La sociedad enfrenta la necesidad urgente de democratizar el acceso público a los ‘datos abiertos'. ¿Cómo lo hace Colombia y qué sectores se benefician?
En una era dominada por los datos, en la que las organizaciones buscan constantemente monetizar la información, la sociedad enfrenta la necesidad urgente de democratizar el acceso público a los ‘datos abiertos’. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) define estos datos como aquellos que pueden ser ‘usados, reutilizados y redistribuidos libremente por cualquier persona, en cualquier momento y lugar’.
Aunque pueda parecer un tema técnico o complejo, los datos abiertos son esenciales para una sociedad digital justa y transparente. Liberar estos valiosos recursos impulsa la innovación, fomenta el desarrollo de nuevas soluciones y, en última instancia, mejora la calidad de vida de las personas.
Cuando hablamos de datos abiertos hacemos referencia a información que, por sus características, es posible compartir y ofrece contenido valioso para generar nuevos hallazgos. Por ejemplo, datos científicos (resultados de investigaciones científicas), datos financieros (cuentas del gobierno o información de mercados financieros), datos estadísticos (censo o indicadores socioeconómicos), datos sobre el tiempo y el medio ambiente (clima, nivel de contaminación, calidad del agua de los ríos y mares) y datos de transporte (horarios, rutas y estadísticas en tiempo real).
Los datos abiertos ofrecen un recurso invaluable para emprendedores, quienes pueden usarlos para crear herramientas que resuelvan problemas cotidianos. Por ejemplo, un emprendedor puede acceder a la información del sistema público de transporte de una ciudad y desarrollar una aplicación que muestre en tiempo real los horarios de circulación de buses, trenes y otros medios de transporte público. Esta app podría incluir funcionalidades como alertas de retrasos, disponibilidad de bicicletas compartidas y hasta rutas alternativas en caso de demoras o incidentes, mejorando significativamente la experiencia de los usuarios y optimizando sus tiempos de traslado.
En el sector salud, por citar un caso, el acceso a datos abiertos es clave para alcanzar avances significativos en la investigación y prevención de enfermedades. El uso de estadísticas de sanidad pública que muestran la aparición de enfermedades en diferentes regiones puede permitir que investigadores y organizaciones de salud identifiquen patrones y tendencias, como el aumento de enfermedades respiratorias en ciertas temporadas o regiones. Al contar con esta información, es posible implementar campañas de prevención específicas, mejorar la asignación de recursos médicos y diseñar políticas de salud más efectivas, beneficiando a la población en general.
Un caso similar se puede dar para temas medioambientales, generando alertas tempranas y planes de mitigación cuando los datos abiertos muestren una disminución en la calidad del aire, mayores niveles de ruido o un cambio en la calidad del agua.
Una ventana a la innovación
El BID destaca que los datos abiertos promueven una mayor interacción entre gobiernos y ciudadanos, habilitando instancias de co-creación con diversos actores, como investigadores, emprendedores, desarrolladores, periodistas y la sociedad civil, abriendo la puerta a la creación de políticas públicas que promuevan el bienestar.
Además, el acceso a datos abiertos beneficia a las empresas y emprendedores al facilitar el desarrollo de aplicaciones innovadoras que mejoran la experiencia del usuario y servicios personalizados. También es un motor para la producción académica que lleva a nuevos descubrimientos y avances científicos en beneficio de toda la sociedad.
En términos de ciberseguridad, el acceso a datos abiertos permite un mejor intercambio de inteligencia sobre amenazas entre organizaciones e industrias. Compartir información sobre riesgos conocidos, tipos de ataque o sitios web maliciosos ayuda a las empresas a estar mejor preparadas y tomar medidas proactivas de defensa. Los datos abiertos también optimizan la gestión de vulnerabilidades al permitir que los equipos de seguridad prioricen actualizaciones según información disponible sobre nuevas fallas, y se pueden desarrollar campañas de concienciación que promuevan prácticas de seguridad robustas y fundamentadas en información pública.
La Unión Europea destaca el potencial sinérgico entre datos abiertos e inteligencia artificial (IA). “Los datos abiertos pueden mejorar los sistemas de IA, ya que exponerlos a un mayor volumen y variedad de datos incrementa la precisión de sus predicciones”. Este ejemplo ilustra el poder transformador de los datos accesibles para la sociedad y su aporte para el desarrollo de espacios digitales más seguros.
Infraestructura y cultura
La sociedad, sin embargo, aún enfrenta desafíos importantes para tener un acceso más amplio a esta información. Es necesario desarrollar infraestructuras tecnológicas robustas y accesibles para que los ciudadanos aprovechen estos recursos al máximo. También es fundamental establecer marcos legales claros que garanticen la transparencia y la protección de la privacidad y seguridad de los datos.
En este contexto, las grandes empresas tecnológicas desempeñan un papel clave. Sus plataformas y herramientas son esenciales para crear aplicaciones y servicios basados en datos abiertos, pero deben actuar de manera responsable y ética, respetando las licencias y los principios de apertura.
En esta tarea de preservar la seguridad de los datos se han desarrollado soluciones como Confidential Computing, de Intel, una tecnología orientada a proteger datos sensibles durante su procesamiento, algo crucial en escenarios como el análisis de información médica o financiera. A través de aplicaciones como Software Guard Extensions (SGX), Trust Domain Extensions (TDX) o Trust Authority es posible crear ‘límites de confianza’ que aumentan la protección de los datos antes accesos no autorizados, incluso de parte de administradores de sistemas o proveedores de servicios en la nube.
Además de los retos técnicos y legales, la implementación efectiva de los datos abiertos requiere una cultura que fomente la transparencia y la colaboración en el sector público y privado. Por su parte, la sociedad civil tiene un papel fundamental, exigiendo una mayor apertura y participando activamente en la co-creación de soluciones basadas en datos abiertos.
La construcción de una sociedad basada en datos abiertos requiere la colaboración de múltiples actores. Gobiernos, empresas, academia y ciudadanos deben trabajar en conjunto para crear un ecosistema de información accesible y abierto en el que, mediante la colaboración y la apertura, sea posible acelerar el progreso y maximizar los beneficios de los datos abiertos para todos.
Por: Marcelo Bertolami*
*El autor es director de Socios Regionales y del equipo de Tecnología de Latam en Intel.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.
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