encuentra soporte en su enfermera, quien le enseña una creativa forma de comunicación, diseñada por ella, que le permite expresarse y escribir un inspirador libro sobre su experiencia como habitante de un cuerpo inerte. Finalmente, en Intocable, un hombre inestable encuentra en la asistencia a un millonario con graves problemas de salud una forma de superar sus propios problemas, tejiendo una fértil amistad entre ambos basada en el respeto y no en la condescendencia. Otras películas que exaltan esta noble profesión son: Manos milagrosas, Despertares, Luz de soledad y el clásico Historia de una monja con Audrey Hepburn.

Más allá de las representaciones televisivas y cinematográficas, los medios de comunicación han mostrado gran cantidad de casos en los que enfermeros y enfermeras han logrado, gracias a su ingenio, creatividad, calidad humana y perseverancia obtener grandes resultados. Su campo de batalla no es la ficción sino la realidad, en donde han sufrido dolorosos reveses y rotundas victorias. Todos debemos mucho a su labor y en momentos de profunda crisis, como la reciente pandemia, su callado trabajo ha merecido los más fuertes aplausos ¡Feliz día!

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Por: Jerónimo Rivera-Betancur*
*El autor es director del programa de Comunicación Audiovisual, Universidad de La Sabana.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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