Los centros de datos, o data center, juegan un papel fundamental en la gestión y almacenamiento de la avalancha de datos que actualmente existe. La IA juega un papel clave en este proceso.

En la era digital actual, la cantidad de datos generados está creciendo de manera exponencial hasta alcanzar niveles nunca registrados. A través de las interacciones con dispositivos móviles, redes sociales, transacciones financieras, sensores IoT, registros médicos, videos en línea, correos electrónicos, y mucho más, estamos dando paso a la constante creación, copia y captura de datos, muchos de los cuales deben ser almacenados.

Según información de Statista, se estima que el volumen de datos consumidos en el mundo ha crecido más de diez veces en la última década, y la tendencia continuará creciendo a un ritmo vertiginoso, superando los 181 zettabytes para el año 2025. De acuerdo con el reporte Data Never Sleeps, de la empresa de software en la nube Domo, al cierre de 2023 cada persona por minuto creaba en promedio 102 MB de datos; en ese mismo lapso se enviaban 41 millones de mensajes en WhatsApp, 241 millones de correos electrónicos y se realizaban 6,3 millones de búsquedas en Google.

En este contexto, los centros de datos o data center juegan un papel fundamental en la gestión y almacenamiento de esta avalancha de información. Es allí donde las compañías están alojando su información, aplicaciones y herramientas que las ayudan a llevar el día a día de sus negocios. Además, con el crecimiento exponencial de la computación en la nube, estos espacios son cada vez más indispensables, convirtiéndose en el corazón de las organizaciones, que dependen de ellos para su supervivencia.

Para poner un ejemplo, en términos de procesadores, la industria tecnológica en los últimos años ha estado desarrollando diferentes soluciones que suponen un avance significativo en desempeño y eficiencia. Hoy en día podemos ver chips de centro de datos convencionales con aceleración de inteligencia artificial incorporada y mayor rendimiento de inferencia. Este tipo de desempeño abre nuevas posibilidades para la IA avanzada, no solo en el centro de datos y la nube, sino también en las redes y aplicaciones de edge del mundo.

El aumento de la cantidad de datos, que en gran parte está impulsado por el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) o el internet de las cosas (IoT), plantea desafíos significativos en términos de infraestructura, consumo de energía y seguridad. Así, es preciso encontrar tecnologías que permitan la optimización de los centros de datos, que ayuden a organizar de mejor forma la información y, así mismo, evitar la creación de más lugares de este tipo.

La IA emerge entonces como una herramienta indispensable para transformar los data centers y abordar estos desafíos de manera eficiente y efectiva.

Energía, análisis de datos y seguridad

La IA ofrece múltiples beneficios que pueden ayudar a mejorar la gestión de información en los centros de datos. Además, hoy en día, la industria está apostando por el desarrollo de chips más avanzados que permiten un menor consumo de energía.

Estas innovaciones permiten realizar análisis avanzado de datos que le sirve a las organizaciones para extraer información valiosa dentro de los grandes volúmenes de datos, identificando patrones, tendencias y relaciones que pueden ser difíciles de detectar por medio de métodos tradicionales.

Asimismo, los algoritmos de IA ayudan a optimizar el almacenamiento de datos a través de la identificación de datos obsoletos, redundantes o irrelevantes, y la aplicación de técnicas como la compresión de datos. Esto no solo reduce los costos de almacenamiento, sino que también incrementa la eficiencia operativa de los centros de datos.

La IA también desempeña un papel crucial en el refuerzo de la seguridad de los datos. De esta manera, detecta y previene amenazas de seguridad mediante el análisis de patrones de comportamiento y la identificación de anomalías. Esto ayuda a proteger los datos sensibles y a mitigar los riesgos de seguridad cibernética.

Además, la automatización de tareas relacionadas con la gestión de datos, como la clasificación, etiquetado y organización de información, libera tiempo y recurso humano para tareas más estratégicas y de alto valor.

Según la compañía Schneider Electric, la IA está transformando rápidamente la infraestructura física de los centros de datos para adaptarse al crecimiento de las cargas de trabajo. Desde grandes clusters de entrenamiento hasta servidores de inferencia en el borde (que facilite que los datos estén más cerca de donde se generan con el fin de facilitar el análisis y la respuesta casi en tiempo real), la IA está representando un porcentaje cada vez mayor de las cargas de trabajo en dichos espacios. Se proyecta que, para 2028, la IA representará del 15% al 20% del total del consumo de energía de los data centers.

¿Qué está haciendo la industria para hacer frente a estos retos? Compañías como Intel trabajan constantemente en la evolución del hardware que permita aprovechar las capacidades para llevar la IA a todas partes, no solo a través del centro de datos y la nube, sino también por medio de las redes y aplicaciones periféricas de todo el mundo.

En definitiva, la computación del futuro requiere data centers que estén a la misma altura. En este escenario, la IA no solo es responsable del rápido aumento en la creación de datos, sino que también se está convirtiendo en una herramienta esencial para transformar los centros de datos. Asimismo, ofrece la posibilidad de abordar los desafíos asociados con el crecimiento exponencial de la información en la era digital, dando paso a una industria más eficiente y con mayor capacidad de gestión.

Por: Marcelo Bertolami*
*El autor es director de Socios Regionales y del equipo de Tecnología de Latam en Intel.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.

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