La brecha digital va más allá del acceso a internet. Incluye la asequibilidad, calidad y relevancia. ¿Qué rol juegan las empresas en ese contexto?
Las empresas tecnológicas están en una posición única para cerrar la brecha digital a través de una combinación de estrategias que permitan transformar comunidades, empoderar individuos y abrir nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social que derive en un futuro más equitativo e inclusivo.
Hablamos en este contexto de ese concepto llamado brecha digital, asociado a la llegada de tecnologías que no necesariamente se han masificado a todos los sectores de la sociedad y el mundo. Internet Society define la brecha digital como ‘la diferencia entre las personas que tienen acceso a Internet y las que no’. Sin embargo, como aclara esta organización, la brecha digital tiene muchas aristas e incluye factores como el acceso, la asequibilidad, la calidad y la relevancia.
En un escenario digital como el actual, esta disparidad no solo afecta la capacidad de las personas para acceder a información y servicios en línea, sino que también se convierte en una limitación para que millones accedan a educación, trabajo e interacciones sociales.
En total, un 32% de la población de América Latina y el Caribe –cerca de 244 millones de personas– no accede a servicios de Internet, según un reciente informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Microsoft. El estudio, que concentró su trabajo en 24 países, revela que un 71% de la población urbana cuenta con opciones de conectividad, mientras que en las zonas rurales esta cifra es inferior al 37%. Además, un reporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en 12 países de la región muestra que, en promedio, un 81% de los hogares del quintil de ingresos más alto tiene conexión a Internet, mientras las cifras para los hogares del primer y segundo quintil son del 38% y el 53%, respectivamente.
Apostando por cerrar la brecha
Entendiendo la relevancia que el acceso a Internet juega en el mundo moderno, el cierre de la brecha digital se ha convertido en una prioridad para gobiernos, organizaciones no gubernamentales y empresas privadas. Dentro de estas últimas, las empresas tecnológicas tienen un papel fundamental, ya que son las llamadas a utilizar su capacidad de innovación, y recursos y entendimiento de la industria para conectar a las comunidades menos favorecidas y empoderar a individuos de diversas regiones.
Uno de los principales enfoques de las empresas tecnológicas para reducir la brecha digital es el desarrollo y la implementación de infraestructura de conectividad. La expansión de redes de alta velocidad, como 5G y fibra óptica, en áreas rurales y urbanas desfavorecidas ha sido una estrategia clave. Estas iniciativas garantizan que más personas puedan acceder a Internet de alta velocidad, un componente esencial para participar plenamente en la economía digital y en la sociedad moderna.
Además del acceso a la infraestructura, la disponibilidad de los dispositivos es otro factor crítico. Empresas de la industria han trabajado por años para desarrollar hardware económico, como laptops y tabletas de bajo costo, que son accesibles para personas con bajos ingresos y útiles para programas educativos en países en desarrollo. Esta democratización de dispositivos permite que más personas puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece la tecnología.
La educación y la capacitación digital también son áreas en las que las empresas tecnológicas están haciendo contribuciones significativas. Intel, por ejemplo, ha lanzado la iniciativa M1000IA, que tiene como objetivo entrenar a 1.000 mujeres en América Latina en el uso práctico de la inteligencia artificial (IA). Este programa no solo busca cerrar la brecha digital, sino también aumentar la incorporación de más mujeres a la industria tecnológica. A través de cursos especializados, las estudiantes acceden a las habilidades técnicas y socioemocionales necesarias para desarrollarse en nuevas tecnologías, empoderandose para alcanzar oportunidades de empleo y liderazgo en el sector.
Otro ejemplo del impacto de las empresas tecnológicas en el cierre de la brecha digital se puede evidenciar en programas como EduLabs, en colaboración con Food for the Hungry (FH), en el que se han implementado laboratorios tecnológicos en 80 escuelas públicas en la República Dominicana. Estos laboratorios no solamente proporcionan acceso a la tecnología, sino que también aseguran una conectividad robusta a Internet, beneficiando a más de 90.000 niños, jóvenes y adultos.
En esta línea también se encuentran programas como AI for Youth, que busca establecer programas de educación y capacitación en inteligencia artificial (IA) para los sistemas escolares públicos, con el fin de cerrar la brecha de habilidades digitales y preparar a la próxima generación de innovadores de manera inclusiva, sin importar su género, etnia o ubicación.
También vale la pena resaltar la iniciativa Skills for Innovation, que capacita a responsables de decisiones y educadores en la adopción de tecnología para crear experiencias de aprendizaje innovadoras que involucren activamente a los estudiantes en todos los entornos educativos, ya sean virtuales, presenciales o híbridos.
La colaboración entre empresas tecnológicas y actores gubernamentales es otra estrategia eficaz para abordar la brecha digital. A través de estas alianzas es posible potenciar el impacto de los programas de inclusión digital, así como garantizar que los esfuerzos sean sostenibles y culturalmente relevantes, adaptándose a las necesidades específicas de cada comunidad.
Por: Marcelo Bertolami*
*El autor es director de Socios Regionales y del equipo de Tecnología de Latam en Intel.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.
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