¿Cuál será el legado que le deje Trump a Estados Unidos en este segundo periodo presidencial?

Mientras se termina de anunciar el gabinete del 47º Presidente de EE. UU., Donald Trump, muchos de los analistas intentan entrever de una bola de cristal bastante densa cuál será el principal legado del próximo mandatario del país más poderoso del mundo. Me aventuro a proponer una hipótesis: EE. UU. consolidará su rol como líder indiscutible energético global a través de una explosión de inversión privada en petróleo y gas, nuclear, geotérmica y renovables y esto traerá consigo importantes ramificaciones para Latinoamérica y el mundo.

La posibilidad surge porque en medio de las controversias asociadas a los nombramientos que ha hecho el Presidente electo en sectores como defensa, inteligencia, justicia y salud, hay dos que han pasado debajo del radar de los escándalos mediáticos. El primero es Doug Burgum, el actual gobernador del estado de Dakota del Norte, que fue propuesto para ser nombrado Secretario del Interior y presidente del nuevo Consejo Nacional de Energía de Estados Unidos. En el anuncio de Trump dice que ese consejo: “consistirá de todos los departamentos y agencias involucrados en los permisos, producción, generación, distribución, regulación y transporte de TODAS las formas de energía en EE. UU.” Y el espíritu de la creación de esta instancia está directamente enfocado en eliminar las barreras burocráticas asociadas al aprovechamiento de activos energéticos y al fomento de la inversión privada en ellos.

La segunda nominación, de Chris Wright como Secretario de Energía, pone a cargo de la política pública del sector a un empresario y ejecutivo con una historia ligada al surgimiento del fracking, con una formación y experiencia técnica sólida y que defiende con ahínco el uso y desarrollo de más energía de todas las posibles fuentes, especialmente de los combustible fósiles. 

Tanto Burgum como Wright reconocen los efectos de las emisiones de CO2 como causantes del calentamiento global y Burgum ha sido un defensor de tecnologías de captura y almacenaje de carbono como parte de la solución. Pero ambos tienen una visión menos catastrófica del cambio climático y llegan con posturas que contrastan con el consenso previo, que generan consternación en algunos sectores y obligan a reflexiones profundas en ámbitos empresariales y políticos, que esperamos se repliquen en Colombia.

Al final, como lo menciona un reporte de la consultora Wood Mackenzie: “Aunque la posibilidad de un cambio drástico en la política causa preocupación, la designación de dos oficiales de alto nivel que han sido defensores de la inversión en energía, con el mandato de continuar ese trabajo desde el gobierno federal, será bien recibido por muchos en la industria”. 

Por: Ricardo Plata Sarabia
*El autor es cofundador de Potencia, una firma de consultoría para ciudades y territorios, donde trabaja temas de desarrollo económico, turismo y ecosistema tech y director de Storm Capital, un fondo de VC en etapa temprana. Ha sido miembro de juntas directivas del sector público, privado y fundacional y ángel inversionista. 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.

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