Ecopetrol prometió reducir las emisiones de carbono en 50% para el 2030, con el objetivo de tener neutralidad de carbono en 2050. ¿Cómo va a lograrlo?

En una economía que avanza hacia la descarbonización, las empresas productoras de hidrocarburos enfrentan dos grandes retos en su transición energética, los cuales demandan una transformación profunda de sus operaciones y modelos de negocio tradicionales.

Por un lado, deben responder a las crecientes presiones regulatorias y ambientales, surgidas básicamente en los compromisos de reducción de gases efecto invernadero del acuerdo de Paris. Esto implica la disminución sustancial de sus emisiones operativas, lo que requiere significativas inversiones en tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono, la mejora de la eficiencia energética y la adopción de energías más limpias en los procesos.

Por otro lado, las petroleras deben enfrentar el desafío y la oportunidad de diversificar su portafolio hacia energías de bajas emisiones, con el fin de asegurar su viabilidad a largo plazo, dado el inevitable desplazamiento del petróleo y el gas por fuentes de energía más limpias.

Esta transición abre la oportunidad de ingresar en mercados emergentes de energías bajas en carbono, lo que requiere audacia, planificación estratégica y un cambio disruptivo del modelo de negocio. 

En tal sentido, aunque la inversión es significativa y los riesgos son elevados, con retornos a mediano o largo plazo, este esfuerzo puede ser clave para generar valor agregado a las empresas petroleras, asegurando su supervivencia y consolidación a futuro, a pesar de posibles impactos en las utilidades a corto plazo.

Para examinar la respuesta de Ecopetrol a los desafíos de la transición energética, es fundamental analizar las metas establecidas en su documento “Estrategia 2040: Energía que Transforma”. En dicho plan estratégico, Ecopetrol se compromete a reducir las emisiones de carbono en 50% para el año 2030, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Además, la compañía aspira a generar 4 gigavatios (GW) de energía renovable para 2040, incorporando fuentes como la solar y la eólica en la matriz energética.

En comparación con líderes globales en energías renovables como NextEra Energy, Iberdrola, Enel Green Power, y grandes petroleras como TotalEnergies, BP, y Shell, la capacidad de Ecopetrol actual y proyectada en este ámbito es aún limitada. Estas compañías ya han instalado entre 17 y 55 GW en energías renovables y cuentan con planes de expansión que superan los 50 GW, según sus informes anuales de 2023 disponibles en sus sitios web corporativos.

Ecopetrol, por su parte, apenas ha alcanzado 0.1 GW de los 4 GW a que aspira en capacidad instalada, lo cual ha conseguido con proyectos como Castilla Solar y algunos planes eólicos aún en desarrollo. 

Esta modesta meta y avance destaca la amplia brecha que la empresa debe cerrar para estar a la altura de los líderes del sector energético internacional, quienes ya han implementado estrategias robustas y expansivas en energías limpias.

En cuanto a la inversión en negocios de bajas emisiones, Ecopetrol actualmente destina el 23% de los recursos de capital a iniciativas de bajas emisiones, con una proyección de aumentar este porcentaje al 25% para el año 2040 según su Estrategia. 

Sin embargo, la cifra está consiguiendo una expansión discreta en capacidad a nivel internacional, lo que sugiere que el Grupo Empresarial no se ha propuesto metas claras y ambiciosas para convertirse en un actor competitivo en el mercado global de bajas emisiones. 

Esta situación plantea dudas sobre la viabilidad de alcanzar la meta central del plan, que prevé que en 2040 el 24% del EBITDA del Grupo provenga de negocios de soluciones de bajas emisiones, un área que actualmente contribuye con menos del 5%.

Es razonable que Ecopetrol continue fortaleciendo su negocio de exploración y producción de petróleo y gas, ya que los hidrocarburos seguirán siendo fundamentales en la matriz energética global en 2040. 

Aunque se espera una disminución gradual en su participación, el petróleo y el gas natural aún representarán alrededor del 50% del consumo energético mundial, según proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y otras entidades.

No obstante, depender exclusivamente de los hidrocarburos se vuelve cada vez más riesgoso debido a la alta volatilidad del mercado y a la oferta de energías limpias. Por ello, la participación competitiva de Ecopetrol en los mercados de energías renovables limpias no solo diversifica su portafolio, sino que también reduce su exposición a las fluctuaciones de precios, asegurando su sostenibilidad y competitividad.

Por lo tanto, el Grupo Económico ha de adoptar un plan a largo plazo más estructurado, ambicioso y con pasos claros a corto y mediano plazo para el desarrollo de soluciones de bajas emisiones. 

Este enfoque debería priorizar estratégicamente la biomasa, aprovechando al máximo no solo el potencial de Colombia en este recurso, gracias a su clima diverso y la abundancia de tierras agrícolas, sino también a la amplia experiencia que se tiene en su manejo. Al mismo tiempo, es esencial escalar los negocios en energía eólica, solar e hidrógeno verde, lo que consolidaría a Ecopetrol como un verdadero líder regional en la transición energética.

Por: Iván Darío Arroyave*
*El autor es consultor empresarial. Se ha desempeñado como presidente de la Bolsa Mercantil de Colombia, decano de postgrados de la Universidad EIA, director de posgrados en finanzas de la Universidad de la Sabana y consultor del Banco mundial. 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia

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