Las brechas de género van más allá de salarios, roles y oportunidades. A futuro, estas brechas pueden terminar impactando temas de importancia global como la tasa de natalidad. ¿Por qué?

El 26 de septiembre se realizó el primer Summit Corporativo de Women in Connection, un evento donde se reunieron más de 150 líderes, corporativos en su mayoría, para conversar sobre temas de equidad de género.

La conferencia logró iluminar algunas esquinas menos obvias del problema. Nos invitó a pensar en cómo cerramos brechas de participación femenina, y también en cómo llevar a los hombres a espacios a los que tienen derecho y en los que son necesarios.

Uno de los temas centrales fue la economía del cuidado. Reflexionamos sobre cómo las asimetrías en el ámbito doméstico están impactando, probablemente, variables como la tasa de natalidad. Las cifras son impactantes: los nacimientos en Colombia cayeron en 14.6% en el primer semestre de 2024, una caída mucho mayor que el promedio entre 2016 y 2022 (1.2%). La maternidad debe ser una decisión íntima y libre de cada mujer, y estas cifras quizás nos hablen de las muchas asimetrías que han enfrentado al asumirla. Citando un estudio del Proyecto Digna, Trabajo y Género que se presentó durante la jornada, “la revolución de género ya sacó a las mujeres de la casa. ¡Ahora necesitamos que los hombres entren en ella!”

En otro espacio se escuchó la voz de los más jóvenes, para enfatizar la responsabilidad que el cambio generacional impone sobre quienes hoy están en cargos de liderazgo.

Sin embargo, mi momento favorito fue un panel en el que tres hombres hablaron sobre cómo los estereotipos y roles asociados al género pueden afectar negativamente sus vidas. Cuando se habla de brechas, inequidad, o problemas en torno al género, se piensa en los impactos negativos para las mujeres, y esto ha hecho que la participación masculina se de a veces con el ánimo de apoyar en un problema ajeno. En ocasiones, se da desde una actitud defensiva, al sentirse acusados de cosas de las que no se sienten parte. Finalmente se da también con temor, porque no saben qué de lo que piensan puede ser tildado como abiertamente sexista.Este panel quiso ser una invitación a que los hombres participen en la conversación con el ánimo de entender y resolver un problema que los afecta como protagonistas.

En el mundo, el 80% de los suicidios son de hombres. También son hombres más del 80% de las personas con trastornos de consumo de alcohol, 75% de los consumidores de opioides, y 78% de los de nuevas sustancias psicoactivas. Son brechas de las que se habla poco; no obstante, usualmente se piensa que la “lucha por la equidad” es una en la que estamos por ganar las mujeres. Las cifras parecen decir que aquí todos tenemos cosas que resolver.

Mi nombre es Ana y tuve la suerte de moderar este panel, en el que tres hombres maravillosos estuvieron dispuestos a hablar de forma genuina e íntima de esos, sus dolores. No podría explicar aquí la forma en la que, desde la tarima, se fue sintiendo un cambio en la energía del salón. Hombres que quizás sintieron que había una nueva forma de pensar en esto, mujeres que pensaron en sus hijos, líderes que pensaron en sus organizaciones: no puedo saberlo con certeza. Sólo sé que, para mí, a eso nos referimos en Women in Connection cuando hablamos de elevar la consciencia. Los invito a buscar las grabaciones en nuestras redes, a que los escuchen y aprendan con ellos, como lo hice yo, y se den el espacio de pensar algo nuevo sobre un problema de marras. Una persona a la vez, así iremos logrando el cambio.

Por: Ana Fernanda Maiguashca*
*La autora es presidenta del Consejo Colombiano de Competitividad y miembro de Women in Connection.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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